Entrevista a un semidiós
La única fotografía que tenemos de nuestro semidiós, es del pasado, cuando era más bajito
Esta mañana me he despertado desnudo junto a un semidiós. El cielo ha dejado de ser azul y ahora es verde. Por la tarde promete que será amarillo. No todos los días uno tiene la posibilidad de acostarse con un semidiós, pero en aras de la verdad, debo decir que la diferencia fundamental entre un semidiós y una persona, es que el semidiós es humano, demasiado humano.
Semidiós: ¿Te gusta el cielo? Lo he coloreado para ti
Dominguet: Si, me gusta, pero el cielo azul mola más. En cuanto a los colores que nos ofrece la naturaleza admito que soy partidario de la tradición
Semidiós: ¿Guardarás mi secreto?
Dominguet: Por supuesto, pero en cuanto llegue a casa lo publicaré en mi periodiquito digital. No te preocupes, apenas nadie lo lee. En cualquier caso ten confianza en mí, preservaré tu identidad
Semidiós: Si, porque tal como están las cosas, mi vida corre peligro
Dominguet: ¿Peligro? ¡Si tú eres un semidiós!
Semidiós: Si, pero recuerda...un semidiós mortal
Dominguet: Mortal pero todopoderoso
Semidiós: Bueno, mis poderes se circunscriben exclusivamente a la ciudad de Mandril, más allá del área metropolitana, soy un hombre cualquiera
Dominguet: Tu caso es paradigmático. Un semidiós mortal, todopoderoso, que tan solo actúa en la ciudad donde vive...supongo que ahora me dirás que trabajas en una fábrica
Semidiós: Trabajo en una fábrica
Dominguet: Y que vives de alquiler
Semidiós: Vivo de alquiler
Dominguet: Y que no tienes coche y vas en bicicleta
Semidiós: Si, efectivamente ¿Cómo lo sabes?
De repente, suena una canción. Es imposible precisar de donde viene el sonido y que tipo de música es. Desde luego es una novedad. El semidiós me mira sonriente.
Dominguet: Lo has hecho tú, ¿verdad?
Semidiós: (Dejando de sonreír y mirándome cabizbajo) Si...
Dominguet: Coloreas los cielos e inventas canciones que me gustan y entretienen ¿No te das cuenta? En cualquier momento puede explotarte una vena en la cabeza y todos tus superpoderes se desintegrarán para siempre en el éter cósmico.
Semidiós: Si, puedo hacer más cosas, pero todo se complica. Podría si quisiera hacer que los mandrileños jamás murieran, pero la responsabilidad es enorme. Seguramente acabaría la ciudad siendo bombardeada por aviones de la OTAN
Dominguet: ¿Y no te has planteado, por ejemplo, acabar con las enfermedades, con la locura, la vejez, las alergias?
Semidiós: No, no se me ha pasado por la cabeza. Ten en cuenta que trabajo en una fábrica y llego demasiado cansado a casa para ponerme a pensar. Lo que más me apetece es comprar un bote de cerveza en el chino, pero esto es un verdadero lujo. Así que me meto en la cama con un libro de gramática y al poco tiempo me quedo dormido. Ya sabes, la gramática es el camino más directo para acabar de una vez por todas con la imaginación.
Dominguet: Esto no puede ser, necesitas un programa.
Semidiós: ¿Un teleprograma?
Dominguet: Mejor aun. Un programa político de acción con el que intervenir en la realidad.
Dominguet y el semidios están sobreexcitados. La idea de dedicarse a transformar la realidad desde una perspectiva política les invita a levantarse de la cama y ponerse manos a la obra. Es el momento. Pero antes tienen que recoger la casa y fregar algunos cacharros.
7 comentarios:
Me alegro de haber encontrado tu blog y de no ser un semidiós
Me alegro de haber encontrado tu blog y de no ser un semidiós
Me alegro de haber encontrado tu blog y de no ser un semidiós
Esto es una basofia. Por cierto soy una semidios
Yo también soy un semidiós y no es tan malo
Porque se une el semidiós a la política para convertir su perspectiva en realidad si lo puede hacer con sus poderes de semidiós y puede hacer que las armas y bombas no existan y así no los pueden atacar.
esto mas parece el relato de dos homosexuales
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