No tengo ninguna foto de mi Yo interior, ni ganas de dibujarlo. Pero he encontrado esta fotografía para ilustrar el dicho popular que dice que "La vida engendra vida", si, de acuerdo, pero también accidentes de tráfico
Diálogo con mi yo interior
De vez en cuando, cuando el autor de este periódico ha bebido y fumado demasiado, se despierta en mitad de la noche alarmado por su yo interior. Hoy reproducimos la conversación que tuvo Dominguet y su yo interior durante la siesta
Yo interior: ¡Vas a morir!
Dominguet: (Despertando sobresaltado) ¡Eh! ¿Donde estoy? ¿Qué ocurre?
Yo interior: ¡Vas a morir!
Dominguet: ¿Quién eres tú?
Yo interior: Soy tu yo interior, ¿no me reconoces?
Dominguet: ¿Y me despiertas así, tratando de asustarme? Esta noche dormí poco y mal, estoy intoxicado, déjame en paz, necesito dormir treinta minutos más
Yo interior: Despierta, despierta ¡Vas a morir!
Dominguet: No, no voy a morir, ¡voy a dormir!
Yo interior: ¿Recuerdas el artículo sobre cómo ser centenario? Comes demasiados bollos y vives bajo un estrés constante. Comes bollos, fumas cigarros, bebes café y cerveza, eso es fatal. Imagina que te estalla una vena.
Dominguet: ¿Me va a estallar una vena, precisamente ahora? Yo pensaba que me iba a caer encima un meteorito
Yo interior: ¿Un meteorito?
Dominguet: (Incorporándose algo sobre la cama) Si, va a caer un meteorito y me va a arrancar la cabeza, ¿no te alegra?
Yo interior: No, no me alegra
Dominguet: Pues debería alegrarte. Pasaría automáticamente a ser inmortal.
Yo interior: Pero si tú eras el que decías que el fin de la vida era el fin del todo
Dominguet: Si, pero permanecería vivo en la memoria colectiva y en las hemerotecas ¿A cuanta gente recuerdas que haya perdido la cabeza por el impacto de un meteorito?
Yo interior: ¡A nadie!
Dominguet: Precisamente. No existe documento alguno que narre tal suceso, porque jamás ha sucedido. Y por supuesto, puede ocurrir en cualquier momento, quizá en el intervalo de esta conversación. Lo importante es que no escueza demasiado. Y claro, ser el primero en algo, aunque sea perdiendo la cabeza por un meteoro incandescente, me haría sobrevivir a la muerte,eso si, bajo la forma de un chiste.
Yo interior: No es muy consolador que digamos
Dominguet: ¿Quieres que te consuele?
Yo interior: No
Dominguet: Pues te voy a consolar
Yo interior: Si insistes...
Dominguet: Una amiga me dijo que no existe la muerte,que solo existe la vida
Yo interior: ¿Y te lo creiste?
Dominguet: Sin embargo es cierto. Nadie existe cuando se muere, es una de las singularidades de la muerte, uno deja de existir
Yo interior: Pues vaya
Dominguet: Y eso nos lleva a determinar que si la muerte no existe,entonces, la vida es TODO
Yo interior: ¿Y es necesario decir TODO en mayúsculas?
Dominguet: Si, por supuesto
Yo interior: ¿Lo es TODO?¿Aunque viva una décima de segundo o viva cien años?
Dominguet: Muy bien, vas comprendiendo
Yo interior: No me convence.Y no me convence porque entonces la vida es algo despreciable...
Dominguet: ¿Despreciable?
Yo interior: Despreciable en términos absolutos, quiero decir
Dominguet: Me dejas más tranquilo
Yo interior: Dices que cien años y un segundo son exactamente lo mismo, es decir, un destello fugaz, y ni siquiera. En realidad existir, es como no haber existido. Es más, en realidad la vida no existe
Dominguet: Si, se mire como se mire es bastante absurdo todo
Yo interior: Totalmente. Absurdo y atroz.
Dominguet: Super atroz. Si observas bien, la vida solo puede existir mediante el horror, es decir, matando y comiendo. Seré más claro: no podemos comer piedras, son indigestas, y contienen pocos nutrientes. Un adulto es el resultado de una cadena de horror, muertes y digestiones. Un hombre no es más que un asesino en serie. Aunque reconozco que es más poético decir que "La vida se nutre de la vida"
Yo interior: Jajaja
Dominguet: Si te consuela tengo otra frase guardada en el bolsillo, la oí en una película...
Yo interior: Dispara...
Dominguet: "La muerte es lo último que va a pasar en tu vida"
Yo interior: Ni antes, ni en medio. La muerte siempre ocurre al final
Dominguet: ¿Y ahora, me dejarías volver a la siesta?
Yo interior: Vale, ¿pero nos volveremos a ver, no?
Dominguet: Claro hombre, ya sabes que te quiero mucho
Yo Interior: ¡Hasta luego Dominguet!
Dominguet: ¡Hasta luego!
Dominguet y su yo interior se despidieron con un "¡Hasta luego!", pero debieron hacerlo con un "¡Hasta nunca!", porque minutos despúes hizo aparición en escena un meteorito que entró por el lado superior derecho del escenario que arrancó la cabeza a Dominguet. Lamentablemente, contradiciento la tesis de Dominguet, este no acabó siendo inmortal, ni se hicieron chistes ni canciones en su memoria. Eso sí, consiguió un minuto de fama de menos de sesenta segundos
Dominguet y su yo interior se despidieron con un "¡Hasta luego!", pero debieron hacerlo con un "¡Hasta nunca!", porque minutos despúes hizo aparición en escena un meteorito que entró por el lado superior derecho del escenario que arrancó la cabeza a Dominguet. Lamentablemente, contradiciento la tesis de Dominguet, este no acabó siendo inmortal, ni se hicieron chistes ni canciones en su memoria. Eso sí, consiguió un minuto de fama de menos de sesenta segundos
2 comentarios:
¿Y quién va a escribir ahora este periodiquito? ¿El yo interior de Dominguet? ¿El meteorito?
Hola Nemo. Dices: "Y quién va a escribir ahora este periodiquito?" No lo había pensado, igual lo puedo escribir yo, pero todavía no estoy del todo preparado. Mientras tanto confío que lo haga otro personaje en tanto que se prepara una nueva resurrección de Dominguet.
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