viernes, 16 de agosto de 2013

Caminito de la perfección

Caminito de la perfección


(El escenario se ilumina.  Un hombre, al que llamaremos Mandrileño, aparece con un cartel en el que está escrita la palabra "Extranjero". Está buscando a alguien al que llama a voces).

El Mandrileño está buscando a alguien entre el público

Mandrileño: ¡Extranjero! ¡Extranjero! ¿Hay aquí algún extranjero?

(Un hombre de entre el público levanta la mano)

Extranjero: ¡Yo mismo!

Mandrileño: Bienvenido a Mandril. Haga el favor de subir al escenario.

(El Extranjero sube al escenario, pero tropieza con uno de los escalones y cae al suelo)

Mandrileño: Tenga cuidado, aquí nadie tropieza dos veces en la misma piedra

Extranjero: Disculpe, pero tan solo tropecé una...

Mandrileño: Sea lo que sea, bienvenido a Mandril (Se dan la mano) Y ahora, dígame, ¿está dispuesto a alcanzar la perfección?

Extranjero: Si, ese es mi deseo

Mandrileño: Pues ha llegado al lugar apropiado. Yo seré su guía. Aquí tiene un pequeño equipaje básico para alcanzar la perfección y un pequeño librito

Extranjero: ¿Un libro? ¿De qué trata?

Mandrileño: Es la Constitución de Madril. Lea en voz alta el artículo primero...

Extranjero: "Se propugna como valor superior del ordenamiento jurídico de Mandril, la perfección..." 

Mandrileño: ¿Qué le parece?

Extranjero: Suena bien, no está mal...

Mandrileño: No está nada mal

Extranjero: (Sigue leyendo) Pero aquí, en el preámbulo, dice también: "Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"

Mandrileño: Si, es un chiste de Roger Crunch, ¿le gusta? 

Extranjero: ¿Y por qué está incluido un chiste en la constitucíón?

Mandrileño: El humor forma parte de nuestros valores constitucionales. De hecho, es el último peldaño para alcanzar la perfección.

Extranjero: ¿Y donde se encuentra la perfección?

Mandrileño: ¡Allí! (señalando a un edificio gigantesco, que se eleva más allá de las nubes)

Extranjero: ¿Eso es la perfección?

Mandrileño: Si, bueno...se encuentra exactamente en el último piso. Pero amigo, acompáñeme hacia la perfección y yo le seguiré contando...

Extranjero: ¿Y usted, ya alcanzó la perfección? 

Mandrileño: Todavía no, pero me aproximo a diario. Mire mis dientes, por favor...

Extranjero: Son perfectos

Mandrileño: Para alcanzar la perfección es preciso un trabajo constante, cultivar el cuerpo, hacer abdominales, hacerse ortodoncias... Esto nos ha permitido obtener los cuerpos más follables del mundo y ser la primera ciudad del planeta en enviar a un hombre a Marte. Bueno, lo enviamos, pero la nave explotó por el camino. Actualmente estamos experimentando con un hombre que atravesará el océano Atlántico haciendo equilibrios sobre una cuerda floja.

Extranjero: ¿Llegaré a la perfección algún día?

Mandrileño: Si no me entretiene usted demasiado, si....¡Pero qué es esto! 

Extranjero: ¿Por qué me mira así?

Mandrileño: ¡Usted tiene granos!

Extranjero: Acné juvenil, supongo

Mandrileño: ¿Acné juvenil? ¡Si usted ya tiene cuarenta y cinco años! Con esa cara no va a poder entrar en la perfección...tendrá que hacer algo...explotárselos, hacerse un peeling...lo que sea

Extranjero: ¿Así, ahora, tan rápido?

Mandrileño: Haga algo, póngase algo en la cabeza, por favor. Además está gordo.

Extranjero: ¿Qué quiere que haga?

Mandrileño: Le seré sincero...La perfección es un templo, no puede pasar de esta guisa, pero le ayudaremos. Para alcanzar la perfección es preciso estimular la perfección, y para estimular la perfección, debe ser castigado

Extranjero: ¿Yo? 

Mandrileño: Bendito sea...no se le castiga a usted. Lo que se castiga es la imperfección; y usted tiene la imperfección pegada a la cara. 

Extranjero: ¿Me van a castigar por un grano?

Mandrileño: No se preocupe....Ya verá como en poco tiempo desaparecen esos granos y kilos de más que le hacen particularmente...

Extranjero: ¿Tan particularmente imperfecto?

Mandrileño: ¡Si! Pero que demonios...¡Ya hemos llegado! 

Extranjero: ¿Ya hemos llegado? ¡Si no nos hemos movido del sitio!

Mandrileño: No se preocupe. En breve se apagarán las luces y apareceremos conversando distendidamente en unos cómodos sillones.  Yo le entregaré todos los detalles que precise para comprender, si puede, nuestra organización política y social...

Extranjero: Si, por favor...que ya me duelen los pies. Primero me duelen y después...

Mandrileño: Después le huelen...Ya sabe usted que en esta ciudad el olor a pies es...

Extranjero: Ya, en esta ciudad el olor a pies es...demasiado imperfecto

(Se apagan las luces)



(Vuelven a encenderse las luces.  El Mandrileño y El Extranjero se encuentran sentados en unos cómodos sillones. Bueno, no es así exactamente; en realidad el mandrileño se encuentra sentado en un cómodo sillón y el extranjero en una incómoda silla).

Mandrileño: Ya está ¿Qué le parece?

Extranjero: ¿Esto es la perfección?

Mandrileño: No, esto solo es el vestíbulo. Pero por favor, póngase esto...(el mandrileño se saca un calzoncillo del bolsillo)

Extranjero: ¿Qué es esto?

Mandrileño: Un calzoncillo. Siempre llevamos un calzoncillo en el bolsillo, por si acaso. Nunca sabemos cuando vamos a tener que utilizarlo, pero no le haga ascos...está limpio

Extranjero: Gracias, no me hace falta

Mandrileño: No...si es para que se lo ponga en la cabeza

Extranjero: ¿En la cabeza?

Mandrileño: Si...es que ese maldito grano...

(El extranjero se pone el calzoncillo en la cabeza, cubriéndole el rostro)

Extranjero: ¿Qué tal ahora?

Mandrileño: Mucho mejor

(Un silencio)

Mandrileño: ¿Cómo se encuentra?

Extranjero: Incómodo, la verdad. Un clavo está sobresaliendo de la silla y me está haciendo una herida,  y el calzoncillo en la cabeza me impide respirar con naturalidad

Mandrileño: No se preocupe, así se aproximará a lo perfecto. ¿Quiere que le recite un poema de Walt Disney?

Extranjero: Querrá decir Walt Whitman

Mandrileño: No, Walt Disney

Extranjero: ¿No había muerto?

Mandrileño: Estaba crionizado, pero le descongelamos. ¿Conoce el "Canto a Micky a Mouse"?

Extranjero: No...

Mandrileño: Es un clásico. Tras la segunda llegada de Walt Disney a la Tierra, se puso a escribir poesía y...

Extranjero: ¿Poesía sobre dibujos animados?

Mandrileño:  Disney era un genio. Cuando despertó de su estado de hibernación, la ciudad de Mandril se encontraba sumida en una profunda depresión. La mujer se había extinguido, y los mandrileños se dedicaban a escribir sobre el extrañamiento. La ausencia de las mujeres les había llevado a la escritura de una poesía cargada de melancolía...y entonces llegó él, con sus canciones a Pluto, al pato Donald y al Tio Gilito...Permítame que le recite una breve estrofa de "Canto a Micky Mouse"

Extranjero: Si no hay más remedio...

Mandrileño: No hay más remedio. Escuche:

"Y me desnudó, 
y me llevó su cama,
a un profundo sueño de un millón de años
y él,
se levantaba  a comer trocitos de queso durante la noche más larga"

Mandrileño: ¿Qué le parece? ¿No es conmovedor? Me encanta leer a los clásicos. 

Extranjero: Estoy petrificado

Madrileño: ¿No le ha gustado?

Extranjero: No...si el poema está... en fin...muy bien...

Mandrileño: ¿Y entonces?

Extranjero: No me puedo creer que las mujeres se hayan extinguido en Mandril

Mandrileño:  ¿Eso es lo que le preocupa? Permítame que le diga; el camino a la perfección a veces nos lleva a tomar decisiones difíciles...pero desde que se abolió la mujer no existe la discriminación por género, ni los embarazos no deseados. La estadística lo demuestra; han desaparecido todos los delitos sexuales y la discriminación positiva

Extranjero: ¿Y por qué no se extinguió el hombre en vez de la mujer?

Mandrileño: Fue lo más práctico. En realidad era la única opción posible. Mientras existieran mujeres siempre cabía la posibilidad de que se embarazasen, ya sea por inseminación artificial o mediante relaciones con turistas o en sus viajes al extranjero. Y si se quedaban embarazadas cabía la posibilidad de que naciera un niño.Y un niño, a la larga, podría convertirse en un hombre.

Extranjero: ¿Entonces tampoco hay niños?

Mandrileño:  No hay partos, y por lo tanto no hay recién nacidos. Al suprimir a la mujer hemos eliminado también a los niños. Podríamos decir que...hemos matado a dos pájaros de un solo tiro

Extranjero: No entiendo nada, ¿cual es el fin de todo esto?

Mandrileño: La cuestión social, la mejora de las relaciones ¡Ha descendido el desempleo! El gasto en educación se ha reducido sensiblemente; no son precisas las escuelas, ni las guarderías, ni los paritorios. Las pensiones de orfandad ya no existen. ¿Sabe de cuanto dinero estamos hablando?

Extranjero: ¿Es una cuestión meramente económica?

Mandrileño: Se lo diré de otra forma ¿Sabe cuanto tiempo y energía se dedicaba en el pasado a pensar en las mujeres? Una vez que te acostumbras a vivir sin mujeres y sin niños, le coges gusto, y uno se emplea más a sus pequeñas cosas, a escribir artículos satíricos o comedias, breves dramaturgias, dibujar tebeos... Ahora queda más tiempo para cultivarse, para superar nuevas metas. ¿No recuerda que engorroso, ridículo y patético era ver a un anciano tras una adolescente en busca de sus favores? Hemos perdido a las mujeres, si, pero hemos ganado en dignidad. No obstante, la extinción de la mujer no se produjo de la noche a la mañana, el proceso llevó más de ciento cincuenta años. Ellas mismas acudían a las clínicas a realizarse unas ligaduras de trompas que por otra parte, tampoco era necesarias. Retrasaron tanto la concepción que cuando se dieron cuenta, era demasiado tarde. En realidad la abolición de la mujer no se produjo tanto por un mandato constitucional como a través de un proceso natural

Extranjero: ¿Han eliminado las mujeres de la sociedad para tener tiempo libre y dedicarse a dibujar tebeos y escribir obritas de teatro?

Mandrileño: Si ¿O acaso usted no quiere alcanzar la perfección?

Extranjero: Ahá

Mandrileño: Entonces sígame, le presentaré a la perfección ¿Ve ese ascensor?

Extranjero: Si...

Mandrileño: Usted subirá por las escaleras



(Se apagan las luces. Oscuridad total. Cuando vuelven a encenderse el Mandrileño está esperando. Al rato hace aparición el Extranjero, que llega al último piso, cansado, muy cansado, tras subir miles y miles de pisos por las escaleras, a pie)

Mandrileño: Llega tarde

Extranjero: ¿Tarde? Llego diez, quince o veinte años tarde...Si me hubiera dejado coger el ascensor...

Mandrileño: No se lo tome a mal...Mire que piernas se le han quedado. Son puro músculo...aunque parece más viejo

Extranjero: Soy más viejo

Mandrileño: No funfurruñe, ha llegado al último piso. Se encuentra a unos metros de la perfección

Extranjero: ¿Donde está, no la veo?

Mandrileño: Tras la puerta ¿No quiere llamar?

Extranjero: No sé...me da que al final este asunto será una gilipollez

Mandrileño: Haga lo que quiera, yo me despido. Me esperan...

(Llega el ascensor. El Mandrileño sube, y mientras se cierran las puertas saluda con la mano y vuelve a repetir....)

Mandrileño: Me esperan....


(El Extranjero se queda solo, frente a la puerta donde espera la perfección. Duda si llamar o no llamar, pero finalmente lo hace. Llama.

Abre la puerta la Perfección. Se encuentra tambaleante. Lleva un vaso en una mano y en la otra una botella de Whisky)

Perfección: ¿Quién molesta? No ve que estoy trabajando...

Extranjero: Eh....

Perfección: ¿Quién es usted? Qué quiere...

Extranjero: Venía por lo de la perfección...

Perfección: ¿Qué viene por lo de la perfección?

Extranjero: Si...

Perfección: Pues póngase entonces a fregar los cacharros....que se me acumulan en la pila. Tengo la casa llena de mierda, y en el water aun hay más...

Extranjero: ¿Yo?

Perfección: ¿Quién sino?  No voy a ser yo el que limpie mi propia mierda

Extranjero: Pero...

Perfección: ¿Qué es eso? ¿Qué lleva en la cabeza? ¿Un calzoncillo?

Extranjero: Si, un calzoncillo, es que...

Perfección: ¿Un calzoncillo en la cabeza? ¡Quíteselo inmediatamente!

(El extranjero se quita el calzoncillo)

Perfección: ¿Qué tipo de broma es esta? ¡Tiene granos! ¡Póngase el calzoncillo de nuevo, o un saco, o una bolsa de plástico, lo que sea, pero póngase algo en la cabeza ya!

(El extranjero vuelve a ponerse el calzoncillo en la cabeza)

Extranjero: Yo es que...creía que aquí alcanzaría la perfección...

Perfección: ¿Sabe de lo que está hablando?

Extranjero: Eh...

Perfección: ¿Cómo cree que va a llegar a la perfección si tiene que fregar platos?

Extranjero: (Extendiendo su brazo hacia la perfección) Yo...

Perfección: (Dando un paso atrás) No me toque, ¿no ve que es contagioso?

Extranjero: ¿Contagioso?

Perfección: No ve que tiene granos, que está gordo, tiene canas, que le faltan los dientes...

Extranjero: ¡Pero yo quiero ser perfecto!

Perfección: Para ser perfecto tiene que ser ingenioso, contar chistes, escribir comedias de situación...

Extranjero: ¡Yo quiero contar chistes!

Perfección: Usted no puede contar chistes. Para contar chistes tiene que cultivar su cuerpo y su mente, asistir a talleres de crecimiento personal, tocar la guitarra, esquiar, vivir experiencias únicas e irrepetibles, viajar por el mundo,  hacer abdominales, hablar en público sobre la coyuntura internacional mientras un hombre le sirve la mesa...¿Usted tiene un hombre que le sirva la mesa?

Extranjero: No, pero...

Perfección: ¿Cómo va a tenerlo si es usted, precisamente, el hombre que sirve la mesa?

Extranjero: Pero yo puedo contar chistes...

Perfección: No puede. No puede porque no tiene el ingenio suficiente, porque no tiene el tiempo preciso para cultivar el ingenio, porque tiene que fregar mis platos, porque no podemos dejar la técnica cómica en manos de cualquiera...Qué quiere, ¿arruinar el país?

Extranjero: ¿No puedo contar chistes?

Perfección: No, no tiene el certificado

Extranjero: ¿El certificado?

Perfección: El certificado acreditativo, el certificado de veinte años de estudios especializados sobre el humor y una probada experiencia...

Extranjero: ¿Qué hago aquí entonces? Mejor haría si me fuera...

Perfección: ¿Irse?

Extranjero: Si, irme (Se dirige a la puerta) ¡Adiós!

(El Extranjero trata de abrir la puerta, pero esta no se abre)

Perfección: A dónde quiere ir usted, pobre hombre...

Extranjero: (Tratado de forzar la puerta) ¡No se abre!

Perfección: Es muy difícil entrar en la perfección, pero más difícil es salir...

Extranjero: (Abatido) Pero yo...yo llevo la perfección dentro...

Perfección: Si, muy dentro...y espero que se quede allí siempre

Extranjero: ¿Y si quemo a la perfección? ¿Y si quemo la perfección conmigo dentro?

Perfección: ¿Eso es un chiste? Muy malo por cierto, no me ha hecho la menor gracia ¡Ale, a fregar platos!


(El extranjero entra en combustión espontanea. Desaparece de escena agitando los brazos mientras es devorado por el fuego)

Extranjero: (Gritando en llamas) ¡Arggg! (Sale)

Perfección: ¡A fregar! ¡Y no dejes manchas de hollín por el suelo!


(En ese momento alguien llama al timbre. La perfección abre la puerta. Se encuentra tambaleante. Lleva un vaso en una mano y en la otra una botella de Whisky)

Perfección: ¿Quién molesta? No ve que estoy trabajando...





(Cae el telón)





















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