Resumiendo, mi idea es la siguiente; construir una gafas para ver el infierno, es decir, para ver lo que oculta el punto ciego. Pero en cuanto es posible ver lo que contiene el punto ciego, este, instantáneamente deja de existir.
Nuevas noticias sobre el Tártaro
Las noticias son las siguientes: no hay noticias. El punto ciego de nuestras miradas crece sin cesar, y allí cae más tarde o temprano todo el mundo. No quiero alarmar a nadie, pero creo que he descubierto el lugar donde se encuentra el infierno.
Si, he descubierto el Tártaro, el Infierno o el Hades. No, no es que sean lugares muy oscuros; ocurre simplemente que no podemos verlos. Esto es una buena noticia, creo, porque al fin cualquiera de nosotros puede convertirse si quisiera en héroe. Si usted quiere algún día llegar al Tártaro, tan solo debe desplazarse un milímetro a la izquierda o la derecha y esquivar ese punto ciego que se ha tragado ciudades, amigos y amantes, a ese lugar invisible a los ojos, cada más grande. Me gustaría tener el valor para encaminarme al hades y rescatar con una enorme soga el paisaje, desplazarlo aunque sea un milímetro para devolverlo a las miradas. Encaminarse al punto ciego para traer de vuelta la vida tiene su peligro, y es quedar para siempre fuera de la vista. Mi descubrimiento singular del día es el siguiente; por fin he encontrado una respuesta para la muerte:
"Morir
es llegar un día al punto ciego de tu mirada,
ese lugar donde jamás volverás a verme"
es llegar un día al punto ciego de tu mirada,
ese lugar donde jamás volverás a verme"
3 comentarios:
No estoy de acuerdo, Dominguet. Si fuera así moriríamos cada vez que decimos hasta luego en la frutería.
Mi propuesta:
Morir es llegar un día al punto ciego de todas las miradas, ese lugar donde jamás volverán a verme
El otro problema es identificar la muerte con el tártaro. Pero para ese problema no tengo propuestas.
Me gusta tu propuesta, pero la pequeña diferencia que la separa de la mía, es, nunca mejor dicho, abismal. Si es "El punto ciego de TODAS las miradas" eso ya no es el infierno, sino la NADA. A mi me interesa el infierno, la NADA la veo con pocas posibilidades de acción. Quiero decir que yo podría salir del infierno, pero todo se complica cuando uno quiere salir de la nada.
Otro asunto es salir fuera de escena. Por ejemplo, el caso que expones con el ejemplo de la frutería. El problema es estar presente y no ver a alguien, o algo, o a muchos, a pesar de estar dentro del ángulo de visión. Quién cae ahí se encuentra evidentemente en el infierno, por ejemplo, puedes tropezar en la acera con ochenta años y ser pisoteado... y sin embargo nadie te está viendo. Si, eso es el infierno.
Oye, pues gracias por tu aportación...me ayuda a afinar más la idea
Ya, pero en tu ejemplo del octogenario te pones justamente del lado de mi propuesta cuando dices que nadie le ve...
No, de la nada no se vuelve, pero seguramente no se puede entrar tampoco, aquí estamos hablando de un ángulo ¿no?
Sintetizando tu propuesta y la de Sartre podríamos decir que nuestro infierno es el punto ciego de los otros. Interesante.
Igualmente, creo que no es lo mismo que la muerte, que seguramente se parece más a la nada. O al olvido, no estoy seguro.
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