Pequeña teoría de bolsillo
De esta manera es muy difícil percibir la realidad adecuadamente, además es posible que la falta de oxígeno provoque alguna alteración sensorial, y llegado el caso, la muerte
Había perdido la capacidad olfativa, pero no me importaba demasiado, más que nada porque todo el mundo la había perdido. La teoría más aceptada sobre la disminución del sentido del gusto y del olfato, tenía algo que ver con un cambio en las proporciones de los sentidos.
Lo cierto es yo no había perdido totalmente el gusto y el olfato, como el resto, pero olíamos menos, la verdad. La vida sin olores intensos estaba bien, pero nos alejaba de la realidad, aunque tampoco nos importaba demasiado. Yo intentaba estar en contacto con la realidad escribiendo chistes y articulitos satíricos, pero no tenía muy claro si mi actividad creativa me estaba aproximando o alejando de la realidad, esto es, me estaba evadiendo de la realidad.
Sin embargo, desde hace tres días he comenzado a oler, a oler mal. Sucedió en el tren, había encontrado asiento y comenzó a oler mal a mi alrededor. Ese olor era casi imperceptible, pero muy desagradable. Olía a algo en mal estado. Lo primero que pensé, es que momentos antes el asiento había sido ocupado por un indigente, me cambié de asiento, y continuaba oliendo mal. Me olí yo mismo. No pude encontrar el origen de ese olor. Sin embargo ese olor me acompañó todo el día.
Un ciego intensifica la proporción del resto de sus sentidos. El hombre moderno intensifica la proporción de algunos sentidos en detrimento de otros. La vista, el oido y el tacto, pero especialmente la vista están siendo amplificados. Pasan cosas a nuestro alrededor cuando cambiamos las proporciones de uso de los sentidos. Si usted fuma hachis se dará cuenta de que se altera su percepción auditiva, de la misma manera que si bebe alcohol se altera su percepción visual. No tengo grandes pruebas, quizá tan solo algunos apuntes y observaciones de la vida cotidiana, y un pequeño libro en comic titulado "McLuhan para principiantes", que en fin, me ha inspirado para elaborar esta teoría y dar sentido a todos estos sucesos olfativos que me están ocurriendo últimamente.
Por una parte hay una especie de ensoñamiento generalizado, una necesidad de evadirse constante y continuamente de la realidad, y hay miles de medios para conseguirlo, desde no pensar a pensar en cualquier cosa, o distraerse con un millón de gadgets o pastillas a nuestro alcance. Sin embargo, como si de una defensa del cuerpo se tratase, este trata de avisar o de devolverte a la realidad, quizá como un medio para la mera supervivencia y que te dice "Estás aquí" El cuerpo busca mecanismos para devolverte a la realidad cuando has estado demasiado tiempo fuera de ella. Para no perder el contacto con la realidad el cuerpo te devuelve a ella continuamente. O trata de hacerlo, si es que no se lo impedimos
El problema de salirse de la realidad, es que uno se sitúa en la irrealidad. Y encontrase en la irrealidad es, en fin, estar en la locura. Las dificultades comienzan cuando uno no puede o no quiere salir de la irrealidad, y si este comportamiento es masivo más que excepcional e individual. Un caso cada vez más común son aquellos que hablan más a sus plantas que a sus vecinos. Pueden alegar que la ciencia ha demostrado que las plantas crecerán más vigorosas y mejor si uno habla con ellas, pero la ciencia también ha demostrado que si se dialoga con los vecinos mejoran las relaciones interpersonales, y no por eso se habla más con los vecinos que con las plantas.
Lo que yo quiero demostrar es que nos encontramos fuera de la realidad continuamente. Y que la irrealidad amenaza con convertirse en realidad, o algo parecido. Por ejemplo, en las empresas se suele llevar a los feos a los almacenes o al sótano y a los más guapos a trabajar cara al público. Esto es absolutamente irreal, pero se ha abierto paso en la realidad. Es como acabar con la pobreza llevándola lejos, enviándola a la Luna, o aniquilándola físicamente en vez de eliminar sus causas. Al principio puede molar, pero mas pronto que tarde el desastre está servido.
El problema de salirse de la realidad, es que uno se sitúa en la irrealidad. Y encontrase en la irrealidad es, en fin, estar en la locura. Las dificultades comienzan cuando uno no puede o no quiere salir de la irrealidad, y si este comportamiento es masivo más que excepcional e individual. Un caso cada vez más común son aquellos que hablan más a sus plantas que a sus vecinos. Pueden alegar que la ciencia ha demostrado que las plantas crecerán más vigorosas y mejor si uno habla con ellas, pero la ciencia también ha demostrado que si se dialoga con los vecinos mejoran las relaciones interpersonales, y no por eso se habla más con los vecinos que con las plantas.
Lo que yo quiero demostrar es que nos encontramos fuera de la realidad continuamente. Y que la irrealidad amenaza con convertirse en realidad, o algo parecido. Por ejemplo, en las empresas se suele llevar a los feos a los almacenes o al sótano y a los más guapos a trabajar cara al público. Esto es absolutamente irreal, pero se ha abierto paso en la realidad. Es como acabar con la pobreza llevándola lejos, enviándola a la Luna, o aniquilándola físicamente en vez de eliminar sus causas. Al principio puede molar, pero mas pronto que tarde el desastre está servido.
La pesadilla sería que gran parte de la humanidad haya conseguido evadirse de forma permanente de la realidad, esto es, se haya vuelto loca. En el caso de los olores que he comenzado a percibir, quizá no sean fruto de una evasión de la realidad. Hasta ahora no sabía si escribir chistes, dibujar tebeos y escribir artículos satíricos me estaban alejando de la realidad o me estaban acercando a ella, sin embargo todas estas ensoñaciones mías no son las de alguien que sueña con pasar la vida en un hotel en el caribe, no es tanto escapismo sino la creación de un relato, más o menos eficiente o deficiente, que trata de revelar realidades ocultas, esto es, una aproximación a la realidad. Esta aproximación a la realidad acentúa el olfato. Al principio pensaba que me estaba volviendo loco, pero creo que lo irreal es que aquello que nos rodea sea inodoro, o huela, por ejemplo, a desodorante. La realidad huele. Es un hecho.
La realidad no tiene que oler mal necesariamente, pero la realidad que estamos construyendo huele mal. Huele mal porque se están reduciendo las plantillas de los trabajadores de la limpieza y sus medios. Puede haberse volcado un cubo de basura del barrio y permanecer caída años sin que nadie haga nada. La realidad huele mal, y no tanto porque deba oler mal. Sea lo que sea parece que la realidad está en mal estado
La realidad no tiene que oler mal necesariamente, pero la realidad que estamos construyendo huele mal. Huele mal porque se están reduciendo las plantillas de los trabajadores de la limpieza y sus medios. Puede haberse volcado un cubo de basura del barrio y permanecer caída años sin que nadie haga nada. La realidad huele mal, y no tanto porque deba oler mal. Sea lo que sea parece que la realidad está en mal estado
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