Marina Ginesta en la Barcelona de 1936. Pudo ser la novia de Dominguet, pero llegó un poco tarde
Fin de semana en Mandril
Dominguet tiene esperanza: algún dia la especie humana se habrá reducido de tamaño. Esto provocará el fin del hambre del mundo y el problema de la vivienda en Mandril.
Para ese dia Dominguet tendrá ya pintada la micro buhardilla y podrá mudarse por fin. Dominguet nunca ha sido muy alto, y podría pintar el techo de rodillas. Pero las conjunciones de los planetas siempre se ponen en su contra, y el dia que decide ir a pintar tocan los Flestones en Mandril y los colegas le incitan a la barbarie y la intoxicación. Un desastre. Los pulmones se reducen, también el cerebro. Se aproxima a la rutina del zombi. Solo una certeza le impide caer al mismo centro de la nada: una chica nacida a principios del siglo xx, y ni tan siquiera sabe si está aún viva.
'Dicen que en la foto tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución del proletariado y las imágenes de Hollywood, de Greta Garbo y Gary Cooper'
Marina Ginesta; a los 89 años
1 comentario:
Algo pondrias de tu parte....jajaja
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