martes, 30 de julio de 2013

Una mascota para ¡Terrible!

El nacimiento de una mascota

Bidendum, la máscota de Michelín, durante le proceso de entrada en razón

Este periódico estudia muy seriamente la posibilidad de crear una mascota. Un icono que no solo represente a este a este periódico, sino a todo un modelo de pensamiento, de acción, cultural, que llegará del futuro y que se encuentra actualmente en algún punto infinitesimal, abriendo los ojos y bostezando, en posición encefaloembrionaria, en algún lugar del gran Mandril.

En estos momentos está naciendo una mascota, un icono, una cosa blanda en algún lugar del gran Mandril, un logo. Pero no es una mascota cualquiera. Nuestra mascota deberá vivir en un mundo en declive y será amable, aunque lo que anuncie sea terrible. Yo había pensado que mi mascota aprendiera kárate y luchara a muerte contra Bidendum, la mascota de Michelín, por ejemplo, pero no creo que sea este el modelo que deba seguir mi mascota. No digo que la violencia no sea eficaz ni práctica, pero durante el largo declive y el derrumbe generalizado, el sufrimiento siempre lo ponen los de abajo. Se trata de cambiar por una vez, en el transcurso de unos acontecimientos que ya han comenzado, es decir, sin caer en la ingenuidad, orientarlos hacia la creación y lo democrático, en vez de hacia la destrucción y la guerra de los de abajo contra los de abajo.  Así que esta vez, mi mascota, que todavía no existe, entablará un diálogo con Bidendum, que abandonará la fábrica de neumáticos Michelín para automóviles, y lo que es mejor, se largará de la Bolsa de Mandril. A mi  me gustaría que continuara fabricando neumáticos de bicicletas en materiales biodegradables, y que en sus instalaciones no hubiera trabajadores, sino amantes de la bici, donde construyeran sus pasiones. Construir estos relatos es imprescindible para que el derrumbe no sea tan doloroso, para saber donde estamos y con quién estamos y para que el mundo que llegue tenga algo que ver con el futuro. Es en el presente, aquí precisamente, donde está naciendo el futuro a contracorriente. Debemos tener cuidado, todas las fuerzas se dirigen en su contra, un pequeño error de cálculo y podríamos llegar a un lugar horripilante, si es que existe.

 

viernes, 26 de julio de 2013

¡Los peligros del humor!

¡Los peligros del humor!


Esta foto la hice ayer con mi instagram

Estudios superiores de comedia, risa y humorismo

Desde que he iniciado mis estudios informales sobre la risa, he descubierto que el humor es algo muy peligroso. Debemos tener cuidado, un chiste fuera de control puede provocar disturbios, linchamientos, hacer caer gobiernos.

Esto me lleva a proponer algo que no gustará a casi nadie: la prohibición de que cualquiera pueda contar y escribir chistes. Esto no significa que nos olvidemos del humor para siempre, sino que solo pueda ser practicado por aquellos especialmente preparados y capacitados. A nadie se le ocurre, por ejemplo, que un ciego pueda conducir un camión cargado de nitroglicerina por las calles de Mandril. Sin embargo yo no estoy en contra de que los ciegos conduzcan camiones cargados de explosivos, lo que tan solo pido es que tengan el carnet de conducir. No me importa que un borracho me trasplante un riñón, pero sí que tenga un certificado que lo capacite. En otras palabras, lo que estoy diciendo, es que el humor solo pueda ser practicado por profesionales acreditados.  Propongo que para lanzar un chiste al aire y comience una acción descontrolada de la que desconoceremos el cómo, donde y cuando acabará, sea preciso que se tengan acabados unos estudios especializados. Entre doce y veinte años estudiando el humor a razón de diez horas diarias sería lo básico para ser lo suficientemente graciosillo.

Las consecuencias de mi propuesta las descubriremos al poco tiempo de que se comience aplicar en todo el área metropolitana de Mandril. No solo se incrementarán los ingresos por multas y las detenciones de los mandrileños díscolos, que insistirán en continuar escribiendo chistes sin un título que los capacite. Ocurrirá también que la gente comenzará a reírse sola. Desconozco el misterio de la risa pero debe estar relacionada con la locura; cuando por las circunstancias que sea he estado algún tiempo sin reírme, me he asombrado al descubrirme riendo en sueños y me he despertado con mi propia risa. Es cierto, podría ocurrir que en una ciudad como Mandril donde tan solo los especialistas del humor sean los únicos capacitados en hacernos reír, dejemos de reírnos, y paradójicamente, sean nuestras propias risas de hombres que ríen solos, las que nos despierten.






martes, 23 de julio de 2013

¿Por qué huir de la ciudad que te gusta?

Huida de la ciudad que te gusta

Por miles de pasadizos como este escaparemos de Mandril

Supongamos que Mandril ha llegado al futuro y es por fin, la ciudad que deseamos. Si Mandril se convierte en la ciudad que nos gusta, es probable que a otros les disguste. No tanto porque sea una ciudad que no mola, sino más bien al contrario. 

No voy a escribir sobre cómo es la ciudad que me gustaría, pero sé que a un sector de la población le resultaría odiosa, aunque les gustara. De vez en cuando, los habitantes de Mandril, se levantan con muchas ganas de construir una ciudad que mole, y entonces ocurre lo de siempre; llega el ejército y desbarata todos los planes, y la ciudad que iba a molar se convierte en un lugar ruinoso y triste. Por suerte siempre queda algún dibujo o algunos planos de Mandril en el futuro.

Bien, supongamos que Mandril en el futuro ha conseguido construirse y mola. Que resiste durante un tiempo la entrada del un ejército que tratará de incendiar la ciudad. Lo que yo propongo es construir cientos o miles de galerías que recorran el subsuelo, no tanto para ir a vivir a un mundo subterráneo paralelo si el ejército consigue entrar, sino para poder escapar. Elegiremos cientos de salidas por donde huir, siempre próximas a lugares que nos gustan; cerca de un río, entre el bosque, en cualquier lugar que mole podrá encontrarse una trampilla por donde escapar. Entiendo que muchos de ustedes piensen que esta huida es miserable, que habría que luchar hasta el final para defender Mandril del ejército. Yo creo que la mejor manera para defender la ciudad es huir. Mis motivos son los siguientes: 

Cuando el ejército llegue a la ciudad no encontrará resistencia, todos sus habitantes se habrán ido. La ciudad se mantiene intacta. Al no haber resistencias, es posible que Mandril no haya sido bombardeada, pero estará vacía. Al no haber sido bombardeada, sus habitantes no habrán permanecido asustados mientras caían bombas; mantendrán la moral intacta. Los soldados creerán haber tomado la ciudad, pero la ciudad ya no será una estructura ni un lugar, sino múltiples. La ciudad será ahora cada ciudadano, escapando por pasadizos subterráneos hasta abrir las trampillas que dan paso a la montaña, al bosque, al río, y que ahora se diseminan por los campos, atravesando el país hasta llegar a cualquier parte del mundo que desee acogerles. Mandril ya no será un lugar, sino cada mandrileño será la ciudad.  Allí donde se encuentren existirá Mandril, pues siempre llevan un plano en el bolsillo de la ciudad que les gusta.


lunes, 22 de julio de 2013

Cómo hacer un chiste anarquista

Cómo hacer un chiste anarquista


"He cumplido cuarenta y cinco años y he dado un paso más hacia el abismo, así que es el momento de poner a examen mi vida, aunque lo más probable es que mi nota no supere el 4,5, como siempre. Quisiera saber si baja o sube la nota el número de seres vivos que han sido asesinados para que yo hoy, pueda continuar aquí, haciéndome el graciosillo. Según mis cálculos, el coste de ser un graciosillo, a razón de un mamífero, pez o ave muerto por día equivale a un mínimo de 16.225 vidas segadas, sin contar las matanzas de hormigas realizadas durante mi infancia. Me pregunto cual es mi huella ecológica, cuantas toneladas de basura he generado, y cual es la proporción de planeta que he destruido para poder hacer un chiste. Mantengo la teoría de que ningún chiste es inocente y que toda comedia es un drama. Todo chiste tiene un precio. Antes de contar un chiste deberíamos saber si estamos dispuestos a pagarlo. Si cada humorista tuviera que degollar él mismo a un cordero por cada chiste, es probable que se reduciría el número de chistes sin gracia y el de graciosillos. Ninguna universidad se ha dignado a realizar estadísticas sobre el número de seres vivos que han de ser sacrificados para que alguien pueda reirse, aunque eso sí, de vez en cuando un comediante es multado o encarcelado, pero no tanto porque es un asesino en serie, sino porque alguno de sus chistes no le ha resultado gracioso a alguien. En la "Poética" de Aristóteles, desapareció la parte dedicada a la comedia, y quizá se hayan salvado millones de seres vivos. Es probable que todo censor sea visto en el futuro, no tanto como un benefactor de la humanidad, sino como un amante de la naturaleza. Con esto no quiero decir que los ambientalistas se convertirán en censores, sino que los censores se convertirán en ambientalistas. La abolición de los graciosillos quizá nos permita creer que la destrucción de la Tierra pueda retrasarse algunos años más, pero ocurrirá exactamente lo contrario, porque al abolirse a los graciosillos lo que quedan abolidos son los chistes sobre los poderosos, y sin chistes sobre poderosos, estos se mantendrán más tiempo en el poder, esto es, cuanto más tiempo en el poder estén los poderosos, menos tiempo quedará de vida en la Tierra"


miércoles, 17 de julio de 2013

Un mundo sin mujeres

Un mundo sin mujeres

Lo único que ha llegado hasta nuestros días fue esta breve introducción a la obra. Faltan algunos fragmentos. Nos resulta imposible precisar si la obra perdida se desarrollaba en un futuro distópico, si era una comedia de situación misógina o  transcurría un mundo en franca decadencia, o todo lo contrario

Presentación

Nos encontramos en un futuro donde las mujeres han desaparecido de la Tierra. No, no se marcharon a otro planeta, simplemente se considero que eran prescindibles. Prefiero no entrar en detalles, no quisiera herir la sensibilidad de algunos lectores.

Lo cierto es que solo hay hombres en Mandril. Que la mujer haya sido considerada prescindible llevó a la poesía a un breve auge, e inmediatamente después a un prolongado y agudo declive. La caída de la poesía se vio interrumpida a iniciarse la edad de oro de la comedia.

La escena que ofrecemos a continuación es un texto clásico que transcurre en la ciudad de Mandril doscientos años después de la desaparición de la mujer. Es conveniente recordar al lector que la transición hacia la abolición de la mujer se completó en un periodo de trescientos años.  Durante ese tiempo no era inusual encontrar ciudades donde la mujer se había extinguido hace tiempo, como en Mandril, y otras ciudades, donde todavía existía y gozaba de derechos políticos y de ciudadanía. Así que durante algún tiempo fue corriente que los extranjeros visitaran con frecuencia la ciudad de Mandril, atraídos tanto por la curiosidad de conocer un mundo sin mujeres, como de vivir las nuevas formas de sexualidad que estaban apareciendo en la ciudad. La nueva realidad de Mandril, la ausencia de mujeres y las frecuentes visitas de extranjeros, permitió que se desarrollara un género humorístico local, que siempre coincidía con la misma trama y enredo, y que era el siguiente:

"Un extranjero llega a Mandril atraído por un mundo sin chicas. Allí conoce a otro hombre en un bar o en un parque, y comienzan a conversar sobre filosofía. En ese momento los hechos se precipitan: se besan y acaban follando. Lo que sucede después es terrible. El extranjero se despierta agotado. A la altura del ombligo, quizá un poco más abajo, descubre que tiene clavada una pajita, de esas con las que las gentes beben horchata en verano. El chico que conoció la noche anterior ha desaparecido y le ha absorbido el Jing, la esencia. En otras palabras, se ha llevado su energía vital, su ambrosía, su fluido seminal. Seamos claros, le ha robado la lefa"







lunes, 15 de julio de 2013

Cómo soslayar el declive de Mandril y aumentar la riqueza

Hacia una nueva economía

Dominguet duerme con peluca por las noches, mientras la nueva economía se aproxima

Soy un privilegiado, tengo un trabajo de friegaplatos. Es cierto que el sueldo de friegaplatos no me permite salir de vacaciones, pero de momento me llega para escribir textos satíricos, entremeses, proyectos de ciudades novedosas, panfletos incendiarios, propuestas encaminadas al bien común, y a veces, escribir propuestas encaminadas al mal común. Hoy mismo, no sé si por exceso de calor o por falta de imaginación, he escrito una propuesta que podría aproximarnos con más celeridad al mal. Así que la he imprimido y encuadernado. Después me he quedado dudando, no sabía a donde llevarla, si a un ministerio o a alguna fundación nazi u otra organización de tipo financiero. Finalmente me he decidido por el ministerio de economía.

Ya está. He llegado. Me encuentro a las puertas del ministerio de economía, y en cuanto alguien llega con un proyecto dedicado al mal general, se le abren las puertas.  Lejos han quedado los tiempos en los que escribía textos orientados al bien común. Tratar de entregar mis antiguos textos sobre el bien común era un rotundo fracaso. Se me obligaba a pasar por debajo de las puertas para poder registrarlos, pero era imposible, y cuando lo conseguía, alguien o algo me pisaba, aplastándome contra el suelo. Y sin embargo hoy,  liberado de todo compromiso con el ser humano, la puerta del ministerio se me ha abierto de par en par. Incluso ha salido el mismo ministro a recibirme en pijama. Se vé que duerme en su despacho.

Ministro de economía: ¡Bienvenido! Ya era hora de que alguien se atreviera a escribir una propuesta valiente como la suya. Falta coraje en este mundo, no lo dude.

Dominguet: Me sorprende que evalúe mi texto, si todavía no lo ha leído. De hecho, nadie lo ha leído, salvo mi perro.

Ministro de economía: ¿Pero quién lee en esta ciudad? En cualquier caso le recuerdo que usted se encuentra en el ministerio, y que estas puertas se abren y se cierran solas, y además, usted no tiene perro.

Dominguet: Hablaba de mi perro metafórico

Ministro de economía: Da igual. Continuaremos evitando la entrada de la poesía a este ministerio al precio que sea. Su perro metafórico tiene que esperar fuera de este templo. 

Dominguet: Bueno...¿Y qué le ha parecido mi propuesta?

Ministro de economía: Así, sin leerla, me parece simplemente genial. Muy buena, incluso me he reído. Me gusta mucho su informalidad, esa forma de escribir proyectos de gran envergadura utilizando el diálogo. Jajaja, me río al recordar esa frase, cuando usted dice "Para soslayar el declive de la ciudad y aumentar la riqueza debemos teñir de negro a la mitad de la población"

Dominguet: Muy buena, ¿verdad?

Ministro de economía: Muy buena, si. Lo que yo no sé es si será bien recibida por ese 50% de la población que deberemos teñir de negro. Incluso dudo de su legalidad. 

Dominguet: Sin duda alguna mi propuesta es absolutamente ilegal. Por suerte lo ilegal es ilegal hasta que un día inesperadamente decide hacerse legal. El embrutecimiento general ha llegado a tal extremo que mi propuesta, posiblemente, sea aceptada por todos, incluso por mi mismo

Ministro de economía: Usted si que me comprende, dice siempre aquello que deseo escuchar

Dominguet: Es uno de mis dones. Pero permítame que continúe desarrollando mi propuesta

Ministro de economía: Por favor, desarrolle, desarrolle...

Dominguet: La primera pregunta que debemos hacernos es interrogarnos sobre "¿Qué es lo que queremos?"

Ministro de economía: (Ágil de reflejos) Soslayar el continúo declive de Mandril y aumentar la riqueza

Dominguet: De acuerdo, eso suena muy bien. Me pregunto si medioambientalmente, energéticamente,  y en cuanto a recursos naturales es sostenible una sociedad de consumo abierta a todos...

Ministro de economía: Por supuesto que no, pero podría funcionar todavía unos años más si tan solo el 50% de la población tuviera acceso al consumo conspicuo

Dominguet: ¡Ahí le ha dado! ¡Esa es la clave! En otras palabras, hay que excluir del consumo al otro 50%

Ministro de economía: ¡Es perfecto! No sé cómo no se me había ocurrido a mi antes. Además ese 50% en realidad apenas ya casi consumía, había dejado de ir de vacaciones, de fiesta, ya no compraban coches, incluso se desplazaban en bicicletas por la ciudad.

Dominguet: Entonces habría que teñirlos de negro, y regalar uno a cada mandrileño con acceso al consumo. Entienda que no vamos a abandonarlos. Si cada mandrileño con acceso al consumo tiene a otro mandrileño teñido de negro en su casa, este recibiría cobijo y comida, y no sería abandonado a su suerte en las frías aguas de la sociedad líquida

Ministro de economía: Y la economía marcharía de nuevo. Efectivamente, pero no tan solo bajarían al mercado o harían la compra, limpiarían el baño y barrerían la casa, sino que también podrían hacer otras tareas tipo oficina o algunas labores en las fábricas.  

Dominguet: Si, los mandrileños teñidos de negro pueden llegar a ser muy productivos. 

Ministro de economía: Quizá habría que retirarles sus derechos políticos, no sea que se les ocurriera cambiar su nueva ubicación

Dominguet: No creo que haga falta, hace tiempo que han dejado de utilizar sus derechos políticos

Ministro de economía: Solo son ventajas. Podrían reducirse las emisiones de CO2, y aumentaría el confort y la calidad de vida. Me seduce mucho la idea de alguien que me ponga las pantuflas al levantarme de la cama.

Dominguet: Son trescientos mil

Ministro de economía: ¿Trescientos mil?

Dominguet: Trescientos mil euros

Ministro de economía: Cuanto me temo que usted no podrá participar en la nueva economía como consumidor ¿No ve que está teñido de negro?

Dominguet: Por lo menos lo he intentado.

Ministro de economía: Me caes bien, pero vete fregando los cacharros que se me acumulan en la cocina.

Dominguet: De acuerdo, la nueva economía lo demanda





domingo, 14 de julio de 2013

La ciudad que huele bien

Mandril olerá bien

Bomba que huele bien

No está todo perdido. Algunos cambios suceden de forma imperceptible. Un día alguien cualquiera comienza a oler bien, y después otros tantos, pocos, comenzarán a oler muy bien.  Después, quizá, en diez, o veinte, o ciento cincuenta años, toda la ciudad olerá muy bien.

Alguien tiene que ser el primero. Pero no será uno, sino que serán dos.  El origen de todos los cambios y todo acontecimiento que sucederá en el futuro, comenzará follando. Al día siguiente, los pioneros, se darán cuenta de que huelen bien, y que toda la estancia donde han pasado la noche dándose besos, también huele muy bien, y allá donde van, comienza a oler bien. Al principio será imposible reconocer que dos personas huelen bien por el hecho de haber pasado la noche follando; creeremos que usan un perfume singular. Pero a medida que otros comiencen a oler bien tras follar, les será fácil reconocer por deducción, a quién ha estado follando hace apenas unas horas y también huele bien. Estoy seguro, y esta es la clave,  de que existe una cierta relación entre follar y la amabilidad.

Ahora sabemos que un día, quizá esté sucediendo ya, dos personas comiencen un día a oler bien, y después vengan otros oliendo bien, y otros, hasta que toda la ciudad huela bien en su totalidad. Este proceso puede durar años, quizá siglos, quizá abarque generaciones enteras. Ustedes pueden argumentar este suceso será imposible y que no ven la manera, si ocurriera, de cómo podría afectar políticamente a la sociedad. Yo siempre digo lo mismo; una vez que la ciudad huele bien es muy fácil descubrir aquello que huele mal.  Si la ciudad oliera bien y alguien llegara un día con la promesa de resolver todos los problemas oliendo mal, sería fácilmente descubierto.  Es cierto que el buen olor en la ciudad todavía es un fenómeno raro e incipiente. Muchas veces aparece alguien que nos ofrece un paquete de medidas que huelen mal, pero que nos dice que huelen bien. Lo hemos leído tantas veces en la prensa, visto en la televisión y en los manuales de instrucciones, que nos lo acabamos creyendo, nos confiamos y cuando nos damos cuenta, la ciudad huele peor.  Pero cuando aquellos que huelan bien hayan superado un número indeterminado, que a día de hoy todavía desconocemos, se establecerá una masa crítica, y se rebasará el umbral que permitirá por primera vez en la historia, la aparición de  la ciudad que huele bien. 




lunes, 8 de julio de 2013

Entrevista a un empleado público singular

El empleado público singular antes de salir a escena


Entrevista a un empleado público singular

Existe en Mandril un singular empleado público. Su trabajo consiste en recorrer la ciudad 37,5 horas semanales. Durante su jornada laboral es insultado y escupido por todos. Él quisiera huir pero no tiene ningún lugar donde ir, así que corre y corre, siempre perseguido por una masa iracunda.

Todos los días leemos en la prensa de Mandril reproches y soflamas contra este singular empleado público. Es odiado por todos y vive de sobresalto en sobresalto, siempre con miedo y asustado. Tiene ronchones en la piel y se le cae el pelo. Evita la gente, y es sistemáticamente perseguido. Nos preguntamos si  un empleo de estas características merece la pena. Uno de nuestros periodistas -el único- ha decidido entrevistarle:

Periodista de "¡Terrible!":  Buenos días señor empleado público singular, ¿por qué no tiene dientes?

Empleado público singular:  Es parte de mi trabajo, como llevar el brazo escayolado o la ceja rota. Vivo bajo estrés constante, siempre huyendo pero sin poder escapar.

Periodista de "¡Terrible!": ¿Y siempre se encuentra en este estado tan lamentable?

Empleado público singular:  Solo durante 37,5 horas a la semana. Me hubiera gustado otra profesión...pero qué se le va a hacer ¡Es lo que hay!

Periodista de "¡Terrible!":  ¿A qué se dedica en su tiempo libre?

Empleado público singular: Siempre que puedo aprovecho mi tiempo de ocio a lanzar piedras y escupir a un empleado público singular cada vez que me cruzo con uno de ellos en la calle

Periodista de "¡Terrible!": ¿Cuál es la génesis de esta profesión tan curiosa?

Empleado público singular: Los problemas crecían, y en fin, el país necesitaba un chivo expiatorio, así que alguien tuvo la original idea de crear un cuerpo especial de funcionarios culpables de todo. Se convocó un concurso oposición y algunos conseguimos una plaza. 

Periodista de "¡Terrible!": ¿No le parece degradante?

Empleado público singular: Es un trabajo como otro cualquiera

Periodista de "¡Terrible!": Bien mirado sirve como válvula de escape ante la tensión social y la frustración general, aunque la vida bajo una amenaza permanente, debe ser agotadora

Empleado público singular: Pues si, todos me odian, desde el mismo gobierno, la secta neoliberal de turno,  hasta el anciano desahuciado por falta de acceso a la medicación. A sus ojos, soy culpable, incluso a los míos propios ¡Pero por lo menos tengo trabajo!




viernes, 5 de julio de 2013

Proyecto de ciudad flotante Nº1

Boceto a todo color de una posible ciudad flotante, elevándose a los cielos mediante globos. La estructura que la contiene podría ser un inmenso cajón de cartón. Ya  veremos.

Proyecto de ciudad flotante Nº1

La ciudad deberá elevarse a los cielos mediante mediante globos rojo chicle. Contendrá algunas colinas suaves, microclimas, un pequeño bosquecillo de manzanos que den fruto todo el año, un riachuelo y edificaciones amables de tejas y yerbas

Nos elevamos al cielo.  Los vecinos nos reunimos en las plazas y encontramos anfiteatros abiertos donde se desarrolla la acción política. La vida es sencilla. Corre el flujo y el semen,  y la energía sexual liberada tras el orgasmo envuelve a la ciudad flotante, liberándola de todo riesgo. La ciudad  está a merced de las corrientes de aire que nos arrastran y llevan a países lejanos, de mujeres y hombres amables que nos reciben con besos y abrazos. Otras veces, atravesamos lugares hostiles, que nos amenazan y nos gritan con megáfonos y nos dicen "Están atravesando nuestro espacio aéreo" Y nosotros, les saludamos desde lo alto, mientras los vientos nos llevan a tierras ignotas, impregnados de sensaciones nuevas y desconocidas. 


miércoles, 3 de julio de 2013

Breve apunte sobre la poesía

Me preguntan muchas veces qué aspecto tiene la poesía y dónde se encuentra. La poesía se encuentra por doquier. Con tan solo alargar el brazo podrás coger una poesía que se agitará en tu mano. Un día vi a la poesía tomando una cerveza en una terraza de Mandril.  Cuando revelé la foto, descubrí a una chica fumando un puro

Apuntes sobre la poesía

No puedo asegurar cuando fue la primera vez que alguien vio una poesía, pero puedo imaginar la escena perfectamente. La poesía se acercó al individuo, y este, la lanzó miguitas de pan, y cuando la poesía estuvo lo suficientemente cerca del hombre, la capturó.

Desde entonces se ha tratado de controlar a la poesía. Se la ha criado en masa, se la ha intentado introducir en fábricas, en pisos, en la escuela, pero ha sido en vano. La poesía es muy díscola y acaba siempre escapando de casa, abriendo las puertas de los criaderos de poemas y liberando a estos, desperdigándose por los campos y las ciudades. Se ha encerrado a la poesía en cárceles y psiquiátricos, pero siempre acaba fugándose. Todo intento de hacer negocio con la poesía está abocado a la ruina. Por más que se la arranque la piel para hacer lámparas y se la conserve en salmuera, congele o se pretenda hacer jabón con la poesía, el fracaso irrumpirá mas tarde o temprano. Siempre hay alguien que sueña con una poesía que baje a la mina y suba piedras y que engorde rápidamente, obligándola a consumir piensos ¡Pero la poesía no se puede comer!




lunes, 1 de julio de 2013

Modesta proposición para matar a todos los mandrileños de entre 30 y 40 años



Si se va a dedicar al bien común es preciso que utilice como principio de actuación el imperativo categórico. Si es partidario del bien común y la  acción directa, también puede rescatar a algunos niños de la basura o incluso arrancar carteles maliciosos.

Pequeño manual para la práctica del bien común

Mi propuesta es la siguiente; todos los madrileños entre los 30 y 40 años deben morir. No es nada personal.  Una vez muertos, deben resucitar bajo la misma apariencia.  

Morir y resucitar.  Cualquier mandrileño que se encuentre en una franja de edad entre los 30-40 años o superior, puede morir si quiere, y resucitar.  Desde ese mismo momento toda su existencia se reorientará.

Breve explicación

El declive biológico se inicia a partir de los 30-40 años, y comienza el lento pero inexorable descenso hacia la decrepitud. Hasta los 30 años se vive de fiesta en fiesta, probándolo todo, viviendo experiencias, orgías, drogas, amores, turismo, digestiones pesadas, escalada en roca, centrados en aquello que nos resulta más conveniente, en nuestro yo. Todo eso ha estado muy bien, pero por nada del mundo quisiéramos vernos resistiendo patéticamente a la fuerza imparable de la naturaleza. La estética ante todo.  Hemos llegado a un umbral donde a partir de ahora todas las miserias y enfermedades que nos acechan y esperan su turno, se harán presentes, por eso debemos morir cuanto antes y resucitar.  

Todos aquellos voluntarios que decidan morir llegados a los 30-40 años, deberán resucitar haciendo aparición en el escenario del gran Mandril, con algunos cambios cualitativos. Si tenían pelo con 20 años, y ahora no lo tienen con 40, también su existencia podría pasar del yo al nosotros. Efectivamente, la propuesta de resurrección en Mandril consiste precisamente en eso: en circunscribir la existencia a la esfera del bien común a partir de los 30-40 años.  Sé que este asunto es delicado e incompresible, así que abriré una rueda de preguntas y respuestas con el fin de clarificar o en el peor de los casos, complicar mi argumentación:

Turno de preguntas

Lector de ¡Terrible!:  El bien común, eso es demasiado moderno. ¿Podremos dedicarnos a participar en orgías con 70 años?

Dominguet: Por supuesto, siempre que la orgía misma sea el propio bien común o nos disponga a ello. Si usted va a hacer más felices y mejores personas a aquellos que se encuentran en la orgía, y esta le permite querer más a la humanidad, ser más generoso o emocionarse ante la puesta del sol, no lo dude, participe en orgías, si no, es mejor que dedique su energía a otras actividades orientadas a bien común. Puede donar sangre, barrer las calles...en bien común es bastante dispar y adquiere múltiples formas

Lector de ¡Terrible!: ¿Pero orientar la existencia al nosotros podría significa la anulación del yo? 

Dominguet: Espero que no. Precisamente si lo que queremos es pensar y actuar en términos más allá del yo, conviene no descuidar el yo en absoluto ¿Cómo vamos a ayudar a un ciego a cruzar la calle si estamos, por ejemplo, demasiado borrachos para distinguir entre la luz roja y verde del semáforo? Hay que cuidar nuestro yo, y entregarle alimentos con los nutrientes necesarios. Tener un cuerpo ágil y una mente despejada, si lo que vamos a hacer es reorientar nuestra existencia al bien común. No podemos cuidar a los otros si tenemos demasiados dolores de espalda, ni podemos practicar la política consciente si nos hemos embrutecido viendo demasiada televisión. En otras palabras, para dedicarse al bien común hay que potenciar el yo, pero este no puede quedarse encerrado en la esfera íntima o personal. Debe salir a la calle y mostrarse. 

Lector de ¡Terrible!: Pero dedicarse al bien común podría ser peligroso, incluso podríamos ser despedidos, multados, o llegado el caso, encarcelados o asesinados

Dominguet: ¿Y qué? Ya hemos dicho que  a partir de los 30-40 años, la vida es un regalo. Un extra. Imagine que usted murió a los 40 años; la evolución, la biología, la genética y la naturaleza se lo exigieron, pero de repente descubre que ha resucitado. Usted ya vivió, y se encuentra ahora con otra vida por delante.  Usted ya murió, así que no debe tener ningún miedo. Puede hacer lo que quiera, como los cuatrocientos ancianos japoneses que voluntariamente se ofrecieron para adentrase en el área radiada de Fukushima, pero estos son casos extremos, y es conveniente desconfiar. Como aquella declaración del ministro de finanzas japones en la que pedía a los ancianos "que se den prisa en morir" para reducir el gasto público. En muchas ocasiones no es fácil diferenciar claramente el bien del mal. Lo que en algunos lugares es el bien, en otros es el mal. Quizá haya un principio universal para encontrarlo. En los libros de historia de la filosofía de la de bachillerato podemos reedescubrir el imperativo categórico de Kant; que nos dice por ejemplo:

1) "Actúa siempre de tal manera que la máxima que dirige tu voluntad pueda ser convertida en ley universal de acción, en otras palabras, ello supone que no debemos hacer a los otros lo que no queremos que hagan con nosotros". Y 2) "Actúa siempre de tal manera que no consideres a ninguna persona como medio para alcanzar algo, sino con un fin en sí misma, es decir, que las personas tienen un valor incondicionado y no se debe hacer de ellas objeto de poder o interés alguno"

Ateniéndonos al imperativo categórico de Kant, tan solo podemos decir que el ministro de finanzas japones es un jeta de mucho cuidado. Solo sería aceptable su proposición, si acaso, él mismo, que tiene más de 70 años y toda la gerontocracia con la que se rodea, se aplicaran así mismos sus sugerencias. Así que este tipo de propuestas teóricamente orientadas al bien común llegadas desde el poder no nos valen, y es mejor que sean guardadas en cajones y jamás salgan de ellos. Lamentablemente desconocemos que otras ideas alocadas esconden en el congelador.

Lector de ¡Terrible!: ¿Es aburrida una vida dedicada al bien común?

Dominguet: Más bien es todo lo contrario. Demasiado emocionante, quizá. Dedicarse al bien común, como todo, exige un aprendizaje. De hecho, para dedicarse al bien común sin que te explote una vena en el cerebro, hay que tener un cierto control sobre las propias emociones. Es bueno que no te tiemble el pulso cuando te decidas a operar a corazón abierto. Ser emotivo está muy bien, pero a uno le puede llevar a cometer algunas imprudencias y errores, y además, es agotador. Vivir a todas horas emocionalmente la existencia, a uno le deja exhausto. Donar sangre inmediatamente después de una hecatombre en la ciudad podría parecer muy bueno, pero seguramente cree más problemas que ventajas ese arranque ciudadano y emocional tras ver las primeras imágenes del desastre en el telediario. Es mejor donar sangre una vez al año, por ejemplo. Dedicarse al bien común es tan emocionante, que uno debe actuar calmado. En esta parte de su nueva existencia le prometemos que jamás conocerá la palabra aburrimiento.

Lector de ¡Terrible!: ¿Qué estudiar para dedicarse al bien común?

Dominguet: Principalmente lo que te de la gana. Yo quería dedicar mi vida al humor y a su estudio una vez que muriera, y me diera por resucitar y comenzar a practicar el bien común. El humor es una buena herramienta contra la barbarie, para la mejora de la salud mental, física, y poder intervenir en política. Permite reconfigurar la ciudad utilizando el buen humor como el centro, y por tanto la amabilidad en el urbanismo. El humor conecta todas las disciplinas. Yo quería convertirlo en el eje vertebrador de la sociedad, teniendo la sensibilidad suficiente para que este, no llegue a convertirse en su contrario, es decir, en una pesadilla. En fin, el humor no tiene fin. 
















Milagro en la Tierra

Aún asombrados, hoy es día de fiesta en la Tierra

Parte médico

Ya no es noticia que el mundo esté muriendo, pues de repente, cuando todo estaba perdido, la Tierra ha abierto los ojos y ha pedido un zumo de naranja y unos huevos a la plancha para desayunar. 

Los telediarios anunciaban el desastre: el planeta agonizaba. El presidente presentó una última acción desesperada; el abandono y el nihilismo generalizado. Y cuando el mundo cayó en un sueño profundo del que jamás despertaría, abrió los ojos, y pidió el desayuno. Después, con esa voz trémula y amable resonado por doquier, nos preguntó a todos: "¿Quién es esa chica y ese chico que se besan  en el parque y caen ladera abajo rodando, sin saber ni dónde ni cuándo pararán?" 




 
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