Para pasar desapercibido por los incidentes que puedan ocasionar mis creaciones he comprado una barba postiza y un sombrero
Primeras notas sobre el cuaderno fantástico
Lo confieso, tengo alguna responsabilidad con lo que ocurre en el mundo. Algunos me pueden acusar de inacción, pero es falso. Tengo un cuaderno en el que todo lo que apunto, escribo o dibujo se convierte en realidad.
Si, tengo un cuaderno fantástico. Puedo dibujar a un ser y descubrir que más tarde ya existe en las calles bajo la forma de moco verde o en mi cama, como amante, construido de neutrinos inestables. Y debo tener cuidado, porque cualquier gesto, movimiento fortuito, corriente de aire o pensamiento podría hacerles desaparecer, desintegrarse o abandonarme para siempre. En realidad he perdido el control, desde el principio, sobre estas criaturas que van brotando de mi cuaderno fantástico. Nada puedo hacer. Escribo sobre ellos y aparecen en el mundo después. Y allá van, pueden ser monstruos a los ojos del otro. Desconozco si alguna de mis creaciones alcanzará la presidencia o si hablará ante el pueblo. Sé que la policía les dará el alto, pero ellos carecen documentación. Nadie sabe su origen ni como llegaron a Mandril. Se les detiene, si, y se les quiere volver a expulsar del mundo, pero es demasiado tarde, nadie sabe dónde enviarlos.
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