Las estadísticas arden. Los números corren de aquí para allá, temerosos de ser aplastados por cascotes en llamas
¡Las estadísticas caen!
Las grandes columnas y las barras de las estadísticas llevan algún tiempo cayendo. Aplastan barrios y ciudades enteras, también países.
Las barras de las estadísticas, cuando caen, aplastan números. Esos números que de cerca tienen cara de niño. Al principio las barras de las estadísticas caen y levantan revuelo y polvo, tanto, que es muy difícil atravesar la realidad sin que se te meta nada en los ojos. Grandes trozos de estadística caen sobre lo real en llamas, cascotes flamígeros, inagurando un nuevo paisaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario