He construido un prototipo de traje inmune a los rayos láser, con el fin de pasear de una punta a la otra de Mandril sin ser convertido en un esclavo. Observen la importancia de la gracia en los movimientos para poder llevar este traje plateado y especular con dignidad
Prototipo de traje anti-rayos láser
Prototipo de traje anti-rayos láser
La noche de Mandril es preciosa. Francotiradores apostados en las azoteas disparan rayos láser al azar, que impactan, en el cuerpo de cientos, de miles de mandrileños.
Haces de luz coherente sobrevuelan la ciudad, como en una discoteca. Parece una fiesta nocturna, y esto ocurre a diario, cada vez más, cada vez más deprisa. Al principio teníamos miedo del impacto, de ser paralizados, desintegrados, de perder nuestra condición de ciudadanos al ser alcanzados por el rayo. Ahora es lo normal, e imposible por otra parte, atravesar la ciudad de una punta a otra sin convertirse en un esclavo. Sin embargo alguien ha salido a pasear por las calles de Mandril envuelto en un traje de papel de plata, como un espejo, que devuelve los rayos al lugar de donde vinieron. Que sea así. Haya o no haya esperanza, pronto, otros también saldrán, resplandecientes, de paseo.
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