Al parecer en el futuro, además de monos plateados, uno también envejece
Dominguet ha llegado a Mandril con 94 años muy empeñado en que no hagamos el canelo. Tan solo ha dejado este video.
Llegada de Dominguet a Mandril con 94 años
Alguien ha llamado a la puerta del piso donde vive Dominguet. Así que Dominguet ha mirado a través de la mirilla. Tras la puerta había un hombre viejo.
Y ha abierto la puerta. Allí se encontraba el hombre viejo. Dominguet le ha preguntado qué quería, y el hombre viejo le ha dicho que quería alertarle del futuro. Reproducimos a continuación el transcurso de esta extraña conversación
Dominguet: ¿Qué desea?
Anciano: ¡Alertarte del futuro!
Dominguet: ¿Quién es usted?
Anciano: Mírame bien ¿No me reconoces? Tú eres yo. Mi nombre es Dominguet y vengo del futuro
Interrumpimos la conversación para aclarar que a partir de este momento, el personaje al que hemos denominado Anciano, pasará a llamarse por su nombre, es decir, Dominguet, 50 años después.
Dominguet 50 años después: ¡Vengo para alertarte del futuro!
Dominguet: ¿Y qué me vas a decir, que dentro de 50 años no voy a tener dientes? ¿Qué se me habrá roto la cadera?
Dominguet 50 años después: Bueno, eso también. Respecto a lo de la cadera, vete ahorrando, si no te verás obligado a recurrir a crédito para conseguir una prótesis.
Dominguet: ¿Pero existirá el mundo 50 años después?
Dominguet 50 años después: En realidad el fin del mundo llegará el mismo dia en el que mueras
Dominguet: Voy a perder los dientes, voy a perder la cadera, voy a perder la vida y el mundo se va a disolver en la nada cósmica ¿qué clase de noticias vienes a traerme? ¿Podrías decirme exactamente qué quieres?
Dominguet 50 años después: Prepárate, esta es gorda. Vengo del futuro para alertarte de que no hagas el canelo.
Dominguet: ¿Otra vez? La semana pasada ya veniste a decirme lo mismo
Dominguet 50 años después: ¡Es muy importante!
Dominguet: Pero comienza a cansarme. Todas la semanas igual. Un viejecito llama a la puerta, y resulta que soy yo. Habla en clave. Me entrega un video, pero en un formato que todavía no está inventado y no lo puedo ver.
Dominguet 50 años después: Es muy importante que no hagas el canelo. Por primera vez en las cientos de visitas que te he realizado responderé a todas tus preguntas. Tienes un minuto. Así que dispara.
Dominguet: Pero comienza a cansarme. Todas la semanas igual. Un viejecito llama a la puerta, y resulta que soy yo. Habla en clave. Me entrega un video, pero en un formato que todavía no está inventado y no lo puedo ver.
Dominguet 50 años después: Es muy importante que no hagas el canelo. Por primera vez en las cientos de visitas que te he realizado responderé a todas tus preguntas. Tienes un minuto. Así que dispara.
Dominguet: Uno) Vienes del futuro para alertarme de que no haga el canelo y que voy a morir. Eso sí, no aclaras en absoluto que significa exactamente "hacer el canelo". Dos) Te desplazas todas la semanas por el espacio tiempo hasta llegar a mi piso. ¿Dispones de una máquina del tiempo?
Dominguet 50 años después: Vengo en taxi desde el futuro. ¡Claro tio! Dispongo de una máquina del tiempo casera producto del aburrimiento. La fabriqué durante una tarde en la cocina de casa.
Dominguet: ¿Y no podrías utilizarla para desplazarte a los 80' y matar a Reagan o a Teacher?
Dominguet 50 años después: Si, uff, pero me da un poco de pereza. Además hay un acuerdo no tácito sobre el uso popular de la máquina del tiempo. No podemos alterar el futuro.
Dominguet: No se trata de alterar el futuro, sino el presente
Dominguet 50 años después: No puedo darte pistas, ni dinero, ni números de teléfonos de chicas. No puedo decirte como será el futuro, solo decirte por favor, que no hagas el canelo.
Dominguet: ¿Y no podrías llevarme al futuro para hacerme idea y poder planificar mis próximos movimientos existenciales?
Dominguet 50 años después: No. La máquina del tiempo es unipersonal. Ay. Eso me recuerda que tengo que inventar ya, antes de que caiga desplomado e infartado contra el suelo, una máquina del tiempo casera a pedales. Uy, se me acaba el tiempo.
Dominguet: ¿Te vas?
Dominguet 50 años después: Si, pero nos veremos la próxima semana
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