El abandono del parlamento y su toma por 20 demócratas con sueño y frío
A las 4:30 de la madrugada apenas quedaban 10 ó 20 personas en las inmediaciones del Congreso. Ya era tarde, hacía frío y comenzaba a lloviznar. No era fácil hacerse a la idea de tener que volver en autobús nocturno a casa con lo cansados que estaban. Así que decidieron encaminarse al Congreso de los Diputados, ya que como uno de ellos dijo "para algo habían llegado hasta aquí". Para su sorpresa, nadie les impidió el acceso.
Una concatenación de errores y casualidades alteró definitivamente la historía del país y probablemente la del mundo. Y eso ocurrió la noche del 25 al 26 de septiembre.
Todo el mundo sabía que un grupo de 10 ó 20 demócratas no suponer una amenaza. También lo sabía la policía antidisturbios, y cuando quisieron darse cuenta los 10 ó 20 demócratas habían superado el cordón policial. En pocos minutos ya estaban abriendo la puerta del Congreso, que probablemente el último diputado en salir, con las prisas, la dejó mal cerrada, lo que permitió que los 10 ó 20 demócratas penetraran al hemiciclo. Al principio les costó descubrir donde estaba el interruptor la luz en el interior, pero una vez que la encontraron, todo resultó mucho más fácil. La toma del Congreso sucedió a las 4:45 de la madrugada.
A las 5:00 de la mañana ya habían retwiteado que se encontraban dentro del hemiciclo y que allí no había nadie, salvo ellos. Esto se interpretó como lo que era, la prueba inequívoca de que los diputados habían abandonado el hemiciclo y sus responsabilidades políticas. Y esto, claro, había creado un gran vacío en el poder.
A las 6:00 convocaron una conferencia de prensa que se celebró a las 8:00 de la mañana donde anunciaron que habían entrado al Congreso y que lo habían encontrado vacío, por lo que suponían que estaba abandonado. Y como allí no se encontraba el gobierno, ni el presidente, ni el legislativo, y como ellos no tenían legitimidad para tomar decisiones, propusieron, si les parecía bien, que las asambleas de los barrios, pueblos y ciudades ocuparan el vacío de poder creado tras la fuga de los diputados. Y las asambleas aceptaron.
A partir de ahí los acontecimientos se precipitaron, el tiempo pareció marchar unas veces muy deprisa y otras veces, parecía que el reloj se encontraba parado, lo que permitió descubrir algunas cosas que jamás hubiéramos pensado. Las asambleas se dieron el plazo de un año para elaborar una nueva constitución, si es que fuera necesaria, y se animó a la ciudadanía a participar en la elaboración de dicha constitución. Se calcula que más de treinta millones personas de todas las edades participaron en su elaboración mediante propuestas, hasta ser consensuadas, o algo parecido al consenso, por la totalidad del pais.
No hay comentarios:
Publicar un comentario