Evidentemente no tenemos ninguna fotografía del hombre que aparecerá un día en Mandril, porque entre otras cosas, todavía no ha aparecido. Así que he dibujado una especie de retrato robot basado en nada, imaginario, porque todavía no existe
Algún día aparecerá un hombre
Algún día aparecerá un hombre en Mandril con un bolso, pero no será un bolso cualquiera. En su interior guarda un panfleto, pero no es un panfleto cualquiera.
Usted andará con prisas, como siempre, pero algún día un hombre se aparecerá ante usted, le sonreirá, y le entregará un panfleto. Lo más probable es que usted tire el panfleto al suelo sin leerlo, y hará bien si todavía persiste la huelga de barrenderos. Este pequeño gesto es una manera eficiente de participar en la lucha de clases. Pero también podría ocurrir que guarde el panfleto en el bolsillo para leerlo más tarde. Si, más tarde leerá el panfleto y se preguntará, "¿Qué broma es esta?" Su primera reacción será de incredulidad, después tratará de resistirse y pensará "¿Qué me querrá vender?" Más tarde, su curiosidad, si la tiene, le tentará para buscar al hombre que apareció en Mandril con un bolso lleno de panfletos. A continuación ofrecemos una reproducción del panfleto que el viento arremolinaba en las calles de Mandril y que dice así:
"¿Quieres tomar un café conmigo?"
Creemos que este será el panfleto que reparta por las calles de Mandril, quizá incluya su número de teléfono, pero ni siquiera sabemos si tiene teléfono
Ahora bien, usted ha encontrado al hombre que aparecerá un día en Mandril y se pregunta"¿No será todo esto una estratagema para follar?" Posiblemente. Lo que no sabemos es si esta estratagema es patética, desesperada o simplemente simpática o arriesgada. Sea lo que sea, si usted desea tomar un café con el hombre que aparecerá un día en Mandril, debe darse prisa, no deje que pasen alocados los minutos y los años, sino, podría ocurrir que el día que usted se decida por fin a tomar un café con el hombre que aparecerá en Mandril, este será descafeinado. Por lo demás, no tenemos nada en contra del descafeinado, pero debemos reconocer que es un tanto geriátrico.
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