lunes, 8 de febrero de 2010

Barbas de quita y pon y el mundo venidero



Dominguet cree que tras una barba postiza todo es posible



Sobre el asunto de la coherencia
Dominguet se imagina a veces escapando de esta sociedad, mangando un patinete de una tienda de bicicletas justo después de maniatar al esclavo de turno y llegar lejos, muy lejos. Quizá a las últimas tierras vírgenes e ignotas.

¡Es absurdo tratar de escapar! Las tierras ignotas ya no existen. Y si aún quedara un terruño donde largarse Dominguet llegaría con su bagaje de ideas retrógradas, sus taras emocionales, y su coraza caractereológica. Pero supongamos que el subconsciente de Dominguet es mantenido a raya y simultaneamente se despoja a tiempo de las verdades del viejo mundo. Vale. En cualquier momento podría llegar un autobús repleto de turistas. ¿Y si no llegaran turistas? Si no llegaran turistas Dominguet se asombraría en ese trocito de mundo con los primeros membrillos que le entregara la tierra, pero más tarde o temprano sería rodeado por una nube tóxica. Las nubes tóxicas no se detienen a las puertas del mundo venidero. Una excusa como otra cualquiera para que Dominguet se quede finalmente en Mandril, pero en Mandril es complicado ser coherente. Algunos ejemplos concretos: A) Un partidario de la Sociedad Industrial exige coherencia al izquierdista para que redistribuya su riqueza y entregue su piso a la colectividad. B) Un partidario de la Sociedad Industrial exige coherencia al anarquista y su renuncia al cobro de su pensión estatal. C) Un partidario de la Sociedad Industrial exige coherencia al libertario luddita para que atraviese el oceano en un barquito velero en vez de en un vuelo transatlántico a la hora de ofrecer su conferencia sobre cultura de masas y maquinismo a un público asombrado. Efectivamente amigos, vivimos en un mundo donde cada uno lleva su propia barba postiza. Según la tradición un hombre con barba postiza es un impostor. Vivimos bajo la amenaza constante de ser descubiertos, de que alguien tire de nuestra barba de quita y pon. Dominguet escribe este periódico con su barba postiza, y cuando la lleva puesta todo es posible. Lamentablemente algunos dias se la quita, la plancha, y la guarda en un cajón, pero a diario la deposita en el interior de la taquilla del curre, minutos antes de comenzar a trabajar.




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