La maquinita del mal
Al parecer, la introducción del bién abre las puertas de los grandes males. Dominguet no puede asegurar si esta frase es suya o la leyó el El Pais o en el Hola. Quizá se repita todos los dias a través de los altavoces de Mandril a una frecuencia imperceptible pero que penetra dia y noche hasta el mismísmo centro de la mente
No existe un solo hombre en el mundo que al despertarse se mire al espejo y se pregunte "¿Qué hago hoy? No sé, ¡voy a hecer el mal!". Lo que ocurre es lo siguiente; se mira al espejo y dice "¡Necesitamos más trigo!" y años después el mar de Aral se seca. Es probable que toda esa manía de hacer el bién haya llevado al planeta al borde del colapso. Para remediarlo Dominguet está trabajando en una máquina diabólica ¡Una máquina que hace el mal! A diferencia de las máquinas que hacen el bién como, por ejemplo, el automóvil o el reactor nuclear por fisión, las máquinas que hacen el mal, en poco tiempo abren las puertas al bién. De momento Dominguet trabaja incansableen su buhardillita en una máquinita para el mal. Hace bocetos, plantea objetivos, prepara maquetas, ensueña un prototipo. No hay tiempo que perder . El bién ya ha hecho demasiado daño.
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