Aborto practicado por el gobierno católico de Mandril
¡El mayor aborto del mundo!
Las gentes hacen corrillos en las calles de Mandril y debaten sobre si los embriones tiene alma y si esta va al cielo o se queda atascada en el mismo borde del infierno, lejos del alcance de las llamas, donde se encuentra el limbo.
Ya no existe el limbo, ahora existe el pan Bimbo, aunque en franco retroceso. Un día desapareció, y todos los no bautizados que se encontraban allí, se desintegraron en la Nada. Todo desaparece. El gobierno católico sueña con la venganza, sueña con que aparezca un día por el horizonte un enorme feto sanguinoliento en Mandril gritando "¡Quiero mi tarta!" y que aplaste a los partidarios del aborto. Pero ha de tener cuidado con lo que sueña, pues todos los sueños se convierten en realidad, y una vez aquí, escapan a nuestro control. Lamentablemente, a un feto de estas dimensiones, en caso de existir, y al carecer de un cerebro y un sistema nervioso plenamente desarrollado, le resultaría del todo imposible distinguir entre un pro y un anti abortista. El desastre sería mayúsculo. Esto haría que interviniese el gobierno católico del gran Mandril, es decir, paradojicamente, se vería obligado a practicar un provocar un gigantesco aborto de proporciones descomunales. Pronto enviaría al ejército a disparar contra el feto sanguinoliento. Imaginen la escena: un feto bombardeado por los aviones de mítico ejército de Mandril. No es del todo seguro que sucediera, pero es posible que se realizara un día una película. Desconozco el presupuesto
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