domingo, 22 de febrero de 2015

Un hombre eléctrico en Mandrill

Presentador del telediario anunciando la captura de un hombre eléctrico

Declaración del hombre eléctrico en los juzgados

Vivimos en la ciencia ficción. Los alimentos sintéticos han fracasado: precisan demasiada energía.  Además nos salen granos.

El primer niño eléctrico nació en Mandril. Antes de que viera el mundo, en tiempos pretéritos, se experimentó con ratones y monos. Murieron. Pero gracias al método de ensayo y error, se consiguieron por primera vez seres eléctricos. Seres que podían vivir sin necesidad de comer. Solo necesitaban electricidad. La teoría que desembocó hacia el hombre eléctrico, nos decía que "Si somos capaces de desplazar objetos mediante la electricidad, por qué no íbamos a ser capaces de mover a los seres humanos"

Nos cargamos de electricidad en cualquier lugar, en cualquier momento, mientras realizamos nuestras labores o placeres. Hemos ganado espacio, ya no es necesario recurrir al cultivo. Hemos ganado agua y hemos ganado tiempo, no es preciso el sueño ni el descanso. Ya no somos esclavos de la comida. A nadie hay que forzar para que realice lo desagradable; los alimentos ya no pueden someternos. El aire, ¡ay, el aire!, desbordante de energía. Tan solo tenemos que absorberla. Nos hemos liberado de una gran parte del sufrimiento.

Viajar al pasado de vacaciones: al Mandril del siglo XX. ¿Qué hace un hombre eléctrico paseando por la ciudad sin límites? Me miran con horror ¿Acaso soy un monstruo? 



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