Supresión de la pereza
Hace ciento cincuenta años se patentó una cama expulsadora que despedía del lecho a todo aquel que tratará de dormir más de seis horas y media. El resultado fué un éxito: Europa vivió no solo una revolución industrial y tecnológica, incluso participó en dos guerras mundiales.
La falta de sueño genera dosis de agotamiento y cansancio que permiten al operario mantener el automatismo que se precisa para incrementar los beneficios. A veces, es cierto, la máquina arranca el brazo del trabajador. No importa; se reemplaza por otro. Otras veces los trabajadores estresados queman tiendas de alimentación chinas. Mejor, así no queman palacios. En cualquier caso, todavía es posible coser a los oficinistas a sus incomodas sillas. E incluso promover la obligatoriedad del uso de pañales geriátricos en horas de trabajo.
3 comentarios:
O directamente podrían alquilar la oficina para dormir allí, así no llegaríamos tarde al curro y encima obtendrían beneficios.
Capitalismo, si!
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Dotar de aire acocadiccionado para que los trabajadores hagan todas sus horas laborables de su vida de un tirón, ahorraria probablemente pensiones de jubilación.
¡Que coño pañales! ¡Menudo gasto!
¡Sondas como anacondas les ponía yo, panda de vagos!
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