¡Muerte a Botín! ¡Viva el comunismo!
Asombrosamente, durante el proceso de mudanza en el que Dominguet se haya inmerso, ha redescubierto lo vital para el mañana, cuando los proletas hayan dejado de ser proletas
Dominguet desatendió, es cierto, el fortalecimiento de las redes de apoyo mutuo y de el regalo sin correspondencia. Bueno, realmente no lo desatendió, lo hizo lo mejor que pudo. Me explico: si es cierto que una mudanza supone un estrés comparable al que se genera durante una separación, Dominguet ha descubierto asombrosas respuestas inesperadas, todas en positivo. Si, Dominguet desatendió la siembra y aún así, númerosas manos se aproximan de una forma u otra a aliviar su carga. ¡Qué venga Botín y lo vea! ¡Todavía hay futuro al margen de lo mercantil!
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