miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Es posible ser marxista en Mandril?

Avanzadilla para un nuevo mundo

¿Como ser marxista, o situacionista, o libertario, o titiritero en Mandril? ¡Es posible amigos, pero solo en el transcurso del fin de semana!

Ya lo dijo una vez Dominguet; "no es posible pensar en el socialismo mientras se friegan dosmil platos". Y si ni siquiera es posible pensar en el socialismo, ¿como diantres entonces el socialismo llegará un día a materializarse?. Sus compañeras de curro, desencantadas de la vida le invitan a un cigarro y le dicen; "Dominguet, recuerda esto siempre y repítelo todos los dias de tú vida; ¡la vida es una mierda!" Pero Dominguet le da igual que sea una mierda, la verdad, lo único que quiere es tiempo libre, besar, y echarse la siesta, ¿sino como podrá levantar algún dia una bandera roja sobre un Banco de España humeante?. Pero amigos, no tiene tiempo para todo eso. Durante un curso de esos que dan a los friegaplatos en la administración pública, el profesor, tras escuchar las quejas de Dominguet, le aconsejo que se promocionara dentro de la empresa. ¿Podrá Dominguet ser un poco más libertario y salvar al mundo con cien euros mensuales más? ¿Podrá en definitiva echarse la siesta? ¿Dispondrá de tiempo para ser titiritero? ¿Pasará la mañana en la cama besando leve o apasionado, gracias a la promoción profesional? Y el clima, ¿cambiará el clima?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dominguet ¿ y qué pasa entre el plato mil dos y el plato dos mil tres ? Tú lo sabes, pasa una brizna de viento, ese viento que nos saca de los cuentos de la ciudad y nos lleva a los sueños. Se puede pensar todo entre los platos sucios, más que sobre los platos de la cocina molecular, se puede pensar y, sobre todo, se piensa en la vida. La vela de una barca lleva toda la energía que nos hace falta.
Soy Nemo, ya no me dejan firmar, ya ves.

Dominguet dijo...

Hola Nemo, encantado. Si uno tiene el entrenamiento mental suficiente pueden pasar cosas entre el plato dos mil uno y el dos mil tres. Pero no, no llega el viento, sino un hálito de aire condicionado, casi siempre defectuoso. ¡Salud!

 
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