domingo, 27 de diciembre de 2015

Almorranas e inteligencia superior




 De momento, hasta que no dibuje algo más preciso, me permito incluir esta fotografía tan chula para ilustrar este texto

  Almorranas e inteligencia


 Me opongo a la creencia de que existe una relación directa entre las almorranas y la inteligencia. Es absolutamente falso. 

Luchar contra el mundo, luchar contra todos  a veces muy cansado.  El mito nos dice que los mandrileños con almorranas son más inteligentes que el resto. He tratado de demostrar que ese mito lo habían desarrollado y fomentado aquellos que tenían almorranas, pero nadie me creía, seguramente porque todavía no tenía almorranas, y mi testimonio no tiene credibilidad alguna. Es verdad que cierto grado de sedentarismo puede complicar la sintomatología o al menos hacerla evidente, esto es, sentir comezón y picor. Es verdad que la gente que permanece mucho tiempo sentada, dispone de más tiempo para leer, o pudiera ser que permanezcan  sentadas porque le gusta estudiar, pero eso no demuestra nada. La gente más dotada para el pensamiento y que, en fin, piensa más, es en realidad la gente que se sienta menos. Son los paseantes la gente más pensante, y esto sí que es una evidencia,  pero sus pensamientos se acaban perdiendo en la atmósfera o el éter, si es que no lleva un cuaderno en el bolsillo. Sin embargo aquellos que permanecen sentados gran parte del día suelen tener mayor acceso a internet, a escribir en blogs, en cuadernos, siempre tienen un boli Bic azul a mano, o al menos pueden hacer comentarios es un periódico digital. Esto es, tienen mayor facilidad para hacer campaña sobre la supuesta conexión entre almorranas e inteligencia. En otras palabras, los que tienen almorranas no son más listos que los paseantes pensantes, lo que ocurre es que disponen de más herramientas para difundir su pensamiento.

La creencia de que los portadores de almorranas eran seres de una inteligencia superior, estaba muy establecida en el gran Mandril. Se aceptaba sin debate, como una especie de verdad sobrenatural. Todo el mundo conocía a alguien con almorranas muy inteligente. Los padres querían que sus hijos pasaran mucho más tiempo en el colegio, pero no tanto para que leyeran más. Al fin y al cabo, si se aficionaban a leer, era probable que comenzaran a llenar el piso de libros, y eso sí que no. No, los padres querían que sus hijos estuvieran mucho tiempo en el colegio para que permanecieran mucho tiempo sentados, esto es, para que les salieran almorranas. Tener almorranas era garantía suficiente para encontrar un trabajo aceptable en el futuro. A nadie se le olvidaba incluir ese pequeño detalle, a veces sanguinoliento, en el currículum. Además, desde que se supo de la existencia de posible un factor hereditario en las almorranas, todo el mundo quiso una novia o un novio con almorranas.

Sin embargo, toda una sociedad basada en la almorrana como fuente del saber, se puede venir a bajo en cualquier momento, sobre todo cuando al fin se supo que no eran las almorranas las portadoras de inteligencia, sino un punto sensible en el culo. Si, un punto en el culo, un solo punto al estilo de la digitopuntura, que al estimularlo manualmente disparaba la inteligencia. La tendencia natural a rascarse cuando se siente picor, precipitó el estímulo anal, y por tanto, elevó la inteligencia. Las almorranas no eran la causa, tan solo habían aparecido en el punto apropiado.

Ahora por fin teníamos la posibilidad de la inteligencia en nuestras manos. Bastaba con meterse el dedo en el culo y ser un poco más sabios, aunque pareciéramos un poco más tontos. Parecía haberse democratizado la inteligencia, pero probablemente lo que se democratizó fue la idiotez. Reconozcámoslo, la escena era patética. Quizá se ampliara la sabiduría, aunque no estoy del todo seguro. Sea lo que sea, el número de casos de samonelosis y otros problemas derivados de un lavado de manos insuficiente, se incrementó, y mucho.







miércoles, 23 de diciembre de 2015

Hoy he recibido una carta explicando cómo se desarrollará el fin del mundo



 Aquí estoy, con mi singular estilo, evitando que el orden cósmico que se rompa.

El diablo y yo


El fin del mundo llegó forma divertida, deportivamente. Cómo decirlo, no sé hasta que punto el deporte puede ser bueno o malo para la humanidad y el cosmos.

No sé por qué la masa informe piensa que el diablo es vegetariano y promueve el encuentro entre culturas y civilizaciones. Se ha ido extendiendo el rumor de que incluso monta en bicicleta y vota al PACMA. No es cierto. 

El diablo existe, por supuesto, y lo único que desea es pasárselo bien, ser feliz. "¿Qué hay de malo en ser feliz?" - Preguntó el diablo a este periódico en cuanto llegó al gran Mandril.

A Satán le gusta el ping-pong. Desde mi punto de vista, el ping-pong  es un juego diabólico, pues no se trata de jugar, sino de que el otro se agache el mayor número de veces posible a recoger la pelota. Es más divertido, si además de agacharse, al otro le duele la espalda. 

El diablo pasa las horas muertas observando a las personas. Le hacen especial gracia las caídas. Ya saben ustedes, el tiesto se desprende y cae sobre una cabeza anónima, el suicida que salva su vida tras arrojarse al vacío pero que destroza la de un paseante pensante. A Satán se le atribuye la invención de la cáscara de plátano y la escalera que tantas caderas ha quebrado.

Cuando Lucifer escribe sus planes para acabar de una vez por todas con el mundo, no lo hace para fastidiar, ni por dinero, sino para echarse unas risas. En mi opinión el diablo no es exactamente el mal, sino alguien que le gusta hacer bromas.  En declaraciones a este periódico Satán dijo que "A quién no le gusten mis bromas, que se desplace a otro universo". El diablo es un tipo con bastantes ideas, y bastante originales. Tiene cosas que decir. 

El diablo necesita expresar sus ideas. Hoy se le ha ocurrido promover el fin del mundo mediante una competición, y por supuesto, a la masa informe le ha parecido buena idea, le gustan los deportes. Al finalizar el evento, la realidad, se desintegrará.

Hoy al abrir el buzón he encontrado una raqueta de ping-pong, una pelota y una nota personalizada que dice: 


Mandril, a 23 de diciembre de  2015

Estimado Óscar

Ha llegado el fin del mundo, pero no tema, usted lo puede evitar. Le entrego una raqueta mágica y una pelota, con la que si lo desea, salvará a la humanidad y a los hipocampos. De su mano y su destreza depende que la realidad y sus parientes no se desvanezcan en el éter. Tan sólo tiene que dar toques de continuo con la raqueta a la pelota, durante toda su vida Tiene tres oportunidades. Si a la tercera se le cae la pelota al suelo, todo a su alrededor se evaporará, como en su sueño, pero sin sueño. Le recuerdo que le evento será retransmitido en directo. Sus sobrinos le estarán mirando.

Su querido amigo,

El Diablo.











lunes, 14 de diciembre de 2015

Dominguet se suicidará el 20 de Noviembre a las 23:59 lanzándose al vacío desde el edificio más alto del gran Mandril



 Pequeña recreación de mi posible salto desde el edificio más alto del gran Mandril

Suicidio en directo y la importancia del futuro

Todo acto es político. Es cierto que me gustaría vivir hasta los 101 de edad con todas mis facultades psíquicas, físicas y químicas en perfecto estado, pero he decidido tomar el rumbo de mi existencia y caer al vacío para impedir que una coalición de liberales y neoliberales, esto es,  una coalición del Ibex35, vuelva al gobierno. 

En realidad se trata de una especie de huelga de hambre acelerada. Solo el pueblo podrá detener mi acción y evitar el desenlace de mi encuentro con la Nada. Solo si el pueblo vota masivamente por el futuro, en vez de contra el porvenir, mi existencia estará asegurada. 

El futuro es una cosa muy interesante, en cuanto desaparece todo se complica y comienzan los desastres. Para explicarme, he construido una frase con la que me invito a pensar de vez en cuando, es la siguiente: "Los derrotados no tienen futuro", y no solo no tienen futuro, sino que se convierten en el Otro, esto es, se le deshumaniza a los ojos de los que le han arrebatado el futuro. Permítanme que les ponga algunos ejemplos:

Observen como el pueblo judío en Europa en los años 30´ del siglo pasado comenzó a perder el futuro a una velocidad sorprendente. Observen como los palestinos han perdido futuro y territorio en los últimos cincuenta años. Observen como los proletarios han perdido futuro, hasta perder casi el nombre. Los viejos, sin apenas futuro, también han sido derrotados. Los ejemplos de seres, individuos y colectivos que han perdido y perderán trozos de futuro, se extiende. Observe si usted mismo se encuentra con un futuro más contraído.  En toda derrota hay exclusión, ya sea de derechos, de oportunidades, de renta, o territorio, cuanto más derrotado estás, cuanto menos futuro tienes, la grieta de la exclusión se abre cada más. Esa grieta nos separa cada vez más a los unos de los otros y nos convierte en pequeños monstruos bajo la mirada de aquellos que tienen todavía el futuro, si es que nos ven. Dejamos de ser personas y nos convertimos en monstruos. Hay que volver a ser persona, humanizarse, volver al futuro. Si queremos la inclusión tenemos que recuperar el futuro, aunque sea un trozo.

Evidentemente, al tirarme desde el edificio más alto del gran Mandril, perderé inmediatamente el futuro. Solo podré ver el mañana si se vota a favor del porvenir, así, con este acto, delego a la masa informe mi existencia. Tienen el futuro, el suyo y el mío también,  en sus manos. 

Yo no deseo suicidarme, pero podría ocurrir que la masa informe si lo quiera, esto es, que quiera su propio suicidio. O simplemente vote en  mi contra por el mero placer de verme caer, agitando los brazos y gritando aterrorizado, y por lo tanto, también esté votando en contra suya. Un inciso, ¿no han observado que la gente se convierte en masa informe a medida que se reduce su futuro?

Cumpliré mi plan ante ustedes. Si fracaso será mi final, pero trataré de realizar una pequeña acrobacia, una jugada maestra que me permitirá ver el futuro al día siguiente. Me liquidaré como Dominguet porque la masa informe y la coalición del Ibex35 así lo habrá querido.  Mi "as bajo de la manga" es el siguiente: solo puedo evitar mi final humanizandome.












sábado, 5 de diciembre de 2015

Conversaciones con la luna


 Un día la luna comenzó a hablar, incluso se convirtió en diosa, aunque en realidad no sabemos cual era su sexo, ni siquiera si tenía sexo.


 La luna sobre Mandril



La luna comenzó a hablar. Decir que desde que la conozco es cada día mejor conversadora; ha mejorado su sintaxis, ampliado su vocabulario, incluso domina algunos recursos narrativos, como la hipérbole. Esto era maravilloso. Lamentablemente el influjo de la luna sobre mi cuerpo me ha afectado negativamente: me salen granos.

Todos esperábamos los días de luna llena con júbilo, y disfrutábamos de las noches en las calles hablando con la luna, festejándola. Esto nos permitió interaccionar los unos con los otros; incluso copular al aire libre bajo su luz cadavérica, parecía muy excitante. Sin embargo, había algo extraño en todo ello. Si, follábamos bajo su luz, hablábamos con ella y bailábamos al corro de la patata, incluso comíamos pistachos, asombrados, mientras vivíamos en nuestros cuerpos este enorme espectáculo, pero faltaba algo.  Saludábamos  a la luna, y ella nos decía "hola", pero era raro.  La luna no tenía cara. Queríamos ser amigos de nuestra diosa, pero en fin, no era más que una inmensa roca. Había algo poco creíble en la luna como diosa. Por suerte o mala suerte, a alguien se le ocurrió una idea. Construir un rostro para la luna.

Construir un rostro para la luna quizá parezca grotesco, pero a la luna no le pareció mal, incluso es posible que fuera una ocurrencia de la propia luna, pero ya no lo recuerdo. Hay muchas formas para conseguir que uno crea que una idea es propia, cuando en realidad es de otro, en este sentido,  estoy convencido de que en realidad fue una jugada de la luna.  No podía obligarnos a construirla una cara, ni si quiera sugerirnos que deseaba un rostro, solo podía ir dejando caer las palabras hasta que alguien dijo "Qué bonito sería que la luna tuviera cara". Se insiste en que hubo consenso sobre el asunto, pero yo estuve en contra, aunque dio igual, porque nadie me hizo caso. Mis argumentos eran variopintos, por ejemplo, técnicamente era posible construir rostro a la luna, a costa de que la mitad de la población mundial  moriría de hambre. Además, con qué criterio se elegiría su rostro,  no olvidemos que una moda siempre es una moda, y lo que hoy es bello, quizá mañana sea horroroso. Y claro, levantar la vista por la noche y ver a un monstruo, no mola nada. A mí, la verdad, que la luna tuviera cara me cortó el rollo, aunque me hacía ilusión copular bajo su resplandor,  me sentía observado y cohibido con solo pensar que la luna pudiera tener ojos. Por lo demás, todo correcto, algunas guerras mundiales motivadas por las hambrunas fruto de la fabricación del rostro de la luna. 

Yo tenía la sensación de que en realidad la Luna no hablaba, que era solo una pantalla. Me gustaba imaginar que tras una cortina había un hombrecito con un micrófono hablando como si fuera la luna; alguien que trabajaba para la industria aeroespacial y las constructoras. Pero cómo creer semejante discurso, si de los ojos de la luna, cuando nos miraba, brotaba una enorme lágrima que descendía de los cielos anegando algunos barrios del extrarradio.




martes, 24 de noviembre de 2015

Confesionarios laicos en las calles de Mandril

En la foto un posible prototipo de confesionario laico. En realidad no estoy muy seguro de que este invento sea una buena idea para acabar con el aislamiento social provocado por el liberalismo. Aunque no dudo del efecto liberador y transformador de la palabra, cabe la posibilidad de que los confesionarios laicos actúen en el cuerpo social más bien a modo de pastilla, como válvula de escape sin cuestionar las raíces de la soledad.  En cualquier caso, el diseño a modo de contenedor para el reciclado de botellas, es pura casualidad. No hay intención simbólica por parte del autor, pero el autor, en fin, ya no existe.

 Propuesta para un confesionario laico


 Lo que ofrezco no es exactamente un invento, sino una reinvención. Se trataría de sacar la confesión del marco del sacramento y llevarla al pueblo. Para ello, podrían diseñarse confesionarios muy chulos, de colores.

Reconozco que hay que tener mucho cuidado con lo que se inventa, pues una vez que una innovación irrumpe en la vida cotidiana transforma nuestras existencias y nuestras relaciones. Aún así, me atrevo a realizar algunas propuestas, como la del confesionario laico:

El Confesionario Laico

El diseño del confesionario laico será abierto, y cuando digo abierto quiero decir abierto. Esto es, que pueda presentarse cualquier persona del mundo al concurso. No se exigirá ningún requisito personal ni académico, ni por supuesto de nacionalidad. Valdría un pequeño texto escrito a mano y unos dibujitos a boli bic azul, si es que no dispone de ninguna otra herramienta a mano.

No podemos hablar de todo con todos, y más en una sociedad cada vez más líquida  y con seres cada día más atomizados. La sinceridad solo se produce con absolutos desconocidos, con individuos que jamás volverás a ver.  En mi opinión, sacar los confesionarios a las calles debe permitir la absoluta libertad. Ninguna conversación que se desarrolle en su interior será grabada. Esto es, los confesionarios laicos no serán objeto de control social, a pesar de que las conversaciones que allí se realicen sean extremas. El confesionario laico será público y gratuito y permanecerá abierto 24 horas, y será al mismo tiempo un espacio inviolable; me permito adelantar que nadie podrá ser detenido en su interior. Lo que debemos aclarar es quién limpia estos espacios, si el confesante, un empleado de la limpieza, equipos de voluntarios, o el funcionario confesador, que pienso que deberá tener un régimen laboral diferente al resto de los funcionarios. Piensen ustedes que este señor o señora, obtendrá demasiada información sobre nosotros. No debe ser detenido ni forzado a declarar por el ejercicio de sus funciones.

Los confesionarios, a falta de otro nombre, no han de diseñarse pensando en las confesiones, sino en hablar de lo que no se puede hablar. Y no tanto porque de lo que queremos hablar suponga delito o inmoralidad, sino porque a nadie le interesa oírnos. Yo mismo huyo de la mayor parte de las conversaciones, y no tanto porque sean aburridas, sino porque son exactamente las mismas que se repiten una y otra vez. Cuántas personas se habrán suicidado, bien sea porque se encuentran en un bucle dialogal sin fin del que no hay forma de salir, bien porque a nadie interesa lo que dicen.

Decir que estos confesionarios no se diseñarán para arrodillarse, sino para ser mucho más altos. Mediante un truco, entraremos al confesionario a través del marco de una puerta inmensa, como seres insignificantes, pero al salir, nos golpearemos siempre con el marco de la puerta en la cabeza. Prueba irrefutable de que hemos crecido en el interior del confesionario. Decir también que en estos confesionarios, no habrá castigo y perdón.







martes, 17 de noviembre de 2015

Mi vida como un mongol


 Han sido encontrados varios mongoles escondidos tras una trampilla. Que risa, hay uno que tiene el rostro anaranjado en vez del tradicional color amarillo que les caracteriza.

 ¡Todos somos mongoles!

Veo en la televisión las caras de los mongoles más buscados. Hace apenas algunos años ni siquiera tenían ese aspecto amarillento, esos ojos rasgados. Eran buenos padres de familia, estudiantes, empleados, seres que inspiraban confianza. Ahora ya no.

Me he convertido en mongol, inesperadamente, sin aviso alguno, sin transición. Pensaba que una mutación de tal envergadura sucedería lentamente, en fases. Me equivocaba. Descubrir en el espejo que soy otro, me fuerza a abandonar mi piso, a olvidar aquellos objetos que me aportaban una identidad que de repente, se ha derrumbado. 

Llego al barrio mongol con mi maleta, entre explosiones. El barrio mongol del gran Mandril se llama Ulán Bator y  se encuentra permanentemente en guerra. Todos los días hay bombardeos, sin aviso previo, sin declaración de guerra. Llegan aviones de todas partes del mundo a lanzarnos bombas, y nos escondemos en el subsuelo, hacinados, fumando mucho, esperando que llegue la calma de nuevo. Si quieres encontrarme, levanta una trampilla. Bajo ella estaremos los otros y yo, los que ni siquiera tenemos nombre.

No existe consenso sobre la forma del mal, aunque todo el mundo sabe que tiene mi aspecto. Amarillo, ojos rasgados, rebuscando en la basuras, sin dientes. Por las noches, acudo a dormir a las cárceles que yo mismo estuve construyendo. Se supone que me gustan los helados de niño frito, pero me da asco la carne. Dicen que los mongoles tenemos la cabeza en otro lado, que no tenemos los pies sobre la tierra; aunque sabemos que bajo nuestros pies, bajo el suelo de la gran Mongolia, el océano inmenso de petróleo que yace, se está secando.


martes, 10 de noviembre de 2015

Los hombres de pelo gris en la sociedad contemporánea


 Corre un extraño rumor en Mandril


Hombres de pelo gris en la sociedad contemporánea


Dos rumores se extienden por toda la ciudad. El primero dice que los hombres de cabello gris parecen más interesantes. El segundo rumor informa que se ha desatado una alocada carrera por contactar con cierto tipo de peluqueros.

Tengo que decir que los tintes de color gris se agotan nada más llegar a las tiendas, y que las fábricas de tinte gris, funcionan más allá de su capacidad; esto es, al 200%. Es cierto que las fábricas están automátizadas y que una máquina o un robot no puede ir más allá de su máxima velocidad. Si tienen tres botones, el encargado no puede pulsar un cuarto botón inexistente para que el robot aumente su producción. Esto es un factor limitante. Un robot no se asusta porque su jefe le insulte o le meta prisa, él sigue a su bola, a su ritmo.  Para superar el 100% de la producción es preciso el ser humano. A un hombre se le puede asustar continuamente, hacer que vaya más deprisa, que tome más cafés, que duerma menos, que sienta tras su nuca el gélido aliento del miedo. Algunos viejos manuales del tipo "Cómo reorganizar la economía" han sido encontrados en la mesita de noche del presidente de gobierno, alguien se los regaló en una reunión informal. Un hombre sometido a estrés es más productivo

El pelo gris te hacía más interesante, desde luego, pero no garantizaba que uno lo fuera. Así que aumentó la sospecha de que bajo el pelo gris no siempre existían seres asombrosos. Lo asombroso era que bajo el pelo gris se ocultaba un hombre cualquiera. Lo peor llegó cuando se hizo público un estudio que confirmaba lo que todos sabían, que los trabajadores expuestos a jornadas extenuantes y bajos sueldos, trabajando en cuatro turnos, mañana, tarde, noche y turno fantasma, envejecían antes y se les encanecía el pelo.  Esto es, su cabello era ahora gris.Lo que nadie quería era parecerse a un hombre cansado y sin alegría, nadie quería parecerse a los hombres agotados y encanecidos de las fábricas de tintes para el pelo. En definitiva, nadie quería parecerse a un obrero, no solo porque ya no estaban de moda, sino porque cuanto más próximo te encontraras a ellos, más posibilidades de resbalar por la peligrosa pendiente de la exclusión y la invisibilidad se tendría. Un obrero era una especie de fetiche de la mala suerte. Había que huir de ellos siempre que se pudiera, precipitadamente, como si una bomba estuviera punto de explotar.

No había más remedio, pronto se extendió un tercer rumor que anulaba los dos anteriores. Un pelo gris ya no era sintoma de lo interesante, sino de su contrario.  Las gentes empezaron a esconder sus cabellos grises y pronto un cuarto rumor corrió por todo el país: un capirote sobre la cabeza te hacía automaticamente mucho más interesante.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Problemas en el club de sabios


Momento en el que me invitan mediante carta, a participar en el club de sabios

Problemas en el Club de Sabios

 La situación es crítica, los problemas han dejado de acechar para caer definitivamente sobre nosotros. Pesan mucho y nos resulta casi imposible respirar. Con tanto peso apenas podemos pensar, así que nos dividimos en dos grupos para resolver la situación: unos se encomendaron a un santo, al que encendían velas por las noches, y el otro grupo se decantó por delegar en una comisión de sabios. 

Me gustaría explicaros cómo fue seleccionado el grupo de sabios, pero no lo sé, quizá sucedió mediante oposición. Sin embargo es posible que fueran elegidos mediante libre designación, esto es, a dedo. Quizá hubo dinero por medio. Si un reducido grupo de personas se iba a dedicar a pensar el mundo, lo más práctico era situar a uno de los tuyos en la comisión que iba a alterar para siempre el futuro del hombre. Sea el que sea el sistema de elección lo sorprendente siempre ocurre, y yo, recibí un telegrama que confirmaba mi ingreso. Quizá una equivocación. Sin embargo, oficialmente me había convertido en un sabio.

Me interrogo sobre el sistema de selección. Creo que fui un error. Soy el único de los sabios que solamente tiene el graduado escolar y que trabaja de machaca en una cocina, el rostro más envejecido que el resto, la voz más quebradiza. Hago verdaderos esfuerzos para que en los debates de la comisión nadie perciba a través de mi voz mi fragilidad. No conozco a nadie, ellos ya se conocen. Oculto mi origen, mis gustos. A la pregunta de "¿A qué te dedicas?, respondo con evasivas. No es solo el miedo a no ser un sabio, a no dar la talla, sino a ser descubierto: un infiltrado, un fraude.

Se creó la comisión de sabios porque apenas quedaba aire para pensar, porque apenas quedaba tiempo, porque había siempre ruido, porque siempre estábamos cansados, porque los compromisos se iban acumulando. No se puede pensar bien con miedo, con frío, con sueño. No se puede pensar bien si estás melancólico, si desconfías de todos. Pensábamos, pero entonces comenzaron los problemas; algunos de nuestros pensadores se atrevieron a decir que pensar demasiado podría provocarnos un derrame cerebral.  Después de pensarlo un poco, se propuso dejar de pensar. Se pensó que era mejor encomendarnos al santo, y le encedimos velas al caer la noche. Cuando la comisión de sabios se reunió por primera vez para rezar, no me lo pensé dos veces, y escapé por la ventana.











miércoles, 21 de octubre de 2015

Noticias sobre la hibernación colectiva


Un mundo basado en la hibernación colectiva introducirá nuevos cambios en la vida cotidiana. Entiendo que nuestros ciéntificos desarrollarán la cama comunal, por aquello de conservar el calor humano y repartirlo. El dibujo representa un posible modelo de cama del futuro. Este periódico no se hace responsable de posibles orgías nocturnas.

Tesis sobre mi proyecto de hibernación colectiva

La noticia aparecerá en la prensa, en todas las televisiones. Se debatirá en las calles, en todo tipo de foros, levantará expectación, controversia. Muchos estarán en contra, tratando de sabotear y hundir el proceso, otros tantos a favor. En cualquier caso me resulta imposible saber cómo se impondrá en la sociedad, si por decreto o de manera natural. 

Repaso los titulares de la prensa y me inquieto:  "¿Quién pondrá el despertador a la Historia?", "¡El sueño de la razón nos impide ver la luz!", "El último en acostarse que cierre la llave del gas".  Abandono el periódico y me pregunto, ¿de qué están hablando? A partir del 1 de noviembre hasta el 21 de marzo, tendremos sueño y ya no nos levantaremos hasta la llegada de la primavera. Será la primera vez en la historia que el ser humano cierre los ojos para hibernar.

Los contrarios a la hibernación creen que será la ruina, no solo porque durante estos cuatro meses nos saldrán úlceras por presión, sino que además, cuando despertemos, se habrá hundido la economía. Cosas de la sociedad de consumo. Los partidarios de la hibernación están convencidos de que será una gran oportunidad para frenar el cambio climático, reduciéndose las emisiones de CO2,  ya sea porque las estufas de los pisos permanecerán apagadas, los centros comerciales y las fábricas cerradas y, los automóviles parados en las cunetas. Durante este tiempo dormidos, la fauna de todo el país se regenerará. No solo la caza retrocederá, sino que el bosque irá ganando terreno a los cultivos, muchos de ellos sin sembrar. El futuro es incierto para el  brócoli, la coliflor y las coles, verduras de invierno, que probablemente se abandonarán. Malas noticias para los vegetarianos, pero buenas noticias para los niños de todo el mundo formados culinariamente en el filete procesado, y para los millones de pavos y los corderos, que evitarán su tradicional holocausto anual de diciembre. Será el fin de las navidades. Por otra parte, anunciamos que un gran número de ocas y gansos dirán adiós a la vida,  pues la demanda y las ventas de edredones de plumas se dispararán meses antes de la llegada de la hibernación colectiva. 

Creo que el problema de la superpoblación y el crecimiento descontrolado de la natalidad podrá soslayarse gracias a la hibernación. Para evitar los partos durante los meses que permaneceremos dormidos, solo podremos tratar de engendrar criaturas entre julio y octubre, tiempo que será conocido a partir de ahora como "El periódo espermático", durante este tiempo se establecerán nuevas fiestas y celebraciones populares. La vida cotidiana cambiará radicalmente. Es posible que los colegios permanecezcan todo el año cerrados.

El profesorado ha recogido firmas en protesta por la hibernación, pues temen que el alumnado quede totalmente desprotegido. "Sin clases en verano y sin clases en otoño e invierno, cuándo se formarán las personas, qué será de nuestros empleos", se preguntan.  Los comites de sabios han anunciado la intención de reformar todo el sistema educativo, o de lo contrario,  investigar la manera de aprender durante el sueño mediante algún tipo de impulso eléctrico al cerebro. No han añadido más, tan solo que igual será preciso el uso de gafas nocturnas. El debate está abierto.

Solo queda un pequeño escollo sin resolver durante la hibernación, ¿qué será de los insomnes? Me los imagino dando vueltas y vueltas en la cama, durante cinco meses. Quizá se levanten a dar un paseo en una ciudad deliciosamente silenciosa, o a intentar descubrir aquella nevera que por alguna clase de prodigio, no se encuentre vacía.








miércoles, 14 de octubre de 2015

El hombre que no sabía quién era


 Hay días vaporosos que es posible encontrar al Hombre Que No Sabía Quién Era, aunque también en días soleados. Hoy se ha comprado un sombrero hongo y se ha puesto un bigotito postizo, para tratar de reafirmar su identidad. Máñana irá con barba o corbata. Quiere encontrarse.

El hombre que no sabía quién era


El hombre que no sabía quién era, camina precipitadamente, incluso con cierta seguridad,  parece que supiera hacia donde se dirige. Aquí viene, tengo la sensación de que quisiera contarnos algo. Me gustaría hacerle algunas preguntas. Oigámosle.

Dominguet: ¿Usted es...?

El hombre que no sabía quién era:  No sé quién soy.

Dominguet: ¡El hombre que no sabía quién era!

El hombre que no sabía quién era: No estaría tan seguro.

Dominguet: Señor...como se llame. Está en busca de su identidad, de su yo... ¿Ha encontrado alguna pista? Los lectores quieren saber.

El hombre que no sabía quién era: Tengo algunas intuiciones, bastantes interrogaciones, por cierto, nada en concreto. Lo más terrible es que ni siquiera estamos vivos, pero no estoy seguro.

Dominguet: ¿No estamos vivos?

El hombre que no sabía quién era: Creo que lo que llamamos vida, tan solo es un término de andar por casa. Que si lo observamos a cierta distacia, a otra escala, tan solo somos un tipo específico de materia, diferente. Más bien somos de un tipo material volátil, que se desintegra rápidamente, de forma casi instantanea. ¿Qué es un hombre comparado con una piedra?

Dominguet: ¿Qué es?

El hombre que no sabía quién era: Nada.

Dominguet: Una declaración nihilista, desde luego. ¿Se atrevería a firmarla?

El hombre que no sabía quién era: Aunque estuviese del todo seguro, no podría firmar mi declaración, ¿con qué nombre? Un nombre que otros me pusieron. Tengo el documento que entrega el Estado y que así lo atestigua. Si la identidad se inicia por el nombre, empezamos mal.  O desde un punto de vista más positivo, comprendo que mi identidad, desde el principio, la construyen los otros.

Dominguet: Quizá usted piensa demasiado...

El hombre que no sabía quién era: Ese es el problema, que no pienso, que todos mis pensamientos son de otros.  

Dominguet: Le veo demasiado serio... Quizá la introspección en busca de su identidad le está convirtiendo en un tipo avinagrado y aburrido.

El hombre que no sabía quién era: Lo que veo no es nada divertido, cuanto más buceo en mi interior más me doy cuenta de que soy un gran trozo de Nada. Otras veces, me veo como un mero...

Dominguet: ¿Un mero?

El hombre que no sabía quién era:  Un mero hongo.

Dominguet: ¡Un hongo!

El hombre que no sabía quién era: Si, un hongo, ¿le parece divertido?

Dominguet: Si, y mucho. Usted es más gracioso de lo que yo pensaba, ¿cómo no me va a hacer gracia? Se fue en busca de sí mismo y sólo encontró un hongo.

El hombre que no sabía quién era: Todo nuestro cuerpo está colonizado por microorganismos. Muchos están activos, otros en estado larvario o latente, agazapados, esperando su momento. ¿Cómo podemos afirmar que nosotros somos nosotros?  ¿Cómo saber si yo formo parte del hongo o si el hongo forma parte de mí?.

Dominguet: Reconozco que para no saber quién es dice cosas entre alocadas y absurdas e interesantes...

El hombre que no sabía quién era: En realidad lo interesante está fuera... Creo, pero no estoy seguro del todo, se lo oí decir a un antropólogo.  

Dominguet: Me encantaría seguir entrevistandole, pero mis lectores no conservan la atención o la concentración más treinta segundos, así que voy a tener que finalizar esta divertida entrevista. En último lugar, ¿qué planes futuros tiene para encontrar su identidad?

El hombre que no sabía quién era: No lo sé. Había pensado apuntarme a un curso de Construcción de Gustos Únicos, pero tal curso no existe, así que me inscribiré a un taller de Iniciación al Teatro, Macramé, o Encaje de Bolillos.




jueves, 1 de octubre de 2015

Encuentro cara a cara con La Verdad

Lo que no sé, es si el cosmonauta de la bola de nieve la descubierto La Verdad, o si el señor que ha descubierto un cosmonauta en el interior de una bola de nieve, es el que se ha encontrado con La Verdad.

Encuentro cara a cara con la Verdad


  Nada sabemos de los cosmonautas que se perdieron en el espacio. Quizá se extraviaron tras una avería en el motor, o iniciaron un cambio de rumbo, conscientemente, hacia lo desconocido. O abrieron la escotilla de la nave y saltaron, dejándose arrastrar por el viento estelar. Mi teoría es la siguiente: creo que se encontraron cara a cara con la verdad. 

Los cosmonautas, los viajeros, los paseantes solitarios, es posible que todos ellos se hayan encontrado alguna vez cara a cara con La Verdad. No todo el mundo ha visto el rostro de La Verdad, aunque todo el mundo puede verla. No es una cuestión de sensibilidad  ni de formación académica,  a veces, es simplemente encontrarse en el lugar apropiado. Imagínense a un cosmonauta perdido a la deriva en un cohete cada vez más envejecido, y cuando creía que todo estaba perdido, aparece el rostro de La Verdad. Alguien que le mira, un rostro gigantesco que le observa.  Fantaseo con  el momento del descubrimiento, ese instante de sorpresa y miedo, donde lo comprende todo. Ha llegado a los límites del universo, el lugar donde se encuentra un gran ojo, y no es precisamente el ojo de dios. Ha descubierto La Verdad, y ahora resulta imposible compartirla con los otros, bien porque ha llegado demasiado pronto a La Verdad, o se encuentra demasiado solo, o porque simplemente La Verdad es demasiado decepcionante o increible para ser contada. O porque no interesa. O porque no es graciosa. O porque no hay vuelta atrás.

Como aquel viajero que empeñó su existencia en busca del chiste filosofal, aquel chiste que podría salvar el mundo, y cuando lo encontró, descubrió  que a nadie hizo gracia. Quizá aquel chiste fue contado antes de tiempo, o no existía audiencia al contarlo, ¿cómo saberlo? Lo único que nos queda de aquel chiste, es que el mundo quedó tal cual.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Reflexiones durante mi paseo por el museo Ikea de arte contemporáneo



Nadie te llama la atención si te abrazas a una escultura Ikea


 Una tarde en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Ikea


No dejo de maravillarme por el giro que han dado los museos, me encanta. Da igual que la mayor parte de las obras no sean originales, lo asumo y disfruto perdiéndome en su interior. No, no voy a comprar ninguno de los cuadros, pero no puedo resistirme y me dejo llevar por los innumerables proyectos e ideas que me asaltan.

Pasear por los interminables pasillos del Centro de Arte Contemporáneo Ikea estimula de sobremanera mi imaginación. Ya saben, se conectan los dos hemisferios del cerebro, así que siempre llevo un cuaderno de bolsillo en mis tardes de museo, por si acaso, aunque apenas tomo notas. Al final siempre sucede lo mismo, me olvido de todos los proyectos que durante la visita parecían tan sugerentes.  Aunque da igual, pues nunca los materializo. No tengo tiempo ni vitalidad suficiente, pero el propio recorrido por el museo Ikea supone para mí una experiencia poética, también intelectual.

Para nada me molesta que las obras sean copias, aunque después tenga que montarlas en casa.  Me imagino el equipo de artistas trabajando para Ikea, meros empleados. He pensado amenudo si estarán viviendo su propia experiencia artística, el flujo de la creación, ¿qué importa si no fuera así? Quizá solo piensan en crear una obra técnicamente preparada para ser reproducida en serie, adaptable a los espacios y lo suficientemente económica para que todos podamos tener su escultura o instalación en nuestros pisos. Quizá no tengan ninguna experiencia artística al crearlas, pero yo sí al verlas, y comparten esta experiencia, aunque no la hayan vivido jamás. 

Yo no soy de los que compran cosas, pero entiendo que los demás lo hagan, aunque sea para tapar alguna grieta en casa. Lo bueno de los cuadros Ikea es que no tienen punto alguno desde el cual deben ser observados. Los puedes girar y doblar para que encajen en el lugar más apropiado del piso, lo mismo ocurre con las esculturas de plástico Ikea. No crean ustedes que son simples objetos decorativos. Al verlas siempre me impregno de una felicidad inesperada, automática, que me retrotrae a la infancia, cuando en el mismo centro del museo, después de horas entre muchedumbres recorriendo sus laberínticos pasillos sobrecargados de obras, acabábamos comiendo sus conocidos perritos calientes por sesenta céntimos. 

Si fuera por mí, coleccionaría todas las esculturas Ikea, pero tengo problemas de espacio. Me molesta la gente que las abandona en la basura pasado un tiempo, pues siempre las podrían donar o vender de segundamano. Lo bueno del arte Ikea, es que no alcanza precios desorbitados en las subastas, suelen adjudicarse por debajo de su precio de mercado, quizá porque esté usadas.

En los museos de arte contemporáneo Ikea puedes tocar cualquier obra sin que nadie te diga nada, incluso abrazarlas, aunque no estoy seguro de que sea yo el que las abraza o sean las obras las que me abrazan a mí.





jueves, 24 de septiembre de 2015

La plaga de los hombres interesantes


 Me imagino que la plaga de hombres interesantes se expandirá por otros mundos. Por otra parte añadir, que simultaneamente a la plaga de hombres, hay otra plaga de mujeres interesantes.

La plaga de los hombres interesantes

Están apareciendo por toda la ciudad. Son interesantes, inmortales, documentan su existencia, examinan su vida, y aunque no se reproducen,  les gusta imaginar que rescatan a niños de los vertederos. Y aún así, todo el mundo está en su contra.

Confieso que me parezco demasiado a ellos, o al menos vivo en esa fantasía, por eso he titulado este artículo "La plaga de los hombres interesantes" en vez de "La plaga de hombres sin sentido". Soy parte de la plaga. No, no somos mejores que los otros, lo que ocurre es que tenemos mucho apetito.

La plaga se extiende por todo Mandril, parece inofensiva, pero explicita que el equilibrio ya está roto, y que tras él, aparecerá otra cosa, otro equilibrio. Es cierto que esta plaga, como todas las plagas, se alimenta de lo existente. 

Ustedes ya lo saben, una gran parte de lo existente no mola. Por eso, los de la plaga, nos gusta comernos esa parte del mundo que no nos gusta, la devoramos. Nos estimula la imaginación, hacemos chistes al respecto, planteamos soluciones. Si somos interesantes es porque al devorar lo que no nos gusta dejamos al descubierto lo atractivo. Esto es lo que hace a la plaga interesante y por lo tanto una amenaza. También significa nuestra autodestrucción si es que devoramos todo lo que detestamos. Una plaga siempre tiene que avanzar, no puede quedarse en un solo lugar si lo que desea es sobrevivir.

Imagino que querréis saber cual es nuestro aspecto para poder disparar contra nosotros o fumigarnos, o al menos que dijéramos que es lo que deseamos devorar, y que alternativas brotarán al paso de la plaga. Se lo diré: tras nosotros quedará Nuestra Señora de la Renta Básica Universal e Incondicional, algo más de democracia, palabras. Es posible que tras nuestro paso desaparezca el arte. No se preocupen, siempre quedarán artistas, aunque serán del todo prescindibles. Su lugar será ocupado por la experiencia artística y poética, si es que no son la misma cosa.

viernes, 11 de septiembre de 2015

¡El Toro Habla!


 "¡Detente!" -Dija la diosa Razón.

¡El Toro Habla!

"¿Sacrificio?"- Ha preguntado El Toro, que se ha erguido sobre dos patas y hablado en perfecto español antes de morir, pero eso no es lo más horroroso,  lo peor de todo es que se ha convertido en un sujeto político.

"¿Sacrificio? Pensaba que el sacrificio era una acción individual, como cuando alguien entrega su existencia por otro, pero nada de esto es cierto. Tan solo se trata de elegir a otro para que muera por ti. Creo que el sacrificio es el acto supremo de la cobardía.

Dicen que La Tradición exige la muerte. Le encanta la sangre de Isaac, de las las vírgenes y los corderos. Los partidarios de La Tradición  piden mi sacrifico, y yo me niego; ellos me arrastran. Los partidarios de La Tradición dicen que es precisa mi muerte para preservarla.  Mujo, bramo, me río. De La Tradición tan solo queda un cuerpo abandonado en la cuneta. Sus partidarios recorren velozmente la autovía en sus bólidos; no pueden parar.  ¿Qué queda de La Tradición? Una imagen que duerme en el Museo de Cera, nada más.  Tengamos cuidado, La Tradición precisa de hombres y mujeres sin la palabra. La Tradición requiere de hombres sin voz a los que cortar el cuello. Si es posible matar a un hombre, a un perro, a un cordero, o a Isaac en aras de La Tradición, es que entonces las cosas van bien. Lo digo alto y claro; solo los cobardes exigen el sacrificio.

Mujo, bramo, río. Hablo y me pongo en pié, como un hombre. Los ojos me observan y sus bocas dicen que no soy El Hombre, que no soy El Toro. Dicen que soy el mismísimo Satán. Bramo, río, mujo, y avanzo entre la multitud, entre los hombres y las mujeres hasta perderme entre ellos. Esta vez el muerto no es El Toro. El muerto es La Tradición"


jueves, 10 de septiembre de 2015

Mariano Rajoy, analiza la crisis de los refugiados para ¡Terrible!, el periodiquito que dejó de estar de moda. Bueno, en realidad nunca lo estuvo.


 "La solución pasa porque cada uno de nosotros lleve a un refugiado a su mesa" - Ha comentado Rajoy a este periódico.


Rajoy analiza la crisis de los refugiados

De nuevo, el director de "¡Terrible!" entrevistará otra vez a Mariano Rajoy,  que analizará para este periódico las claves geopolíticas de la crisis de los refugiados. Incluso ha prometido sorpresas. Esto es, algunas soluciones producto de su propio pensamiento, por extraño que pueda parecernos.

Dominguet: Cada vez que una joven promesa neoliberal piensa por mí , me pongo a temblar. Siento su aliento en mi nuca...

Rajoy: ¡Venga hombre! ¡No sea Maricón! Además, ya no soy una joven promesa neoliberal. Estamos construyendo un mundo para usted, pero para nada ha de preocuparse, sus hijos nacerán en el nuevo paradigma ya perfectamente adaptados ¿quiere saber cómo será?

Dominguet: Pues casi mejor que no.

Rajoy: ¿Entonces...?

Dominguet: Yo quería que me diese su opinión sobre la crisis de los refugiados, si le parece bien.

Rajoy: Me parece fenomenal, en realidad todo se resume a esto: no existe tal crisis.

Dominguet: ¿Ah, no?¿No existe la crisis de los refugiados?

Rajoy: Lo que existe es una Zona de Perturbación en Oriente Medio y Próximo. La situación es la suguiente.... ¿Toma nota?

Dominguet: Prefiero memorizarlo, y después lo escribo directamente en el periodico, sin corregir, tal cual me viene a la cabeza, sin acentos ni comas.

Rajoy: Haga lo que quiera, a mi plim, como si mañana se deshielan los polos.... ¿qué estaba diciendo?

Dominguet: Que prefiero memorizarlo....

Rajoy: No, no, antes....

Dominguet: No recuerdo.

Rajoy: No importa, me lo inventaré... Ah, si... La Zona de Perturbación. Una zona de perturbación existente desde ante de la crisis del petróleo y antes del proceso descolonizador, antes del año de África, de antes la aparición de Estado de Israel, de antes de la Segunda Guerra Mundial, de la primera, de antes de la creación del canal de Suez, del colonialismo, de la llegada a la tierra de mi querido santo Leopodo II, de antes de...

Dominguet:  ¿Qué insinúa? ¿Qué nada de lo que sucede tiene origen político?

Rajoy: Efectivamente, ¿cómo lo sabe? Llevo toda mi vida investigando sobre este tema, y usted lo ha resuelto en breves segundo....

Dominguet: ¿Pero en qué consiste La Zona de Perturbación? ¿Se lo podría aclarar a nuestros lectores?

Rajoy: Una Zona de Perturbación, para que ustedes se hagan una idea, es algo parecido a un agujero negro, algo que va creciendo, y que acabará devorando a todo el planeta. Es importante no comprarse una segunda residencia por allí.

Dominguet: ¿Cómo un fenómeno meteorológico?

Rajoy: Si, algo parecido. Nosotros tratamos el fenómeno como si La Zona de Perturbación estuviera viva. Siempre que podemos apoyamos cualquier resolución para enviar soldados o bombardear La Zona...

Dominguet: Pero cada vez que bombardean La Zona, esta se duplica en tamaño....

Rajoy: ¿Pero usted qué sabe de geoestrategia militar, tiene algún máster, ha luchado cuerpo a cuerpo contra La Zona? ¿A qué se dedica?, ¿cuánto gana al mes? 

Dominguet: Pero todas estas intervenciones crean sufrimiento, dolor, muerte...

Rajoy: Bah, seguro que no es para tanto...

Dominguet: ¿Y esto no genera pobreza y desigualdad?

Rajoy: Que yo sepa, no. En cualquier caso,  ¿qué tiene usted en contra de los pobres?

Dominguet: Y qué me dice de los refugiados...

Rajoy: ¿Qué refugiados? Prefiero referirme a ellos como Otro Tipo de Turismo. Atravesar paises andando es bueno la circulación sanguinea, para las piernas, para mantener oxigenado el cerebro. Es bueno conocer el mundo. Mire que bien saltan las vallas.

Dominguet: ¿Entonces está a favor de acoger a un cupo de ese Otro Tipo de Turismo, como usted lo llama?

Rajoy: Si. Hemos habilitado una extensa red de cajeros automáticos abiertos las 24 horas, repartidos por todo el gran Mandril para dar solución al problema habitacional.... Incluso en Navidad, llevaré a uno de los Turistas de Otro Tipo a mi mesa...

Dominguet: Espíritu cristiano, ¿verdad?

Rajoy: Espíritu gástrico. Asados están mejor.

Dominguet: Y yo que pensaba que detrás de todos estos conflictos se encontraba el petróleo....

Rajoy: Se equivocaba, el petróleo no mueve el mundo... 

Dominguet: Ah, ¿no?, ¿entonces qué?

Rajoy: La digestión.










martes, 8 de septiembre de 2015

Geopolítica y semen en la cabeza

Esta dibujito lo hice pensando en un poema titulado "El mal llega a las bibliotecas públicas". Lo incluyo en este artículo sobre geopolítica y semen, aunque no tiene nada que ver. Igual mañana dibujo uno más apropiado.


  Geopolítica sexual


Una de las causas corrientes de la locura tiene su origen en la acumulación de semen en la cabeza. Cuando hace aparición en escena alguien extraordinario, un romántico que se vuela la tapa de los sesos o  un hombre que se cree el hijo de dios, siempre anda de por medio el semen que se les ha subido al cerebro, y que dejará algunos muertos por el camino.

En los estudios de geopolítica se han ido añadiendo los procesos electorales y migratorios, pero hay nuevos y sorprendentes elementos que nadie toma en serio. Esta es mi pequeña aportación a la geopolítica mundial en general y a la microgeopolítica en particular: el semen.

La gente se ríe de mí o de mi propuesta, quizá de ambas. Si tuviera la voz más grave se me tomaría más en serio, si tuviera mis estudios acabados, me harían más caso. Si tuviera bigote, la gente tomaría notas cada vez que hablo. No reuno ninguna de estas tres cualidades, y encima soy bajito. Sin embargo he podido constatar que a más represión sexual, más violencia. Chopednauer (¿Se escribe así?) decía que el cerebro no es nuestro órgano más importante, sino todo ese flujo de pulsiones y ansiedades que nos atraviesan. No, no es el petróleo lo que ha convertido a Oriente Próximo en una zona de perturbación constante; es el semen que se ha subido a la cabeza. No, no era la tensión entre el Antiguo Régimen, la Ilustración y un proletariado tomando conciencia de sí mismo, quienes habían convertido a Europa del siglo XIX en un foco de perturbación. No, era el semen que había subido a la cabeza. Matamos a alguien, y lo justificamos después argumentando que nos enviaba radioactividad con la mente, pero nunca decimos que lo matamos porque estamos locos. En realidad estamos locos porque se nos ha subido el semen a la cabeza. 

En los pueblos se folla menos que en las ciudades, y siempre hay más problemas de violencia contra los animales que las urbes. No, no una cuestión cultural, eso es insultante. Coja un hombre y hágalo trabajar doce horas diarias, y agótele. Acabará matando a su vecino, o lo que es mejor, a su jefe. Y el asesinato no estará motivado por llevar al límite a un cuerpo vejado, sino porque no le han dejado follar lo suficiente. Observen que los partidarios de la pena de muerte follan menos que el resto, que los miembros del gobierno que follan menos, siempre aparecen con nuevas normas restrictivas en derechos y libertades. Los wahabitas follan poco durante las guerras,  siempre y cuando consideremos que la violación no es sinónimo de follar. Si usted quiere conflictos y violencia en algún lugar del mundo en favor de sus propios intereses, ya sabe que tiene que hacer.

Allí donde hay más relajamiento sexual hay menos conflicto, aunque también podría ser lo contrario, esto es, que allí donde hay menos conflictos hay más relajamiento sexual, y entonces,  toda mi teoría se vendría abajo. 



miércoles, 2 de septiembre de 2015

Notas sobre la venida de Algerton al gran Mandril, o el fin del hombre


 Ha aparecido una cabeza en el cielo. De todas las cabezas posibles la que menos esperábamos era esta.

Una inmensa cabeza de ratón en el cielo

Hoy ha aparecido una cabeza gigantesca en el cielo. No es el rostro de Dios. Es la inmensa cara de un ratón.

Sé que está próximo el fin del hombre, su caída arrastrará a muchos, pero al menos el vacío que deje será ocupado por otros. Yo creo en los ratones. He leído la noticia, algunos dicen que falsa, de que su llegada está próxima. Es la siguiente:

 "Un grupo de científicos de la Universidad de Leeds ha logrado volver muy inteligente a un ratón y para ello solo ha tenido que modificarle un gen. Como resultado los ratones también eran menos propensos a sentir ansiedad o recordar el miedo. El estudio ha sido publicado en Nature.
Los investigadores alteraron un gen en ratones para inhibir la actividad de una enzima llamada fosfodiesterasa-4B (PDE4B), que está presente en muchos órganos del cuerpo vertebrado, incluyendo el cerebro. En las pruebas de comportamiento, los ratones de PDE4B inhibido mostraron una mayor capacidad cognitiva. Ello se traducía en que tendían a aprender más rápido, recordar eventos más tiempo y resolver ejercicios complejos mejor que los ratones normales.

 Por ejemplo, los "ratones inteligentes" mostraron una mayor capacidad que los ratones normales a la hora de reconocer otro ratón que había sido introducidos el día anterior. También eran más rápidos en el aprendizaje de la ubicación de una plataforma de escape oculta en una prueba llamada el laberinto acuático de Morris. Sin embargo, los ratones PDE4B inhibido también mostraron menos el recuerdo de un acontecimiento terrible después de varios días en comparación con los ratones normales.
los experimentos también mostraron que los ratones con la enzima PDE4B inhibida sufrían menos ansiedad, preferían pasar más tiempo en espacios abiertos, con más luz que los ratones normales, que optaban por espacios cerrados oscuros. Y aunque los ratones tienen miedo por naturaleza a los gatos, los ratones modificados respondían con menos miedo a la orina de gato, lo que sugiere que la inhibición de PDE4B podría incrementar las conductas de riesgo. Según explica el autor principal del trabajo y profesor de Farmacología de la Universidad de Leeds (Reino Unido), Steve Clapcote:
Nuestro trabajo con ratones ha identificado la fosfodiesterasa-4B como un prometedor objetivo para nuevos tratamientos potenciales".

Está próxima la llegada de Algerton  al gran Mandril. Ha vivido mucho tiempo asustado, oculto en lo oscuro, bajo tierra, y ya está aquí, pero nosotros no lo veremos. Las gentes que pueblan el gran Mandril están inquietas. La llegada de Algerton significa el anuncio del fin de la humanidad, aunque confieso que a mí no me da miedo. Cuando caiga el hombre, espero que los ratones no devoren los libros de las bibliotecas, aunque me gustaría que los leyeran. Tengo algo de esperanza, todavía son herbívoros, aunque no sé durante cuanto tiempo, son cosmopolitas, han conquistado todos los continentes y han llegado al espacio. Cierto que ha sido bajo sombra del ser humano, pero no podía ser de otra manera, el miedo les atenazaba. Estaban en todos los lados  y sin embargo no eran vistos.

No, no veremos a Algerton. Solo aparecerá cuando estemos muertos. Imagino que tras el fin de la humanidad los ratones crecerán algo de tamaño, aunque casi es mejor que sigan siendo tan pequeños. Tiene que haber proteínas para todos, extensas tierras que poblar. Me alegraría que no estabularan a otros seres, que  no esclavizaran a los suyos, que no cayeran en los mismos errores, esto es,  que compartieran el territorio, que sus actos no infringieran dolor a los otros continuamente. Para componer una melodía no es preciso que otro tenga que sufrir. Cuando cuento esto a mis amigos me escuchan con escepticismo, y me contestan que los ratones no tienen moral. Veremos si no la tienen.

Pero es que Algerton llegará dando un salto, un salto cualitativo. Espero que su inteligencia se encuentre la altura de mis esperanzas, y que esta vez sí, pueda escapar del laberinto.






viernes, 28 de agosto de 2015

Hacia una siesta democrática

Hay que estar descansado, todo reside en eso. Es el único problema. Para no sentir el horrible paso del tiempo que quiebra vuestros hombros y os curva hacia la tierra.

 
Propuestas para una ciudad más descansada y democrática


A nadie le preocupa que los mandrileños se pasen el día somnolientos. A mi sí, tanto, que a veces me quita el sueño. Dormir poco es un atentado contra la cultura democrática.

No puede ser casual que la mitad de la población de Mandril resida en el lado opuesto de la ciudad, del lugar donde habitualmente estudia o trabaja.


En la República Federal de Mandril pasamos nuestra vida cansados y con sueño, trasladándonos de un lugar a otro, agotados.

Esto nos hace levantarnos cada vez más temprano y dormir una media de 4 o 5 horas diarias, tan solo, para poder llegar a tiempo a nuestro trabajo donde a menudo se producen accidentes por falta de sueño. Pero no solo dormir poco reduce la productividad sensiblemente, sino que es una fuente de conflictos, mal rollo, y acuchillamientos por disputas del todo absurdas. La falta de sueño roba tiempo al amor. No hay enamoramiento que pueda sobrevivir a las agresiones continuas del insomnio forzoso.

Si queremos una ciudad cuyo centro sea el humor, el buen humor, entonces tendremos que combatir el mal humor con todas nuestras luces, y para eso hace falta estar bien despierto. En la transición de una República Federal de Mandril hacia una República Democrática de Mandril, lo que está en juego es el paso hacia el buen humor, las virtudes democráticas, la burocracia cotidiana del consenso, y por supuesto el descanso y un sueño del todo reparador que estimule y potencie nuestra inteligencia.

"Que estimule nuestra inteligencia": este es el tiempo mínimo que aceptaríamos para nuestro sueño, pues su falta no solo nos trasforma en monstruos, esto es, en seres ariscos, sino que además nos hace más idiotas, en el sentido de poco participativos políticamente. Con sueño no solo es más fácil errar, sino que otro más despierto, decida por nosotros. Una ciudad más democrática se encuentra descansada.

Para conseguir dormir quizá sean precisas algunas reformas políticas de calado, como la reducción de la jornada laboral. Para descansar necesitamos tiempo libre y compartir los cuidados. Propongo comedores comunitarios, de tal manera que podríamos ahorrarnos, si lo deseamos, algo de tiempo en fregar los cacharros y cocinar. Propongo la creación de equipos caseros de mantenimiento interior constituidos por voluntarios  que barran nuestros pisos, quiten el polvo, pongan lavadoras, cambien las sábanas y rieguen las plantas, permitiendo que la ciudad interior, la que permanece oculta, comience a brillar, reduciendo a cero cualquier posibilidad de reaparición de brotes de peste.  Decir que estos equipos no estarán constituidos por "mujeres de la limpieza", eso forma parte del pasado, de la Republica Federal de Mandril. En la República Democrática de Mandril cualquier mandrileño sin distinción de podrá ser llamado a colaborar mediante sorteo y si le apetece, en estos equipos de mantenimiento interior, más allá de su formación, estatus, o cuenta corriente.


Hay que pasar de la República Federal de Mandril a la República Democrática de Mandril. Aunque con varios miles de años de retraso, todavía estamos a tiempo de llegar, antes de que sea demasiado tarde.


Encaminarse hacia un mundo descansado, es más saludable y amistoso. Estoy harto de ver a mis compañeras de trabajo agotadas antes de que haya comenzado su jornada laboral. No solo se trata de compartir los cuidados de los niños, la enfermedad y la vejez; es preciso ampliar el tiempo libre disponible, implementar rentas básicas universales, reducir distancias, para llegar lo antes posible a la Republica Democrática de Mandril, antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto inventar cosas, crear zonas de césped para poder echarnos un rato y disfrutar de la hierba en primavera y en el estío, espacios de aislamiento acústico donde relajarnos, pensar, y dejar que se multipliquen nuestras neuronas, bancos diseñados especialmente para tumbarse o reclinar nuestras cabezas, sea en la calle, la oficina o en el metro. Hay que estar descansado para amar, para tener amigos, para avivar la curiosidad, para disparar la imaginación.






sábado, 22 de agosto de 2015

Notas sobre los genios gaseosos


Bien, este es un dibujo ficticio del genio gaseoso. En realidad le gustan más las fotos y se muestra con múltiples rostros, es pura apariencia.  Todos creemos que ha llegado para cumplir nuestros deseos, pero la verdad es otra.
 
 
A propósito de los genios gaseosos


En el episodio anterior, afirmábamos categóricamente que los genios no existen y si existieran, habría que acabar con ellos. Pues son el tapón que cierran el paso de la Mediocridad hacia la Mediocridad Mejorada, y más del tarde del salto cualitativo de la Mediocridad Mejorada a la Genialidad Colectiva. Exista o no exista la genialidad en el ser humano, todo el mundo está de acuerdo en que el mundo actual han hecho aparición otros genios; genios gaseosos. Me refiero a esos genios que duermen, con los ojos muy abiertos, en el interior de casi todas las cosas de la vida moderna.

Un genio gaseoso, etéreo, hace años que llegó al gran Mandril  y se estableció en la ciudad. Todo el mundo le busca  y a todo el mundo se le aparece, pues todos tenemos la esperanza de que satisfaga nuestros deseos. Y sin embargo, en una pirueta enorme, el genio gaseoso ha conseguido que seamos nosotros quienes satisfagamos sus deseos. "¡Para eso soy un genio!" -Ha respondido a los periodistas de nuestro periodiquito, en una entrevista muy breve, que reproducimos a continuación:

- ¿Y qué es lo que usted desea, señor genio?

- Que te bajes el sueldo, por supuesto.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Artistas en las fábricas de armas

Esta podría ser una bala clásica antes de ser intervenida por un artista. No sabemos que forma ni particularidades podría tener entonces, pero espero que un pequeño altavoz incorporado en la bala futura, nos avise de su llegada.


Artistas en fábricas de armas


El problema estriba en los partidarios de la paz mundial, que al preferir no colaborar con la industria armamentística, dejan en manos de psicópatas el diseño de nuevas armas. Propongo que artistas, poetas, hombres y mujeres sensibles y empáticos, colaboren con los ejércitos. Quizá no sean capaces de construir armamento menos mortífero, o quizá si,  pero por lo menos las armas que construyan serán mucho más bonitas.

Un arma eficiente es aquella que mata más gente en el menor tiempo posible, pero para que un artista pueda crear un arma, primero tiene que reinventar el concepto de eficiencia, darlo la vuelta. De esta manera podría diseñar el arma que al accionarla, la bala se disparara a cámara lenta. Esto evitaría muchas muertes, desde luego. Si queremos dar un salto cualitativo, debemos imbricarnos en campos desconocidos, incluso detestables. No me interesa tanto que un músico escriba toda su vida buenas canciones, sino que se introduzca en una cadena de producción y cambie el criterio taylorista, por criterios musicales. Esto es, que reinvente el concepto de eficiencia productiva y lo sustituya por una eficiencia musical. Esto no es fácil, claro, y  no está en absoluto valorado. Convertir una fábrica en una orquesta, es el primer paso para que la bala vaya a cámara lenta; esa bala que fue disparada en tiempos pasados y que se dirige a nosotros a velocidad vertiginosa. Ya no se trata de huir, ya no hay ningún lugar donde escapar, sino de sujetar esa bala suavemente con nuestros dedos, antes de impacte.



domingo, 16 de agosto de 2015

¿Por qué los padres quieren matar a los niños?

Me quería comer el mundo, y al final me comí a mí mismo

 
¿Por qué los padres quieren matar a los niños?

Hay preguntas que nunca deben hacerse, pues lanzar una pregunta a la esfera pública puede traer consigo una respuesta dolorosa. 

Se dejó caer la pregunta y comenzó el debate. Cuando se hicieron públicas las respuestas, todo Mandril enmudeció. Algo inesperado, horrible, nos había transformado en monstruos. Éramos amables, almas buenas, y ahora nos habíamos convertido en esto. Nadie quiere ser un monstruo.

"¿Quieren ustedes que sus hijos sean asesinados?"

Un 80% de los padres respondió rellenado la casilla correspondiente con un "Si, quiero que los maten"

¿Cómo iban a sentirse los padres ahora? Ningún padre individualmente, de manera particular, quería hacer daño a su hijo. Tal idea, ni tan siquiera pasaba por la cabeza, y si atravesaba fugazmente su mente, lo consideraban atroz, y la espantaban tratando de no pensar, ocupándose de cualquier cosa. Pero desde luego, estaba claro que deseaban matar a sus hijos, asesinar al resto de los niños, el test que habían realizado no mentía, ellos sí, aunque todavía no lo sabían.

Cómo explicar que los padres amaran a sus hijos por encima de todas las cosas y al mismo tiempo sus acciones se encaminaran a una sola y  única tarea: la muerte de todos y cada uno de los niños del mundo. Cómo explicar que todo el amor ofrecido, todas las atenciones, iban encaminadas al asesinato general. Pretender salvarse, salvar únicamente a sus hijos, no era otra cosa que adelantar el minutero de la catástrofe, de echar más gasolina al fuego, de quemar todos los puentes con el mañana. La alocada carrera en pro del interés particular, del propio o de los suyos, estaba destinada al desastre. Todo empezó por los pequeños gestos; por apropiarse del asiento de los ancianos en el trasporte público. Este "Yo primero" acabó cercando el barrio e incendiando el resto de barrios.

A la entrada del gran Mandril, durante los tiempos cuando todo era posible, una enorme pancarta nos recibía con un amable lema que decía "Los niños primero", sin embargo, alguien había cambiado el texto a escondidas, y ahora, rotuladas con tinta indeleble, unas enormes letras gritaban desde lejos "Mis hijos primero", y no, no era lo mismo.

Ese "Mis hijos primero" lo que enseñaba era adelantar posiciones, tomar ventaja, apropiarse de lo de los otros, que todavía ni tan siquiera habían nacido; el asesinato de los niños del futuro. Era conveniente no pensar demasiado en ello, aunque algunos padres escribieron cartas que enterraron en cofres de acero inoxidable, resistentes a cualquier catástrofe, para  que  fueran abiertas en el porvenir. Probablemente eran cartas de disculpa, singularmente aterradoras:

"Perdonar si es que me he comido y bebido lo vuestro,  pero es que era  insoportable el aburrimiento. Las cosas vinieron así. Yo no os quería el mal, pero es que tengo derecho a pasármelo bien.  Espero que la ciencia lo solucione".- decían las cartas.
 
"Espero que la ciencia lo solucione", pero cómo iba a solucionarlo. He observado a los hombres del presente y creen que los científicos son magos, pero la ciencia no hace magia. Cómo iba a crear bosques donde ya no hay  nada, cómo iba a  devolver el rio a las tierras yermas. No, no se consiguió construir el pozo de petróleo inextinguible a tiempo, ni el trozo de carne inacabable de un ser enorme doliente para servirnos, ni una simple fuente interminable de cereales. No consiguieron sacar la vida de  la chistera, nos dimos cuenta demasiado tarde de que la ciencia no tenía chistera. Y sin embargo, lo más asombroso, es que nada se había agotado para siempre. Lo que ocurrió, probablemente, es que ya nada pertenecía a todos.






 
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