jueves, 30 de marzo de 2017

El último español sobre la Tierra


 No, no es un fina cuerda para hacer equilibrios, sino la nueva configuración de la península, algo más angosta. En uno de los extremos se encuentra Francia, y en el otro, Mandril.


 El último español sobre la Tierra

Los españoles han desaparecido. España también. El fin del país comenzó con un ligero despoblamiento al inició de la crisis de principio de siglo. Más tarde la coyuntura se  complicó, tanto por factores endógenos como exógenos,  arrastrando a los españoles y al país a un retroceso poblacional que se retroalimentaba a sí mismo..

Himbestigadora a punto de descubrir a un humúnculo


Entre los factores endógenos se encuentra la mala calidad del semen de los españoles. Cosas de la alimentación. También se descubrió una relación directa entre en  el número de espermatozoides y la velocidad de los automóviles. A más velocidad menos espermatozoides. La velocidad continuó aumentando.

Ahí está. Quizá sea el último español, quién sabe. En cualquier caso, España no es país para espermatozoides envejecidos prematuramente.


 Al mismo tiempo, la dificultad para contar chistes, ya sea oralmente en el bar o a través de twits, aceleró la huída de los humoristas. Las cárceles comenzaron a llenarse de graciosillos que hacían chistes sobre un tal Carrero Blanco. Esto llevó a que barcos rebosantes de cómicos salieran del país en busca de un lugar donde se pudiera hablar en voz alta. De vez en cuando se hundían dichos barcos, y los cuerpos de los bromistas ahogados, aparecían hinchados en la playa, arrastrados por la marea  y espantando a un turismo de sol y playa. 

 Bromistas ahogados en la costa complicó el turismo de Sol y playa



Factores exógenos

El deshielo de los polos sumergió a la península bajo las aguas, salvo los territorios de Portugal, Cataluña y Euskadi, que flotaron a la deriva. De lo que el mundo conoció con el nombre de España, tan sólo quedó Mandril. La que antaño fue la ciudad sin límites, el centro del mundo, era ahora un pequeño pueblo de pescadores.


Entrar o salir de España no estaba exento de complicaciones


Se podía llegar a Mandril a través de una estrecha franja de tierra de apenas 20 cm. de ancho, y que la conectaba con Francia.  Este angosto corredor solo podía recorrerse a pie, lo que produjo algunas disputas y peleas con cuchillos de cocina, originadas entre los viajeros por saber quién de los dos dejaría el paso al otro. La riña siempre acababa en apuñalamiento. Este hecho también contribuyó a reducir, aun más, la población, así como a contaminar el océano Atlántico o el mar Mediterráneo, dependiendo del lado donde cayera el muerto. Estos hechos dificultaron enormemente el comercio de Mandril con el resto del mundo civilizado, complicando más si cabe el despoblamiento de Mandril, en otro tiempo llamado "El gran Mandril", ahora denominado con cierta ironía "El pequeño Mandril".

El fuerte proceso migratorio arrojó a una población diezmada más allá de sus fronteras, atravesando países y campos de refugiados de la Europa continental, perdiendo algunas de sus tradiciones por el camino, hasta que un día descubrieron que se habían convertido en "El Musulman". No es tanto que abrazaran el islamismo, sino que simplemente se habían transformado en "El Otro". Bajo  estas condiciones España fue expulsada de la Comunidad Europea, y los españoles también. En esta eterna diáspora, los españoles errantes recorrieron el mundo. Allí donde se establecían, se les aplicaba un progromo y se les confiscaba sus maletas y sus ahorros. Con el tiempo la identidad se fue diluyendo, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya no quedaban españoles. Se habían extinguido.

En realidad quedaba un español. El último español sobre la Tierra, aunque existen dudas al respecto. El último español sobre la Tierra no sabe hablar español, no existe nada que lo identifique como tal, sus padres eran oriundos de diferentes países, él mismo nació en otro lugar. Dice cosas que nadie entiende, utiliza signos y códigos que no comparte con nadie. Carece de DNI. Sabemos que es español por su sumisión y porque tira papeles al suelo cuando nadie está mirando. Todo apunta a que está loco.

Posiblemente el último español sobre la Tierra








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