La poesía ha dejado de ser revolucionaria, pero permite ligar de vez en cuando. Transportar coltán en bicicleta no es operativo
El precio del amor
Escribir poesía y amarse a través de internet tiene un precio. Cuando se escribe una carta de amor, en algún lugar del mundo una montaña se viene abajo y sepulta a unos desconocidos que duermen su siesta en calzoncillos.
Los que aman y los poetas creen que para compensar la violencia que ejercen a diario es preciso que se cree un nuevo impuesto que denominariamos "Impuesto de las guerras del coltán" Con este impuesto podriamos compensar los destrozos que produce nuestra poesía en el cuerpo de hombres y mujeres y financiar las pensiónes de viudedad, horfandad y para los mutilados de guerra. No vamos a quedarnos impasibles los poetas sabiendo como la poesía dispara a bocajarro y bombardea y utiliza mano de obra esclava. Tenemos soluciones. Para acabar con las guerras del coltán lo que tenemos que hacer es desarrollar las tecnologías que nos permitan la crianza de coltán en macrogranjas y producir pienso sintético en toneladas para las crias del coltán. Esto evitaría tener que bombardear el Congo. Si no fuera posible, quizá tuvieramos que producir coltán en grandes extensiones de monocultivos. Para su riego tendríamos que desviar los recursos hídricos necesarios, y compensar de alguna manera la mortalidad generada por las hambrunas y los conflictos al retirar el agua de las plantaciones de subsistencia en tierras comunales.
"Cada ordenador que utilizamos supone extraer y procesar unas 1000 veces su peso en materiales, con el transporte de productos que ello implica y los impactos ecológicos que su producción supone. Hace solo treinta años, a principios de los 80' apenas existían ordenadores en el mundo, hoy su número ronda los dos mil millones. Respecto a los televisores la cifra supone varios miles de millones, pués alcanza a más del 80% de la población mundial. En cuanto a los teléfonos móviles su número supera los cuatro mil millones en el mundo. No debería ser difícil de imaginar la cantidad de materiales, sobre todo de caracter estratégico, que estos artefactos y toda la cacharrería electrónica demanda (ipods.MP3, cámaras electrónicas, PS, IPads, kindles...) aunque normalmente se oculte el lado oscuro de estas tecnologías. Además, la cacharrería electrónica es sistematicamente infrautilizada y cada día más obselescente, requiriendo pilas altamente contaminantes para su funcionamiento, cuya producción y reciclaje genera también serios problemas ambientales. Algo en principio tan "simple" como un teléfono móvil precisa de una enorme sofisticación de redes de diseño, extracción de minerales estratégicos ( el preciado y disputado coltán, causante de sangrientos conflictos en el Congo)
"Además, el funcionamiento del ciberespacio y la sociedad de la información demanda una muy considerable cantidad de energía eléctrica. Del orden del 15% de la energía eléctrica que se consume en EEUU corresponde al funcionamiento directo del mundo informático. Actividades que consideramos respetuosas con el medo ambiente: la lectura d eun periodico on line, el envío de gran cantidad de información via e-mail o colgar videos en Youtube, también tienen su coste energético y medioambiental, aparte de económico*. Algunas de estas actividades se suponía que iban a ahorrar consumo de papel, pero el derroche de papel a escala global no ha hecho más que aumentar de forma imparable en la era de la sociedad de la información. En suma, los impactos ambientales de internet y de la llamada nueva economía se dan tanto en la fabricación d ela sinfraestructuras (cables, satélites, antenas...) y productos de las NTIC, como en los efectos rebote generados por las mismas, que transforman la eficiencia y el ahorro, que en teoría promueven, en un mayor consumo posterior de recursos, autocancelando la llamada eficiencia y generando huellas ecológicas nada despreciables. Este hecho choca con la cultura del "gratis total" que promueve internet, y que muchos manipulan y magnifican, pues no hay ninguna actividad humana que sea gratis en términos energéticos y ambientales"
*Se ha llegado a valorar, por ejemplo, que la lectura de un periódico on-line utiliza 10 veces más energía fósil y dos veces más residuos que un periódico tradicional. Por otro lado, para poder enviar información digitilalizada, en preciso que toda una complejísima y costosa infrestructura esté funcionando, si no, no sería factible
Ramón Fernández Durán "El antropoceno" Virus editorial