La experiencia se encuentra por doquier
Experiencia
Me apresuro a vivir una experiencia, a que ocurran cosas. Me acicalo y perfumo, y salgo en busca de sucesos inesperados.
¿Y ahora qué? Me dirijo a una exposición de pintura, es una sala municipal, quizá allí ocurran cosas. Pero el bedel me anuncia a la entrada que hay que pagar siete euros. Me lo tomo bien. No me enfado, no quiero enfadarme. Prefiero volver, regreso en metro. Abro un librito titulado "Cómo escribir diálogos", pero me resulta imposible concentrarme: una chica se ha sentado a mi lado en un banco del andén. Llega el tren. Me levanto. Ella continúa sentada, la veo por el reflejo del vagón. Se abren las puertas y tomo asiento. Vuelve a sentarse junto a mí. Abre su libro, yo el mío. A la llegada a la estación, se levanta, se va. Me ha parecido que por instante me miraba, pero no estoy seguro, apenas he visto su rostro.
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