Tibios disturbios en Mandril ante el proyecto de instauración de la belleza en la ciudad

Los feos podrán convivir con los guapos siempre que lleven el burka puesto. Una vez que por fin hayan sido sustituidos por guapos y expulsados de Mandril, la paz social volverá a la ciudad. Y es muy probable que regrese el crecimiento económico

Transición de la fealdad a la belleza

Aplicar metódicamente el plan para sustituir a los feos por los guapos en la ciudad, recibirá sin duda críticas, e implique quizá el lanzamiento de piedras.  Nosotros estamos por el cambio de modelo. No hay alternativa. No hay vuelta atrás.

Los contrarios a la belleza argumentan que esta es subjetiva. Pero en realidad es subjetiva porque todavía no tenemos una herramienta capaz de medir la belleza. Un medidor. Necesitamos un aparatito que mida la belleza, unos test y un cociente para saber quién es bello y quién podría ocupar la plaza pública y quién no. Un patrón por el cual clasificar a los mandrileños entre guapos y feos. Los límites de la belleza deben estar bien definidos. La belleza no debe tener ningún resquicio, una pequeña grieta haría que la fealdad penetrara en la ciudad de nuevo. Algunos dicen que instaurar la belleza podría contravenir algunos derechos humanos, pero yo me pregunto, ¿acaso no es un derecho humano la belleza? Hubo un tiempo en el que la inteligencia fue subjetiva también, hasta que se creo un medidor, y desde entonces aquellos con más luces ocupan los mas altos cargos de la ciudad. Todo el mundo acepta que los más listos se encuentra arriba y los más tontos abajo. Prueba de la eficacia del medidor es que los más tontos aceptan el resultado que los hacen caer en la resbaladiza pendiente de la estupidez y de los trabajos más degradantes. Bien, ahora necesitamos un medidor de la belleza y apartar a los feos de las calles. Dependiendo del patrón que utilicemos para medir la belleza un 80 % de los mandrileños deberán permanecer ocultos. No podemos prescindir por el momento del 80% de los mandrileños, así que serán relegados a sótanos e interiores. Está bien que se relacionen entre ellos, pero deberían llevar máscara, calzas, lentillas de color, peluca o burka cuando se relacionen con los guapos. Este cambio de modelo no es nuevo, sería el resultado final de una larga transición. Habrá alguna oposición, algún tibio disturbio, una piedra lanzada por un feo que romperá la cabeza de otro feo. Pero todos lo están esperando.