martes, 6 de octubre de 2009

Sobre el derecho de las rocas a ser personas


Esta roca desea respirar y vivir poeticamente


Apuntes sobre la vida y la muerte

Muchos de ustedes tienen miedo a la muerte. Es comprensible. Pero imaginen por un momento que ustedes son una roca. Una roca milenaria. ¿No darían lo que fuera por unos instantes de vida, con el fin de sentir por un solo momento los placeres que está nos ofrece?.

El bello espectaculo que nos ofrecen las grandes rocas para los vivos es incomensurable. Y las grandes montañas permanecen allí, esperando un día ser un hombre. Los vivos agujerean montañas y matan a otros vivos. Los vivos son en si mismos los máximos aniquiladores de vida. Un hombre adulto ha destruido tantas vidas para poder seguir respirando que él mismo es la encarnación de la muerte. Las noches de los viernes, en las terrazas de Mandril la muerte sabe a un pobre pulpo al ajillo y pimentón bajo la forma de ración, por ejemplo. En otra parte del mundo un hombre mata a otro hombre, y ni tan siquiera se lo come. Es más mostruoso matar al peor asesino en serie que haya existido sobre la faz de la Tierra que practicar el canibalismo. Al menos el canibal disfruta al igual que los mandrileños de la cocina moderna. Matar mediante un proceso legal a un asesino en serie es como negar a todo el cosmos el derecho a poder respirar un día


2 comentarios:

PELLICER dijo...

Y cuando la piedra, una vez molida y procesada, se convierte en cemento, ¿aún sigue viva?

Y los hombres, una vez molidos y procesados -es decir, educados y alienados-, ¿siguen siendo seres vivos?

Por otra parte: todos somos mortales. Un asesinato es un acto en el que se adelanta un suceso inevitable, a saber, la muerte de un hombre. Por tanto, ¿cual es la importancia "real" del papel del asesino en un crimen? ¿Hasta que punto no es un mero agente del tiempo en lugar de un desencadenante transcendental del suceso?

La responsabilidad sobre nuestros actos bien podría ser parte del espejismo que nos hace creer que somos dueños de nuestras vidas.

Dominguet dijo...

Ay, cuanta razón tienes. El asesino, es cierto, adelanta el proceso hacia la muerte del otro, pero es que el otro, una vez molido y procesado o sin moler y procesar, siente y se maravilla. La maravilla, no es algo que existe, solo forma parte del que vive. Para que exista lo maravilloso o sentirse bien, son necesarios los seres vivos, ¿no?

Un secreto Pellicer, ¡estamos a salvo de la alienación absoluta! Solo hace falta ir a mi curro para comprobarlo al observar a mis compis. Enseguida me sorprendí de que las pequeñas diferencias entre uno y otro nos hacían radicalmente diferentes. ¡Hay esperanza! No hay técnica de dominación total posible.

 
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