viernes, 15 de agosto de 2014

¡Hacia un mundo más joven!

Mi vecino, atravesando los vagones del metro. Tiene ahora 135 años. Morirá pronto. 

¡Hacia un mundo más joven!

Hoy he visto a uno de mis vecinos del bloque donde vivo pidiendo en el metro. Parecía mayor. Sin embargo, su partida de nacimiento indica que tiene 50 años. No es cierto, en realidad tiene 135 años.

Saber la edad de la gente nos permite conocer lo horrible. Todo empezó cuando una chica que me gusta me envió un correo con un enlace a un artículo de Beatriz Preciado. Desde entonces, es decir, desde ayer, tengo un bulto en el cráneo. Me explico. Al leer el artículo me caí de espaldas, golpeándome la cabeza contra el suelo. La vida ha cambiado. He dibujado el edema que ha brotado como un volcán en la parte posterior del cráneo, para que ustedes se hagan una idea:


Ahora tengo un edema.  Lo que no sé es si el edema me permite conocer el mundo desde una perspectiva novedosa, o si por el contrario, distorsiona la realidad. Lo cierto es que ahora veo la edad real de la gente. Me explico: existen grupos extensos aunque poco visibles que han superado los cien años de edad real, no la edad ficticia que figura en el DNI. Su muerte es inminente, si es que ya no están muertos. 

Me interesan todos/as aquellos que tienen una renta, si la tienen, que se mueven en los márgenes próximos al umbral de la pobreza, esto es, 650 euros. El margen podría ser de 650 a 950 euros, por decir algo. Es decir, toda la gente, incluido yo mismo, que nos encontramos muy próximos a caer por la resbaladiza pendiente de la pobreza y la extrema pobreza, si es que no hemos caído ya.

Asignaré, al igual que hace Beatriz Preciado, un suplemento extra de edad. Pero no lo añadiré exclusivamente a las mujeres, sino a todos aquello/as que transitan entre la pobreza y sus márgenes próximos. Quince años extras. Automáticamente serán menos atractivos a la vista. Gustarán menos. Un ejemplo:

Mi vecino, si es que cobra alguna  pensión no contributiva por invalidez, esta será alrededor de 365 euros al mes. Ya no tendrá 50 , sino 65 años. Es lo que tiene ser pobre, que uno envejece rápidamente.

Pero a esta asignación de 15 años de envejecimiento por pobreza, hay que sumar algunos pluses a los signos donde se manifiesta la pobreza. Ahí van algunos que se me han ocurrido:

- Plus de edad por falta de dentadura o alguna de sus piezas: dos años extra
- Plus por problemas con la drogaina: otros dos año como poco
- Plus de edad en caso de que le falte algún órgano o miembro,  brazo, pierna, oreja, nariz,ojo, por ejemplo: sume dos años más
- Plus por falta de vivienda: mínimo dos
- Plus por desempleo: dos años
- Plus por fealdad producida por envejecimiento, por hábitos inducidos por la pobreza o trabajos de baja renumeración que deforman los cuerpos: otros dos años más
- Plus de edad generada por una alimentación proletarizada, obesidad, disgustos: dos años
- Plus por depresión generada por la pobreza, separaciones, falta de autoestima: otros dos años
- Plus de edad al pedir en el metro: dos años como poco
- Plus de edad por apariencia, ropa lumpen, por ejemplo, o cualquier signo de identidad de la pobreza: dos años
- Plus por discriminación de edad y género: quince por ser mujer mayor de 45 años, quince por ser hombre mayor de 55, quince por ser transgénero, sea de la edad que sea, quince años más por ser mayor de 65, porque sí, por viejo.

Ahora calcule su edad real. No se asuste si supera los 85 años. Ya lo sé, es viejo, muy viejo, es pobre y no gusta ¡Cómo se van a enamorar de usted! Ahora  ya lo sabe, vive en un mundo que odia a los viejos y a los pobres, en una economía heterocapitalista y probablemente nazi, aunque lo disimula muy bien .

Christine Lagarde, la directora del FMI, ya lo ha dicho "Los ancianos viven demasiado. Esto es un riego para la economía. Hay que hacer algo ya"  Me imagino cual es plan de Lagarde y no me interesa. La alternativa es que a los viejos se nos aparezca Nuestra Señora de la Renta Básica Universal e Incondicional. Eso, o convertirnos en viejos bomba.

Me gustaría acabar como empecé, es decir, hablando de mi vecino que tiene 135 años y morirá pronto, pero puede y tiene que rejuvenecer. El mundo se está haciendo más viejo a cada minuto, es hora pues de rejuvenecerlo.





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