Transformación de Felipe VI en calamar
Instantánea tomada en el momento preciso, a pesar de la tinta arrojada
Ya ha sucedido. Felipe VI se ha transformado en un calamar tal como demuestra la fotografía -realizada por el autor de este periódico- el mismo día de la coronación y posterior ascensión a los cielos. Así ocurrió.
El cuerpo del Felipe VI ascendió a los cielos alejándose hacia el firmamento. Durante unos instantes fue confundido con una lejana estrella, hasta que su brillo perdió intensidad y desapareció. Mientras tanto, su traje seguía saludando a las multitudes, pero sin cuerpo. Más tarde, para asombro de todos, creció un calamar en su interior. En vista de lo sucedido he escrito un poema que publico en este periódico con el fin de documentar el suceso para dar crédito de lo acontecido a las generaciones venideras; es el siguiente:
Yo tenía un príncipe que quería ser rey
y que se perdió en la mar
con su blusa de medusa
y su amante de mazapán
Yo tenía un rey que se convirtió en calamar
Hasta aquí todo de lo más normal. Las transformaciones continuaron durante todo el día, y el público, los mandrileños, se han ido convirtiendo en insectos, eso si, sin ascender a los cielos, aunque también sus ropas perdieron sus cuerpos, y anduvieron por la ciudad durante algún tiempo como si nada, antes de caer al suelo.
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