martes, 30 de diciembre de 2014

Tres propósitos para 2015 (1. Dejar de fumar)


Propongo la gratuidad del tabaco


Propósitos para 2015
(1. Dejar de fumar).


La lista de propósitos es inacabable. Tardaría varios años en completarla. Me es imposible asegurar si ser un creador de propósitos es un oficio de futuro, del futuro, o simplemente incierto. Así que me atendré a los tres principales propósitos del hombre y la mujer occidental.

La mayor parte de la población de Mandril ha dejado de proponerse objetivos para 2015, con todo lo que implica, pues hay muchas cosas por hacer. Algunos todavía quieren encontrar trabajo, una acción bastante complicada, si no imposible. Imagino que los vecinos del gran Mandril han abandonado la idea de los propósitos, por culpa de esa gran y densa niebla que envuelve la ciudad, y que apenas nos deja ver. Si me permiten, me ofrezco para postularme como creador de propósitos para 2015. Es hora de acabar con esta espesa niebla. Y se puede acabar con esta niebla mediante los tres propósitos esenciales de toda experiencia humana. Esto es; dejar de fumar, hacer ejercicio, y encontrar trabajo. Empezaré con dejar de fumar, o en su versión moderna, dejar de comprar tabaco.

"Dejar de fumar" es sinónimo de "dejar de comprar tabaco"

Para acabar de una vez por todas con la niebla que envuelve el gran Mandril, hay que dejar de fumar. No vemos nada. Si queremos ver algo, hay que apagar el cigarro. Las volutas de humo nos impiden ver la realidad. Dejar de fumar, aunque sea por cambiar de perspectiva. He leído en algún lugar que todos los esclavos fuman. Así que para dejar de ser un esclavo, hay que dejar dejar de fumar, aunque no es imprescindible. Lo importante es no comprar tabaco.  Dejar de fumar debe ser sinónimo de dejar de comprar tabaco. No es tanto dejar de pedir cigarros a los amigos, es mejor mangarlos. Propongo crear un nuevo modelo de delincuente, una especie de héroe que asalte estancos y cultive tabaco en la terrazas. Dejar de fumar o de comprar tabaco tiene que convertirse en un gesto revolucionario. Hay que asociar mentalmente la idea de no fumar con la de pertenecer a un club muy peligroso. Un no fumador o no comprador de tabaco, debe convertirse en sinónimo de transformador social, que comparte el tabaco, y por tanto los recursos. Un nuevo modelo de comunista, que lleve una chapa en su jersey de punto con la siguiente leyenda: "El humo del cigarro me impide ver el Sol". Hay que ser absolutamente moderno y no volver comprar tabaco. Propongo la gratuidad del tabaco. Podría implementarse esta medida mediante el requisamiento del 50% de la producción del tabaco para ponerla a la libre disposición del público. Algunos dicen que esta medida incitaría a un aumento del tabaquismo. No lo creo. Y aunque no tengo pruebas ni argumentos convincentes que puedan demostrar mis teorías, es probable probablemente que la gratuidad del tabaco estimule el abandono del tabaco. Por alguna extraña razón, hay una tendencia a evitar el consumo de lo gratuito. 


sábado, 20 de diciembre de 2014

Un artículo para la noche del sábado





Me eximo de toda responsabilidad por este articulito

Nacer dos veces en la vida


Nadie ha pedido nacer. Es por ello que no tenemos ninguna responsabilidad con nadie. Una fuente de derecho aceptable sería aquella en la que cada individuo naciera dos veces. Una con permiso y otra sin él.

Un nacimiento es como un barco portugués en un puerto en Angola. Uno de esos barcos en busca de hombres libres con los que traficar en comercio de esclavos. Nadie ha pedido nacer, como nadie pide ser un esclavo.

En la Grecia clásica los esclavos era despreciables porque podrían dar por finalizada su condición en cuanto quisieran, y sin embargo, no lo hacían. Tan solo debían suicidarse. Esto me recuerda a aquellas conversaciones y discusiones que llegan al climax en cuando alguien dice "Yo no he pedido nacer". La respuesta evidentemente es: "Suicídate".  

Que los padres sean responsables de por vida de sus hijos hasta su muerte debería ser un derecho. Hemos dicho que nadie pide nacer. El nacimiento es algo que se le antoja a dos personas, como un esclavo es algo que se le antoja al comprador y al comerciante de esclavos. Traer a alguien al mundo debe tener consecuencias, esclavizar a alguien también. Creo que toda persona que nace debe estar exenta de obligaciones y sus padres deben cargar con todas las responsabilidades hasta el día de sus muertes. Todos aquellos que hemos nacido sin ser consultados antes - y creo que somos mayoria- No deberiamos estar sujetos a responsabilidad alguna, es decir, podriamos matar, quemar iglesias, o cortar de raíz nuestra existencia. En mi opinión, deben ser los padres los que deben afrontar las culpas de los males que ejerzamos durante nuestra existencia. 

Para relajar a los padres y a los lectores que deseen ser padres, debemos permitir a los nacidos volver a nacer. Volver a nacer debe ser una elección. Si nacer se convierte en una decisión propia, al ejercerla, nos encontraríamos también con algunas obligaciones, como alguien que llega a un país con normas diferentes. La vida que transcurre del primer al segundo nacimiento, debe ser una vida exenta de todo tipo de responsabilidades. En el siguiente nacimiento, todo cambia radicalmente. El problema es que nadie nace dos veces, y como no podemos volver a nacer, propongo un segundo parto simbólico, plenamente decidido por el naciente. Podríamos elegir una edad para que uno naciera de nuevo: 14, 16, 18 o 50 años, cualquiera vale. Este nacimiento debería ir acompañado con una especie de juramento, ya saben, para poder convertirse en un ser plenamente social y político. Este segundo nacimiento debe ser, efectivamente,voluntario. 

Quizá ocurra que no todo el mundo quiera nacer una segunda vez. Esto complica las cosas, aunque considero varias opciones. La primera posibilidad es que los padres continúen siendo responsables de la criatura, aunque haya cumplido 46 años, y él pueda mientras tanto seguir quemando iglesias. La segunda opción es el suicidio. La tercera opción es la reducción del no nacido a la esclavitud - como no ha nacido, no existe, y por lo tanto nadie le está esclavizando-. Esta última opción es la que me gusta menos.  Soy más favorable de la primera. Que se me entienda bien, por favor. Lejos de pretender parecer un nazi encocado, lo único que he pretendido es buscar o dar soluciones al viejo asunto de la existencia y libertad. Es evidente que no lo he conseguido del todo. Espero que hombres y mujeres más sabias que yo, seres de cerebros enormes, de portentosas inteligencias, se aproximen a la resolución de este enigma. Mientras tanto, voy a prepararme la cena y rebuscar en el cajón, un paracetamol para la fiebre. 





martes, 16 de diciembre de 2014

Permanecer en la cama para salvar al mundo.


El gobierno sabe que salvar al mundo de esta manera, le proporcionará réditos políticos.


Permanecer en la cama para salvar al mundo
-Un cuento reaccionario-

No me puedo levantar de la cama. La vida del planeta está en juego. Si lo hiciera, comenzarían los desastres, el Sol se pondría, se iniciarían los terremotos.

Ver el día soleado tras la ventana, en la cama. El mundo funcionando, sincrónicamente, como un inmenso engranaje. Levantarse y percibir que la realidad escapa a mi control. Se nubla el Sol, hay pequeños temblores en todo el mundo, se inician los desastres. Volver a la cama y retorna la calma, la realidad se reordena, sale el Sol de nuevo, los niños ríen y juegan en las calles. Constatar empíricamente que esas ganas mías de adentrarme al mundo, significa paradójicamente el fin de todo. 

Mis amigos se preocupan. Llevo un mes sin salir de casa para salvar al mundo, salvo salidas esporádicas al baño y al supermercado, con todo lo horrible que significa; el derrumbe de un edificio, un incendio, la rotura de una presa. Acostarse corriendo, antes de complicar aun más la realidad. ¿Cómo explicar a mis seres queridos que no me puedo levantar, qué la existencia está en juego, sin parecer un loco? Hay que hacer pública mi decisión. Que se enteren todos de que mi compromiso con la vida me procurará algunas úlceras por presión. Permanecer en la cama tiene también riesgos. Riesgos para mi propio cuerpo. Hay que dar aviso al gobierno.

No soy una persona díscola. Aun así, el gobierno ha decidido enviar a tres funcionarios que se turnan e impiden que me levante para evitar que cause males mayores. Hay un aspecto positivo; la renta del piso es pagada por los contribuyentes, no tengo que acudir a un trabajo que me desagrada. Ahora soy un personaje público y mediático. Me cuidan, me envían flores. Recibo masajes y friegas de aceite por todo mi cuerpo para evitar que se ulcere. Me he convertido en una especie de dios. La existencia de la humanidad está en mis manos.  Sin embargo, permanecer en la cama tanto tiempo, no es ningún privilegio. He engordado.


domingo, 14 de diciembre de 2014

La famosa guerra de los subnormales contra los normales.

Mientras que los normales podían construir eficaces armas de destrucción, los subnormales habían aprendido a respirar en ambientes irrespirables. 


La guerra de los subnormales


Hay un temor profundo que se oculta en lo más íntimo de cada uno de los mandrileños, y nadie se atreve a hablar de ello. Ese temor a ser descubierto. De ser señalado por lo que en realidad se es, como un subnormal.

¿Qué hacer con los subnormales? Todo el mundo estaba de acuerdo en que los subnormales podían desempeñar todo tipo de trabajos, pero, ¿por qué iban a realizarlo los subnormales? La gente normal también podían trabajar en ellos. En otro tiempo se debatía si era ético que los subnormales realizaran las labores más penosas y repetitivas, como una vía para poder integrarse en la sociedad. Ese debate es historia. El trabajo para todos ha acabado. Todo es suceptible de ser automatizado y computerizado. Para conseguir más cotas de poder no son precisas las plusvalías generadas por el trabajo, el poder se consigue mediante plusvalías generadas en la esfera financiera, exenta de impuestos y de huelgas. Hay poco trabajo. Los mongólicos podrían realizar las tareas más alienantes, ¿pero por qué iban a realizarlas  los mongólicos? Existían miles de universitarios sin alicientes dispuesto a ello. "¿Volver a la eugenesia?" -Se preguntaban algunos, pero con otras palabras-.  La incertidumbre se extendía por toda la ciudad de Mandril.

Cuando el cúmulo de incertidumbres supera el de certidumbres, las probabilidades de que aparezca un giro inesperado, aumenta. De entre todos los giros inesperados, el más más inesperado fue la guerra de los subnormales contra los normales. Para ser comprendido, no olvidemos que los ciegos han desarrollado mejor que los videntes algunas habilidades. La ceguera les ha permitido afinar el oído y el sentido del tacto. Los subnormales, también consiguieron afinar sus propias habilidades. Mientras la telekinesia era para los normales una potencia latente, los subnormales consiguieron hacer de la telekinesia una realidad. Mientras los normales utilizaban  grúas para mover objetos de un lado a otro, los subnormales empezaron a mover los objetos con la mente. La guerra había empezado.

"La famosa guerra de los subnormales contra los normales", así es como se conoció, fue una guerra ideológica. Los normales aseguraban que existían seres más inteligentes que otros. Los subnormales negaban esto. Decían que no se trataba de más o menos, sino de diferentes inteligencias. Llegaron a decir que una ameba no era menos inteligente que un ser humano, sino una inteligencia diferente. Aseguraban que el ser humano no era menos inteligente que las plantas por no poder realizar la fotosíntesis, ni menos inteligente que el perro, por no saber ladrar. Por mucho que tratara de ladrar, el ser humano tan solo conseguiría imitar a los perros.  Todo intento en convertirse en perro, una planta o una ameba, estaba llamado al fracaso. Los normales, no consiguieron reírse del chiste.

Decir que los subnormales ganaron "La famosa guerra de los subnormales contra los normales" Los normales disponían de tecnología punta, los subnormales, de telekinesia. Un solo subnormal podía elevar con la mente una montaña y lanzarla contra todo un ejército soldados normales. Esta es mi visión. Solo puedo ver el futuro hasta aquí. Me resulta imposible saber que fue de los normales o qué tipo de economía establecieron los subnormales. Solo sé una cosa, que los test de inteligencia presentados por los normales para asegurar que eran más inteligentes que los subnormales, cayeron en descrédito. Los subnormales también presentaron sus propios test de inteligencia, en los que se demostraba que los subnormales eran más inteligentes que los normales.







miércoles, 10 de diciembre de 2014

El problema de fregar los cacharros como iniciación al mundo de los problemas


En realidad todavía no tengo una teoría unipersonal sobre los problemas, pero si una pequeña visión. Quizá los problemas sean irresolubles, pero pueden ser trasladados hacía los otros, o al menos, sustituidos por otro problema.



El problema de fregar los cacharros


"Una vida sin problemas" Este es el sueño de muchos. Allí donde hay un problema esperando ser resuelto, hay siempre otro problema agazapado a punto de saltar sobre nosotros. Los ejemplos son múltiples: supongamos que me tengo que enfrentar al problema de fregar los cacharros. Podría soslayar el problema fácilmente dejando que se acumulen nuevos cacharros sin fregar, pero para cuando me atreva a fregarlos el problema habrá crecido, así como el número de cacharros acumulados sin fregar.

Podría dejar de fregar para siempre en aras de acabar definitivamente con el problema del fregado, y lo conseguiría, pero aparecerían nuevos problemas derivados. Esto es, podría comer todos los días fuera de casa,  contratar a alguien para que me fregara los cacharros, o tirar a la basura los cacharros una vez utilizados, pero aparecerían nuevos problemas de índole moral, medioambientales, y de presupuesto, así como un traslado de mis problemas hacia los otros. Otra persona se tendría que hacer cargo de mis problemas con los cacharros. Además, los problemas presupuestarios, me obligarían a buscar un nuevo trabajo para hacer frente al pago de la comida fuera de casa o a la contratación de personal con un sueldo digno que me fregara los cacharros. Pero este nuevo problema incluiría otros nuevos problemas; la falta de tiempo. La búsqueda de un nuevo trabajo para que alguien me fregara los cacharros me impediría hacer otras cosas deseables en un tiempo libre que ya no dispondría. Me enfrentaría al problema de soportar una vida absurda, alienada y no vivida.

Quizá esto venga a cuento, pero es posible que encierre una pista para mis investigaciones sobre los problemas:  En una ocasión Platón se encontró a Diógenes lavando unas hojas de lechuga. Platón le dijo "Si trabajaras para la corte, como yo, no tendrías que lavar las hojas de lechuga tu mismo". A lo que Diógenes respondió: "Si lavaras las hojas de lechuga tú mismo, como yo, no tendrías que trabajar para la corte".


miércoles, 3 de diciembre de 2014

El sueño de Salvador Sostres

Tras la misteriosa desaparición de Salvador Sostres, el gobierno de las finanzas del gran Mandril le levantó una estatua. Pudo haber sido un gran periodista, una gran figura pública, un gran financiero incluso, un ministro, pero se desvaneció en el aire.

La estatua de Salvador Sostres

Salvador Sostres ha pasado una mala noche. Ha soñado que era una cucaracha. Por suerte ha despertado aliviado al descubrir que tenía brazos y piernas. Su alivio ahora es alegría. Se ha tocado las manos, el cuerpo, las piernas. Es feliz. Ya no vive en su cuerpo, vive el cuerpo de otro. 

Salvador Sostres ha bajado a por el pan. Se encuentra contento en su nuevo cuerpo. Está tan contento que la policía le ha solicitado su documentación. La alegría siempre es sospechosa en Mandril. Salvador Sostres jura que es Salvador Sostres, pero la policía no da crédito a sus palabras. Salvador Sostres se ha convertido en el principal sospechoso de la desaparición de Salvador Solstres. Poseé su DNI, su cartera, sus tarjetas de crédito y las llaves de su casa. La prensa se hace eco de la misteriosa desaparición de Salvador Sostres "¿Dónde está Salvador Sostres?" -Se pregunta todo el mundo- Salvador Sostres se encuentra muy cerca de Mandril, pero nadie lo sabe. 

Algunos años después, tras salir de la cárcel de Soto del Real, Salvador Sostres ha conseguido un trabajo embolsando las compras en un gran hipermercado. Tiene setenta años y necesita descansar. Ha preguntado al encargado cuando podría tomar sus vacaciones. "Cuando quieras" -le han respondido- "Pero antes recoge el finiquito".  En la plaza del centro comercial hay una estatua y Salvador Sostres la mira. La mira y se mira, la mira y se vuelve a mirar, pero ya no se reconoce.



 El gobierno de las finanzas del gran Mandril le levantó una estatua, si, con parte del sueldo de los ancianos embolsadores de las compras en hipermercados de futuros. 


martes, 2 de diciembre de 2014

Transición hacia un rey invisible

Posible prototipo de rey . El uniforme de milico es optativo

Transición hacia un rey invisible


Tras la decapitación de la familia real -sin querer, eso si-. Los mandrileños sentimos extrañeza. Estamos vacíos. Hemos perdido toda una colección de personajes con los que hacer mofas y chistes; y ahora la vida es mucho más aburrida.


Desde que la cabeza del rey cayó, la vida es mucho más aburrida. Todo el mundo prestó atención al cuerpo del rey, olvidando que su cabeza rodaba calle abajo, sin control. Desapareció. Cuando la encontraron fue demasiado tarde: un célebre desconocido, por hacer la gracia, la jibarizó. Una cabeza reducida e insignificante que solo podía contemplarse bajo un potente microscopio. Nos reimos, si, pero no está bien reírse de un hombre decapitado. Lo confieso; perdimos la cabeza. 

La vida sin rey es muy triste. Queremos reírnos, pero ya nada nos hace gracia. La vida está empezando a perder el sentido. Aumentan las visitas a los centros de salud mental y desciende la productividad. La curva desciende. Necesitamos un referéndum. La vuelta de la monarquía. El pueblo hablará y votará "Sí".

Cuando hay voluntad política la acción es inmediata. La presentación pública del nuevo rey creó grandes expectativas, y cuando el presidente corrió la cortina inaugural la sorpresa fue mayúscula. El nuevo rey era invisible. Un rey invisible tiene muchas posibilidades para la comedia, los chistes y las gracietas de sobremesa. Podemos decir que por primera vez en la historia tenemos un rey donde prima la transparencia. 

Tenemos un rey invisible, y hasta donde  llegan mis luces, los hombres invisibles carecen de ADN. Sin ADN  es imposible multiplicarse. La pregunta es si un rey sin ADN podría considerarse vida. Todavía hay controversia científica al respecto. El único problema de tener un rey sin ADN es que precise de alguien donde alojarse y replicarse, y eso ya no es tan divertido. Sea vida o no, nuestro rey es invisible. De aire, etéreo, como sus cuerdas vocales, que le impiden verbalizar su tradicional mensaje navideño. Un rey de aire no puede condecorarse ni inyectarse dronga intravenosa. Si se pincha, se desinfla.




 
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