lunes, 28 de abril de 2014

A favor de correr

"Precisamente, 1997 terminó en Madrid con un ridículo “acontecimiento” que nos es muy útil como ilustración de lo que queremos decir. El 28 de diciembre se celebró la carrera de Popular, organizada bajo el increíble lema de “Movilización popular contra los excesos de las fiestas. Desafía la pereza”. Francamente, esto ya es demasiado. ¿Qué excesos? ¿Qué pereza?"

"He aquí pues el factor clave de la alienación deportiva, cuya importancia decisiva para la reproducción ideológica del sistema no radica tanto en los efecto letárgicos y desmovilizadores que se deducen de su carácter de espectáculo de masas, como en el cariz sorprendente de mito social, de historia ejemplar que todos los días y todas las noches pone en escena la agonía sagrada de los especialistas del dolor y del esfuerzo que lo sacrifican todo a cambio del “triunfo”. “Los madrugones de cada día a las seis de la mañana, el hecho de tener que sacar las asignaturas de segundo de INEF robándole horas al sueño, o el no poder pasar más tiempo con sus amigos o con su novio... son algunos capítulos del cuento de María que algunos no querrían leer. Ella los asume sin más”. En estos términos hagiográficos, edificantes, aleccionadores, se relata la peculiar forma de vida de una famosa nadadora, que presume libre y felizmente de su propio calvario: “Yo no me escaqueo ni un metro de los entrenamientos. Voy a tope aunque me duelan los brazos, y respiro cuando tengo que respirar”

"El martirio. Volviendo al caso práctico del que nos hemos servido como amena ilustración, oigamos a uno de los imbéciles que participaron en la Popular: “Ya por el hecho madrugar y por el frío que hemos pasado combatimos la pereza, la abulia, la apatía y lo que me digas”. Masoquismo enfermizo, sumisión cobarde al instinto de muerte, odio al principio del placer y depreciación miserabilista de la existencia, obediencia ciega y fanática a la voz de mando, eso decimos porque todo eso es lo que se esconde tras una opinión así, que se ve corroborada y esclarecida por la peligrosa estupidez de uno de los organizadores: “Es impresionante la imagen de tanta gente corriendo tan temprano”. Impresionante, sí, tanto como el espectáculo de un campo de concentración o de una plantación de esclavos. Por cierto que el inevitable “mecenas” de este evento de pesadilla no fue sino la multinacional de material deportivo Nike, famosa por su explotación salvaje de la mano de obra (incluso infantil) del Sureste Asiático. El círculo vicioso siempre tiende a cerrarse cortando el hilo de la vida"

"La palabra-llave sigue siendo hoy la desmoralización, que debe aplicarse sin más tardanza a cualquier manifestación del espíritu del enemigo. para empezar, parece completamente necesario el sabotaje sistemático de esa peste ridícula de “carreras populares”, “gincanas por los derechos humanos” y “marchas contra la droga”, cuya nocividad social es solo comparable a los trances colectivos, antesalas del linchamiento y del progrom, que se generan en los estadios de futbol, y que en todo caso son más peligrosas que el mero consumo pasivo de las retransmisiones deportivas en tanto y en cuanto que la participación en la carrera o prueba implica una ilusión de afirmación personal, un simulacro de decisión libre, un delirio de comunión mística que inevitablemente refuerzan la asunción de los valores de la clase dominante que sustentan y dan sentido a estas demostraciones. Como medios adecuados de perturbación y sabotaje, recomendamos desde medidas agresivas como alfombrar con chinchetas, canicas o alquitrán las calzadas donde se desarrollará la carrera, hasta otras posibilidades más hedonistas y quizá más efectivas: la puesta en práctica, al paso de la carrera, de ceremonias eróticas realizadas por dos o más personas, la exhibición festiva del estado de embriaguez, la organización de fiestas irresistibles y juegos tan apasionantes como inútiles, el ejemplo provocador de durmientes entregados al mejor de los sueños, o la instalación de objetos misteriosos que despierten la curiosidad de los “atletas”, incitándoles al abandono de la prueba. Se trataría en fin de la exaltación decidida y contagiosa de los placeres de la pereza, y, por contraste, del desenmascaramiento, por vía del humor y del goce, de la nueva dictadura eugenésica de la salud y el deporte, del puritanismo y el deber".


"Todavía no se han parado todos" Grupo surrealista de Mandril



La aventura se encuentra por doquier. Cuando hacemos algo placentero, al mismo tiempo ocurre algo terrible.


A favor del correr por las mañanas


¿Se puede ser surrealista y levantarse por las mañanas para ir a correr? Me pregunto también si es posible ser surrealista y trabajar en una fábrica. Considerando que trabajar en una fábrica es como vivir en un sueño -si, tengo que despertar ya de una vez- su relación con el surrealismo es inevitable. Hay muchas formas de tomar la fábrica antes de dar la patada final en la puerta del despacho donde se encuentra  reunida la junta directiva. Se puede tomar la fábrica haciéndola tuya. Pongo un ejemplo extraido de unas posibles memorias mias: "fui dejando objetos en casa de mis padres, de tal manera, que pasados unos años el piso era irreconocible, lo había transformado según mi voluntad. Sólo sobraban mis padres, que en realidad me hacían de esclavos. En cualquier caso, la decrepitud, la muerte o el asilo estaban de mi parte. El piso ahora era mio" 

Queremos vivir. Si no podemos realizar la aventura por cobardía o porque las turbulentas aguas de la sociedad líquida nos arrastran siempre, podemos crearla.  Luchar contra los dioses es agotador, subir al Olimpo a emborracharse o tratar de ser inmortal es agotador, pero más agotador es acudir a la fábrica, y  ya saben, la fábrica se encuentra en todas partes. Sin embargo hay esperanza, porque lo que he aprendido en estos últimos años es que la aventura se encuentra también en la fábrica. Me gusta imaginar que en cuanto uno practica la aventura, comienza a luchar contra la fábrica y los dioses. Es cierto, la fábrica universal se encuentra en todas las partes, y es un lugar tedioso. Correr es tedioso. Sin embargo, lo que hemos descubierto de la aventura es se encuentra en todos los lados, también en el correr, y que es placentero. La linea que separa el placer del sacrificio es sumamente delgada. Muchas veces no resulta fácil saber en que lado nos encontramos, si en el lado del placer o en el del dolor.

 Si, siento el frío de la  primera hora de la mañana. Pero más que frío lo que se siente es la vida. Llama la atención la luz del alba, la de los sonrosados dedos, que atraviesa el bosquecillo de pinos por el que corro. Me asombran también las personas. Todos los que estamos en el bosquecillo, caminando o corriendo, tratamos de escapar de la muerte. Podría ser un pequeño ritual, si, en el que entregamos unos minutos de nuestras vidas para ganar unos minutos más de vida. Delirante, y sin embargo nos encontramos bien. Le ocurren cosas a mi cuerpo, dependiendo del sexo o la edad,  se remoldea cuando se me aparecen personas. Las miro con cuidado, sin embargo, tengo la sensación de no haber sido observado. Oigo cosas que no oía antes, mi respiración, mis pasos. Hay muchos perros sueltos y me dan miedo, siento que en cualquier momento podrían saltar sobre mi, aun así, me desafío y busco el lugar donde hay más riesgo. Paro. Trato de concentrarme a fabricar bolas de Qi, la concentración me desconcentra. Me da vergüenza.  Los perros me rodean y ladran. Hay días que busco un lugar expuesto a la vista de todos y me resulta muy incómodo, pero tengo que hacerlo para más adelante no ser aplastado por las miradas de los otros, también me gusta buscar el lugar más agradable. Si, hay días que los perros me ladran cuando fabrico  bolas de Qi, otros, me vuelvo invisible a su mirada. Observo las mutaciones que sufre el bosquecillo, un día está verde, otro, se agosta todo. Me turba el ruido de los coches, los dominicanos juegan a beisbol los fines de semana. He penetrado en el bosquecillo ¿Es esto una aventura? Me abrazo cohibido a un árbol. Cuando me abrazo a los árboles me salen orzuelos. 







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