Uff, mala cosa
Como deshacer un entuerto
Dominguet desea que su hijo se convierta en un hombre libre. Desde ese momento los sucesos se precipitan imparables
Es lo de siempre. Uno quiere cultivar un espíritu libre y acaba llevando a su hijo a un colegio concertado. Este acto amable destruye a Dominguet y posiblemente a su hijo. Pero aquí no acaban los problemas, por si fuera poco una linea de alta tensión atravesará el patio del colegio y una gran antena de telefonía se asentará sobre el el aula de los más pequeños. Y ocurre; a los niños se les eriza el pelo y se cargan de electricidad. Entonces Dominguet escribe una carta al director, recoge firmas, levanta el puño airado, instala una pancarta, hace chapitas que reparte entre los transeuntes, escribe libelos, panfletos, pasquines, gritta abte las puertas de Unión Fenosa, se encadena, se hace huelguista de hambre, interpone denuncias, pero ninguna acción es suficiente. Mientras tanto a los niños se les va cayendo el pelo. Entonces un día sendas explosiones se escuchan en el barrio. Y una torreta de alta tensión cae. No podía ser de otra manera. El propio poder y una técnica en contra de la vida había pegado un cartel en las torres de alta tensión que ponía "Por favor, explosionarme". En otro lugar del mundo, a cuatro mil quilómetros del colegio se ha reunido un grupo de hombrecitos y hombrecitas para planificar y abrir una bifurcación en la historia. Dominguet ha comprado el periódico y observa los rostros y las miradas de estos hombrecitos. Y sus ojos hablan claro; dicen: "Hey chicos, asaltad las fábricas de coches, paralizad las centrales térmicas! ¡Volad las torres de alta tensión! ¡Si, volad las torres de alta tensión! " Ahá, piensa Dominguet, los de siempre, al final, tendrán que resolver el entuerto.
2 comentarios:
No me digas que tenemos que esperar a reproducirnos para poder hacer todo eso en nombre de nuestros hipotéticos hijos.
¡PERO SI NOS GUSTAN LOS FUEGOS ARTIFICIALES. PERO SI NOS HAN EDUCADO PARA CONTEMPLAR ESPECTÁCULOS!
Para disfrutar no hacen falta razones. El mero goce nos basta (y es que seguimos siendo unos niños)
¿A qué colegio fue la muejr de 14,85 metros?
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