Cuando Dominguet encontró a la mujer barbuda
-Un paseo por el mundo subterráneo-
Estaba allí, descasando junto a un frutal subterráneo, que bebía de un extraño estanque lechoso
Recostada a la sombra de un frutal descansa una mujer
barbuda. La observo asombrado, pues siento que rezuma sexo por cada uno de sus
poros. La miro, y me imagino haciendo el
amor con ella aquí mismo. Ella se siente observada. Creo que tengo una
erección. Me está mirando, tiene algo en sus manos.
Mujer Barbuda: ¿Estás bien, te ocurre algo?
Dominguet: No sé, quizá… Quizá estoy algo aturdido….
Mujer Barbuda: ¿Bebiste del estanque lechoso?
Dominguet: Si, unos pequeños sorbos… ¿No será tóxico?
Mujer Barbuda: ¿No te gusta? Es dulce, y a mí me excita
muchísimo. Solemos beberlo antes de las orgías.
Dominguet: ¿Orgías?
Mujer Barbuda: Al menos una vez al mes hacemos una orgía en
la que todo el mundo está invitado. De esta manera se establece un… Un contacto más cercano con nuestros
semejantes, se liman diferencias, y permite la cohesión social. Hay un reparto
equitativo de los cuerpos. Bajo el efecto del brebaje del estanque lechoso
todos somos igual de atractivos, deseables y besables. Conceptos como edad y
belleza se distorsionan. Aumenta el buen rollo, disminuyen las agresiones y la
violencia, hacemos amigos y nuestro aspecto es mucho más relajado. Mírame, ¿qué
te parece mi rostro?
Dominguet: Me pareces muy guapa…
Mujer Barbuda: ¿Lo ves?
Dominguet: ¿Bebiste?
Mujer Barbuda: Si. Mi plan vespertino era pasar las horas
junto a este árbol, masturbándome al aire libre mientras leía algo de….
Dominguet: ¿Puedo sentarme a tu lado?
Mujer Barbuda: Por supuesto, me apetece mucho conocerte.
Desde que supe de tu llegada deseaba un encuentro contigo… Saber de ti, de cómo
es el mundo exterior hoy en día contado por un recién llegado, no por viejo
barbudo…
Dominguet: Qué gracia, según hablabas tenía la sensación de
que te encuentras desnuda.
Mujer Barbuda: Estoy desnuda. En el mundo subterráneo
siempre vamos desnudos. ¿No sientes una agradable y constante temperatura en tu
piel? De esta manera evitamos una industria innecesaria y un trabajo inútil que
nos arrebataría demasiado tiempo libre… La desnudez produce un efecto
igualitario, evita que busquemos la identidad en la apariencia de la ropa…
Pero, ¿por qué llevas los pantalones
puestos?
Dominguet: Eh… No sé…
Mujer Barbuda: Quítatelos, vas a estar más cómodo…
Dominguet: Es que… No puedo.
Mujer Barbuda: ¿No puedes? Yo sí. Ven, deja que yo te los baje….
Dominguet: Es que… En fin, me da apuro. Tengo una erección.
Mujer Barbuda: ¿Sólo es eso?
Dominguet: Es que en el mundo exterior no solemos pasear desnudos,
y mucho menos con una erección.
Mujer Barbuda: ¡Pasear, qué gran idea! Bájate los
calzoncillos y demos una vuelta. Dicen que durante el paseo se conectan los dos
hemisferios. Seguro que estimula la inteligencia.
Dominguet: En la superficie también solemos pasear, pero en
automóvil… Una vez leí que…
Mujer Barbuda: ¿Te gusta leer?
Dominguet: Si, pero no tengo demasiado tiempo libre. Tengo,
eso sí, la sensación de que el tiempo escapa entre mis manos, como si se
escurriera, como si fuera líquido. A veces, me asombro de mí mismo, pues de
verdad no sé a quién voy a encontrar al mirar el espejo.
Mujer Barbuda: No te preocupes por el tiempo, por aquí pasa
mucho más despacio…
Dominguet: ¿Por qué?, ¿acaso se relentiza aquí nuestro reloj
biológico?
Mujer Barbuda: El tiempo nos atraviesa y envejece igual que
a vosotros, aunque transcurre a la misma velocidad como cuando éramos pequeños,
¿te acuerdas?
Dominguet: Jamás llegaban las navidades, el verano era
interminable.
Mujer Barbuda: Pasaba más despacio porque continuamente
estabas viviendo experiencias nuevas, formando recuerdos. Igual resulto
pedante, pero entonces estabas creando conexiones neuronales continuamente.
Dominguet: Para nada eres pedante… Me gusta como hablas…
Mujer Barbuda: Sin embargo, con el paso del tiempo, en
cuanto dejaste de crear experiencias, en cuanto te sumergiste en las rutinas,
te ocurrió que…
Dominguet: ¿Qué?
Mujer Barbuda: Comienza la poda neuronal y el tiempo
trascurre más deprisa.
Dominguet: ¿Insinúas qué se me está podando el cerebro?
Mujer Barbuda: Ya nada te sorprende. Realizas el mismo
trayecto una y otra vez, las mismas vivencias siempre repetidas, apenas creas recuerdos.
Dominguet: ¿Y tú sí?
Mujer Barbuda: Por supuesto que sí. Una de las máximas en el
Mundo Subterráneo es la creación de
recuerdos. Nos gusta documentar nuestras existencias, compartirlas, y leerlas.
Dominguet: ¿Y a ti, te gusta leer?
Mujer Barbuda: Si, por suerte nos hemos organizado de tal
manera que siempre disponemos de mucho tiempo libre ¿Y vosotros, en el exterior,
cómo disponéis de vuestro tiempo libre?
Dominguet: El tiempo libre es una especie de promesa. Algo
que se encuentra en el horizonte y que siempre se aleja, sobre todo al ir
cumpliendo años.
Mujer barbuda: ¿Entonces, cuando leéis?
Dominguet: Nunca, pero nos gusta tener libros.
Mujer Barbuda: ¿Te gustan los libros? Aquí hay muchos, pero
no pertenecen a nadie. Nuestra biblioteca es inmensa, no tiene fin. Los estantes recorren el largo del camino,
los parques, las calles. Se detienen en las fuentes. No existen paredes sin
libros.
Dominguet: Ya los he visto. Me pareció extraño descubrir una
hilera de estantes cargados de libros por el bosque… ¿Se pierden muchos?
Mujer Barbuda: No entiendo la pregunta, ¿cómo se puede
perder un libro?
Dominguet: Mediante el robo, ¿no?
Mujer Barbuda: ¿Robo?
Dominguet: ¿Por qué me miras así? ¿No estarás tratando de
decirme que en el Mundo Subterráneo no existe el robo?
Mujer Barbuda: Robar es un concepto relativo ¿Se puede robar
el aire? Y si se pudiera, ¿qué problema hay en llevarse un poco de oxígeno a
casa?
Dominguet: Pero los libros no son el aire.
Mujer Barbuda: Aquí sí.
Dominguet: ¿Entonces puedes llevarte los libros y jamás
devolverlos?
Mujer barbuda: Así es.
Dominguet: ¿Y eso no es un robo?
Mujer Barbuda: El libro tan solo pasa de un lugar a otro. El
libro puede encontrarse junto a este estanque, en el bar, en tu mesilla de
noche o en uno de los estantes de la calle principal del Mundo Subterráneo. No
es un robo mientras cualquiera puede acceder a él. Si el libro pertenece a
todos, es bastante complicado poder robarlo.
Dominguet: ¿Cualquiera puede entrar a mi dormitorio?
Mujer Barbuda: Si, y llevarse lo que más le plazca, como por
ejemplo, el libro que mangaste hace un rato y ocultas bajo tus calzoncillos.
Dominguet: ¿Yo?
Mujer: No es una erección, ¿verdad?
Dominguet: Lo reconozco, lo robé. O como dices tú, lo cambié
de sitio, pero te juro que al mismo tiempo tuve una erección. No mentía.
Mujer Barbuda: ¿Y qué libro es?
Dominguet: Se titula “Economía Poética”
Mujer Barbuda: Lo conozco, contiene ilustraciones
pornográficas.
Dominguet: Confieso que me avergonzaba que me vieran con él.
Mujer Barbuda: ¿Te avergüenza la pornografía?
Dominguet: No. Lo que me produce timidez y sentimiento de
culpa es que me descubrieran con un libro de poesía.
Mujer Barbuda: Déjame verlo.
Dominguet se baja los calzoncillos y entrega el libro a la
Mujer Barbuda, que no puede evitar olerlo.
Mujer Barbuda: Huele a pescado. Deberías airear tus
genitales con mayor frecuencia.
Dominguet: ¿Lo has leído?
Mujer Barbuda: Si.
Dominguet: ¿Y te gustó?
Mujer Barbuda: Lo escribió mi padre.
Dominguet: ¿Eres familia de escritores?
Mujer Barbuda: En el Mundo Subterráneo tenemos la costumbre
de escribir al menos un libro en nuestra vida.
"Robé el libro, es cierto, pero te juro que al mismo tiempo tuve una erección"
Dominguet: ¿Todos sois escritores?
Mujer Barbuda: Sí, y biógrafos. Existe la exigencia moral de
que cada cual escriba al menos su autobiografía, sus memorias, sus recuerdos,
sus impresiones. Nos gusta conocer, aprender, revivir las experiencias que tuvo
cada cual durante toda su existencia.
Dominguet: Me pregunto a quién le podría interesar mi vida…
Mujer Barbuda: A todos y a todas, a los que vendrán, y sobre
todo a ti mismo. Escribir sobre tu vida te ayuda a pensarte: “Una vida sin
examen no merece ser vivida”. Al escribir
sobre tu existencia la haces presente y la pones en valor, y tus acciones
pueden considerarse en el futuro. Compartes tu vida con los demás, ¿no? Es una
lástima arrojar por el agujero negro de
la Nada todas tus experiencias, como si no hubieras existido. Ese derroche
vital está muy mal visto por estas tierras.
Dominguet: ¿Y sobre qué podría escribir yo?
Mujer Barbuda: Todos tenemos algo que decir, ¿no?
Dominguet: (…)
Mujer barbuda: ¿No…?
Dominguet: Tengo cuarenta y siete años, pero si descuento
las horas de sueño, las dedicadas al traslado, conduciendo, al tiempo perdido
en el supermercado y en el trabajo, realizando recados, agotado… Tan solo me
quedan doce años de vida vivida, y eso, incluyendo el tiempo dedicado a la
holganza y a procrastinar. Doce años de existencia real, no ficticia. ¿Se puede
considerar mayor de edad a una persona con doce años?
Mujer Barbuda: No lo sé ni me importa, ¿acaso con doce años
no podemos escribir? En el Mundo Subterráneo existe una variedad de monos
albinos y ciegos que vivieron durante siglos en las alcantarillas del gran
Mandril abandonados por sus dueños del exterior. Pudieron escapar por alguna
grieta, sin duda, y llegar a estas
tierras amables. Ahora son conocidos, no tanto por sus cabriolas, saltos y
gracietas, sino por su afición a relatar sus
experiencias por medio de la escritura. No sé qué edad tendrán, pero a
mí me encanta leer sobre sus vidas y sus fábulas.
Dominguet: ¿Monos qué escriben?
Mujer Barbuda: ¿Y por qué no? Como ellos dicen: “Escribir no
es un don, escribir no es un oficio. Escribir es una actividad”.
Dominguet: ¿No te parece que aquí suceden muchas cosas
extrañas?
Mujer Barbuda: ¿Por qué lo dices?
Dominguet: No, por nada…
Mujer Barbuda: ¿Lo dices por mi barba?
Dominguet: ¿Qué barba? Ni siquiera me había dado cuenta que
llevabas barba ¿Es postiza?
Mujer Barbuda: Es original. A las mujeres nos crecen estas
tupidas barbas al poco de nacer ¿Quieres tocarla?
Dominguet: Si por favor… (Acaricia la barba) ¡Qué suave, y
qué brillante! Yo siempre deseé tener una barba tan poblada como la tuya.
Mírame, soy imberbe, tan solo tengo una inquietante pelusilla…
Ella tenía una preciosa barba
Mujer Barbuda: ¿No te salen pelos en la cara?
Dominguet: Una cara producto de miles de agentes tóxicos liberados en la atmósfera.
Observa mi rostro, ¿te gustan mis eczemas, mis granos…?
Mujer Barbuda: Son el fruto de un mundo pasado. El pasado
siempre acaba saliendo por algún lado.
Pero no te preocupes, si te quedas a vivir aquí, se curarán tus
lesiones. Comenzarás a sentir, a
percibir a través de tus sentidos aquello que te rodea, a escuchar, a
prestar atención y a regalar atenciones. Tu voz adoptará un tono mucho más
amable, y ya no hablarás a la defensiva, ni utilizarás las palabras como un
arma. Aquello que había permanecido latente pero oculto, se revelará. Aquí las
potencialidades emergen en vez de ser enterradas, incluso puedes descubrir
quién eres realmente.
Dominguet: Demasiado perfecto, tanto, que me resulta
increíble. Si el mundo subterráneo fuera tan maravilloso, ¿por qué he visto a
seres de 45 centímetros de altura con la cabeza no más grande que un limón,
paseando por las calles?.
Mujer Barbuda: ¿Hablas de los cabeza limón?
Dominguet: Si, de los cabeza limón.
Mujer Barbuda: ¿Podrías decirme alguna de las
características que hayas observado de los cabeza limón y que te hayan llamado
la atención?
Dominguet: No sé…
Mujer Barbuda: ¿Parecían felices?
Dominguet: Si, parecían felices.
Mujer Barbuda: Son felices, querido amigo. Quizá tengan una
diminuta cabeza, pero eso es porque careces de barba.
Dominguet: ¿Podría saber que tiene que ver mi barba inexistente
en todo esto?
Mujer Barbuda: Los efectos adversos del exterior se han
infiltrado al interior de la Tierra durante años hasta llegar al Mundo
Subterráneo, produciendo este singular aspecto. Sin embargo, son los héroes del
Mundo Subterráneo, su creatividad no tiene límites…
Dominguet: (Interrumpiendo a la Mujer Barbuda) ¿Pero y, su
inteligencia?
Mujer Barbuda: Ciertamente tienen un cociente intelectual
reducido, ¿y qué? Por suerte en el Mundo subterráneo hemos suprimido las
desigualdades económicas, de género, de edad, de inteligencia, formativas, de
altura y belleza…
Dominguet: (Interrumpiendo a la Mujer Barbuda de nuevo)
¿Quieres decir que un idiota puede ganar lo mismo que un portentoso cerebro?
Mujer Barbuda: Exactamente.
Sin embargo me gustaría matizar tus palabras; aquí no existen idiotas.
Tales seres solo deben existir en tu mundo. Aquí solo uno es idiota, si no
participa políticamente, si no entra en acción, si no propone, si no lleva a
cabo. Para conseguir dejar de ser idiota, tan solo es necesario tiempo libre. Y
aquí, el tiempo es libre.
Dominguet: ¿Pero y los cabeza limón?
"Son los héroes del mundo subterráneo, su curiosidad, creatividad y sinceridad, no tiene límites"
Mujer Barbuda: Ya sé de lo que hablas. A ti te sorprende que
los cabeza limón tengan los mismos derechos que los cerebros portentosos ¿De
verdad crees que una persona inteligente o más bella, debe tener más derechos
que una persona que no lo sea? ¿Por qué alguien por ser más alto debería tener
más privilegios? Ya es bastante que hayan sido afortunados y que el azar les
haya sonreído. La casualidad, el entorno, y la suerte les ha favorecido y
permitido caminar con ventaja sobre los otros; mejor para ellos. ¿Crees que la
ventaja debe ser además recompensada? ¿No es bastante recompensa para ti la
ventaja?
Dominguet: Nunca lo había pensado. En el mundo exterior las
cosas son exactamente al revés de como aquí ocurren. Hay una tendencia a pensar
y actuar bajo la creencia de que para ser más felices, es preciso arrebatar la
felicidad del otro. Sin embargo, no es agradable hacer infelices a nuestros
vecinos; no somos monstruos. Así que tratamos que nuestros vecinos no tengan
rostro, ni cuerpo; a veces tan solo son un número. Cuanto más lejos se
encuentren de nosotros y más borrosos aparezcan a nuestra vista, mejor. Mucho
me temo que una gran proporción de la gran ciudad de Mandril está construida
sobre el desastre y el dolor ¿Ves mi dentadura?
Mujer Barbuda: Es impecable, preciosa.
Dominguet; Es falsa. Cada uno de mis dientes es de otro, una
persona, un desconocido. Se los arrancaron para construir esta versión de mi
dentadura; más blanca, brillante y mejor que la original.
Mujer Barbuda: ¡Qué horror! ¿Y qué ha sido de ese pobre
hombre?
Dominguet: ¿A quién le importa? Imagino que a estas alturas
vivirá a base de purés y sopas. Quizá esté muerto. Cedió voluntariamente un
trozo de su cuerpo a cambio de algo, un intercambio.
Mujer Barbuda: Espero que al menos vendiera caro ese trozo de cuerpo.
Dominguet: Lo vendió lo más barato posible, probablemente a
cambio de nada.
Mujer Barbuda: ¿Pero cómo pudo acabar de este modo?
Dominguet: Debió caer en un estado de necesidad, un lugar
poco recomendable. Pocos llegan a la tierra de la necesidad por voluntad
propia, generalmente, son empujados allí ¿Por qué alguien iba a realizar un
acto que no desea?
La Mujer Barbuda permaneció en silencio. En el Mundo
Subterráneo solo se realizan actos que no se desean por amor, pero entonces,
inmediatamente se convierten en actos que se desean. “Quizá si no se desea, no
se ama”- Pensó para ella.
Dominguet: ¿Cómo?
La Mujer Barbuda: Ay, disculpa, he hablado con la mente en
vez de con la voz…
Dominguet: Te he oído perfectamente, ¿cómo lo has hecho?
La Mujer Barbuda: (Riendo) Nos gusta utilizar la palabra,
pero hemos descubierto que la telepatía también es muy práctica, ya sabes, no
necesitamos el teléfono móvil.
Dominguet: ¿No tenéis móvil?
La Mujer Barbuda: No. No hemos desarrollado esa tecnología.
Creemos que nos impide utilizar todo nuestro potencial psíquico, en especial la
telepatía o la telekinesis.
Dominguet: ¿También tenéis telekinesia?
La Mujer Barbuda: En realidad todavía carecemos de capacidad
para mover objetos con la mente, esto es, de forma individual. Solo hemos
conseguido una especie de telekinesis colectiva, ya sabes, para realizar obras
públicas, para mover entre todos grandes rocas con la mente.
Dominguet: Me gustaría poder utilizar mi potencial, ¿crees
que es tarde?
Mujer Barbuda: Nunca es tarde para intentarlo, aunque es
posible que te ocurra como en el experimento de los niños ciegos. De no
utilizar la vista, la perdieron. No tenían ningún problema en los ojos, pero el
cerebro interpretó que al no utilizarlos ya no tenían sentido, y cortó lazos
con ellos.
Dominguet: Vaya…
Mujer Barbuda: No te preocupes. Quizá jamás puedas
desarrollar la telepatía o la telequinesia, o si… ¿has probado a utilizar otras
potencias que duermen ocultas en tu interior?
Dominguet: Siempre quise levitar, afinar mi oído en la
lejanía, ver a través de las paredes, atravesar el fuego sin quemarme…
Mujer Barbuda: Tus proyectos son muy chulos… pero… aquí
somos personas normales, no superhéroes ¿Has pensado en potenciar la
amabilidad, tus habilidades políticas, ampliar tus márgenes de seguridad,
estimular la palabra, aprender a pensar…?
Dominguet: ¿Mis habilidades políticas?
Mujer Barbuda: Si, aquí tenemos una escuela de artes
políticas.
Dominguet: En fin, si no puedo mover objetos con la mente…
Mujer Barbuda: No te equivoques, en la escuela de artes
políticas aprenderás a mover objetos con la mente. Toma, aquí tengo un folleto.
Dominguet: ¿Una escuela de artes políticas?
Mujer Barbuda: Si, ¿te parece raro?, ¿o es que acaso no
existen escuelas de artes políticas en el exterior?
Dominguet: No, no existen. Tenemos, eso sí, una universidad
de ciencias políticas…
Mujer Barbuda: ¡Uy! Os veo un poco atrasados. Todavía no
habéis descubierto la rueda.
El folleto que me ha entregado la mujer barbuda sobre la
escuela de artes políticas, tiene aspecto de tebeo. Me recuerda a uno esos
cómics que yo hacía cuando tenía 23 años. Es un tebeo asombroso, porque al
leerlo, tengo una sensación vívida, como si yo fuera el protagonista. Cuando algún día regrese al gran Mandril, os lo pasaré. Haré fotocopias para que le echéis un vistazo, y más tarde me deis vuestra opinión. Mientras tanto seguiré paseando con la Mujer Barbuda.
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