miércoles, 4 de diciembre de 2013

Mis problemas en la máquina del tiempo

Para la construcción y puesta en marcha de la máquina del tiempo ha sido necesario llevar a millones de personas a unas condiciones de vida inaceptables

Apuntes sobre la máquina del tiempo

Perder el tiempo siempre ha sido algo subjetivo. Muchos eramos procrastinadores, pero siempre bajo la atenta mirada de los otros. En nuestro interior sabíamos que ver pasar las nubes  no podía ser perder el tiempo mientras hubiese una sola persona en el mundo que lo considerara así. Sin embargo, desde la llegada de la máquina del tiempo, los minutos se han convertido en algo concreto.  Ahora es fácil escuchar  "Mira, ha perdido el tiempo" y eso es lo peor que a uno le puede pasar.

Perder el tiempo es quedarse encerrado en el presente, y quedarse en el presente en la época de la máquina del tiempo es una putada. Es normal que la gente quiera viajar al futuro o al pasado, pero este viaje tiene un precio: alrededor de 100 euros el minuto. Seré más claro, si ahora son las 23:00h y quiere desplazarse hacia las 23:30h, es decir, un viaje al futuro de treinta minutos, le costará 30.000 euros. Muchos creen que desplazarse en el tiempo debería ser un derecho para todos, independientemente de los ingresos. Lamentablemente viajar en tiempo consume demasiada energía. No hay petroleo ni uranio en cantidad suficiente para ir de vacaciones al pasado ni al futuro, no hay combustible para trasladarnos todos en el tiempo, y aunque sí lo hubiera, los viajes en el tiempo solo serían accesibles a los que habitan el tiempo presente, los que lleguen después, encontrarían una maquina del tiempo en perfecto estado, pero sin el combustible necesario para viajar en el tiempo. Y no solo eso, gastar toda la energía del mundo en estos viajes en el presente no solo negaría los viajes en el tiempo en el porvenir, sino que además privaría a las generaciones futuras de todo combustible necesario en sus vidas cotidianas.

A medida que se popularizan los viajes en el tiempo simultáneamente se convierten en viajes para élites, pues el coste del viaje aumenta a medida que se reduce la cantidad de combustible disponible. Para que el precio del viaje en el tiempo no se dispare, este solo puede ser sostenido reduciendo los salarios de los trabajadores implicados, desde los que extraen petroleo, uranio o carbón, hasta los que confeccionan las piezas necesarias para construir y poner en marcha esta fabulosa máquina del tiempo. En otras palabras, aquellos que trabajan para la máquina del tiempo, no solo no viajarán jamás en ella, sino que vivirán un presente en unas condiciones inaceptables. Son precisamente ellos los que más necesitan escapar del presente, y sin embargo, se han quedado atrapados en el mundo actual. 

Asombrosamente, el sueño de todos aquellos atrapados en el presente, es viajar en el tiempo para poder escapar de su condición actual. En realidad para huir de su condición no es preciso un viaje en el tiempo a todas luces inalcanzable, escapar de su condición probablemente pase por destruir la máquina del tiempo, pero para complicar más las cosas, una acción de este tipo se revela abiertamente como un atentado al progreso. Siempre se dice lo mismo "Sin la máquina no podriamos acceder a ese medicamento o esa tecnología futura o a ese conocimiento que salvaría millones de vidas"



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