viernes, 3 de enero de 2014

Diferencias entre el hombre que llegaba demasiado pronto y el hombre que llegaba siempre tarde a todo

Tan solo una vez se encontraron el hombre que llegaba demasiado pronto y el hombre que llegaba siempre tarde, pero no sabemos si era temprano o tarde. Nos gusta pensar que fue en el momento preciso, pero es bastante dudoso.


El hombre que llegaba demasiado pronto y el hombre que llegaba siempre tarde a todo

Parecía improbable que algún día se encontraran, pues el hombre que llegaba demasiado pronto, ya se había ido cuando el hombre que llegaba siempre tarde hacia aparición

Ambos era visionarios, podían contemplar el futuro, por ejemplo; ver un ladrillo caer amenazante desde un gran rascacielos de la ciudad. El hombre que llegaba demasiado pronto gritaba alarmado a la gente "¡Va caer un ladrillo!", pero pasaban lo días y el ladrillo no caía, y sus palabras perdían tarde o temprano todo crédito, hasta que un día caía el ladrillo en su cabeza. Entonces siempre ocurría lo mismo, se le aproximaba un tipo y le decía, "Ya te lo dije, iba caer un ladrillo" ¿Qué podía hacer sin caer en el ridículo? De nada servía decir "¡Lo vi yo primero!".

El hombre que llegaba siempre tarde también veía caer ladrillos. La diferencia con respecto al hombre que llegaba demasiado pronto, era que cuando gritaba alarmado a la gente "¡Va caer un ladrillo!" este ya le había roto la cabeza. Ambos personajes eran incomprendidos.

Cuando iban en busca del amor, este todavía no había llegado o ya se había ido, cuando iban a comprar el pan, la tienda todavía no estaba abierta o llevaba años cerrada, cuando iban al encuentro con la vida, esta ya había pasado o nunca llegaría. 




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