Le encanta encaramarse al edificio más alto de la ciudad y descubrir como el proceloso mar de la existencia cubre Mandril, con sus olas indescifrables y temibles
El selenita perplejo
Lleva 45 en Mandril y todavía no sabe cuando regresará a la Luna
Escribe apuntes, anécdotas de la vida que nadie conoce más que él, por lo general, bastante banales, informes contradictorios, opiniones que expresan exactamente lo contrario de lo que piensa
"Ayer un hombre cayó de espaldas, cuando descubrió un gorrión que le sobrevolaba"
Le interesa especialmente la vida ridícula de los hombres, oculta siempre tras la imagen falsa de la apariencia
"Aproxímese a un hombre y rasguele con el dedo, bajo su piel aparecerá un monigote. A veces, paradójicamente, si rasga el cuerpo de un monigote, puede aparecer la nada o quizá un hombre"
Le encanta encaramarse al edificio más alto de la ciudad y descubrir como el proceloso mar de la existencia cubre Mandril, con sus olas indescifrables y temibles. Hay días que siente, aunque sea tan solo un instante, poder apaciguar las agitadas aguas con la mente
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