Ya hemos llegado
Recuerdo el día que se acercó a mi y escuché por primera vez su voz -Se te ha caído esto- dijo, y me entregó un pequeño papel doblado. Lo abrí, y en él había escritas unas palabras que decían: Te quiero
Te quiero. Tuve que leer el papel varias veces. Durante las siguiente noches me costó conciliar el sueño.
Semanas más tarde volví a encontrarme con ella -Ven conmigo- dijo, y caminamos en silencio adentrándonos juntos en la bruma. Era muy densa. Cuando nos detuvimos ella permaneció callada. Más tarde me susurró -Ya has llegado- Tuve que reunir valor para dirigirme a ella
- ¿Donde estamos?- la dije-
- ¿Te gusta?
- No veo nada, ni siquiera puedo verte
- Mira con atención ¿No lo recuerdas?
Entonces por primera vez vi sus ojos
- ¿Quieres creer -dije- que hasta este momento no sabía quién eras?
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