lunes, 29 de junio de 2015

Despertar 47 años después

¿Ya es de día?

Cambiar el mundo con los ojos cerrados

Esta no es mi cama. Sin embargo no me preocupa, ni me inquieta. Busco las palpitaciones en mi muñeca, y mi pulso es regular. Me encuentro tremendamente descansado.

El primero en aparecer es un señor de rostro feliz, amigable. Sonríe. Me pregunta -"¿Has descansado?"-, yo afirmo, sin palabras, solo con la mirada. Me ayuda a incorporarme en la cama. Me entretengo mirando los dibujos del pijama.

Señor: Lo sabes, ¿verdad? Sabes que te has quedado dormido.

Dominguet: Creo que el despertador no ha funcionado.

Señor: No es eso. El despertador sonó, pero tenías un sueño muy profundo.

Dominguet: ¿Quién es usted?

Señor: Me gusta que me hagas esa pregunta, ¿te sorprende mi presencia?

Dominguet: En realidad me resulta indiferente, quizá tenga algo de curiosidad. Lo que me sorprende es mi tranquilidad, tendría que sentir cierta angustia, ¿no?

Señor: ¿Sabes dónde te encuentras?

Dominguet: ¿Cómo saberlo? Me acosté en mi cama, y ahora.... ¿Dónde estoy? Estaba muy cansado cuando llegué ayer noche a casa...

Señor: ¿Ayer?

Dominguet: Tardé dos horas en regresar del curre. Ese desprecio hacia la gente, de alejarla cada vez más de todo. Nunca he calculado el tiempo que se ha ido en el transporte, me gustaba imaginar que la desventaja podría transformarla en  leer, en escribir, en pensar.  Fantaseaba con la posibilidad de que los que menos tiempo libre disponen, esto es, los que estamos más próximos a ser superfluos, nos convirtiéramos secretamente en sabios. Esas ganas de aprovechar cada instante... En cuanto me quería dar cuenta, ya había llegado a la siguiente parada.

Señor: ¿Estarás preparado si te cuento la verdad?

Dominguet: ¿Qué verdad?

Señor: Estás en el futuro. Te quedaste dormido y no fuiste a trabajar, y eso que tienes turno de tarde. Te encontraron dos meses después, durante el desahucio. Al parecer dejaste de pagar la renta, imagino que por tu absentismo laboral.

Dominguet: ¿Yo?

Señor: Si. Un caso singular. Al principio pensamos que estabas en coma. Después nos dimos cuenta de que simplemente estabas en cama. Sin escaras ni úlceras de presión. ¿Duermes tanto habitualmente?

Dominguet: No lo sé, lo normal.¿Cuanto tiempo llevo dormido?

Señor: Cuarenta y siete años. ¿Quieres verte al espejo? (Le entrega un espejo de mano).

Dominguet: (Mirándose al espejo) Estoy igual, quizá un poco más joven.

Señor: Descansar es saludable, desde luego.

Dominguet: Imagino que toda la gente a la que yo quería ha muerto, ¿verdad?

Señor: Quizá dormían poco.

Dominguet: ¿Y cómo es el mundo exterior, más allá de este dormitorio? ¿Alguna novedad?

Señor: La guerra terminó.

Dominguet: Ah, ¿sí?

Señor: Está permitido hacer chistes. Los humoristas pueden presentarse a las elecciones sin riesgo a dimitir.

Dominguet: ¿Alguna cosa más?

Señor: Eres famoso.

Dominguet: ¿Yo?

Señor: Es lo que tiene dormir tantos años. Tu caso fue primera página durante algún tiempo... pero después, se olvidaron de ti.

Dominguet: Oh...

Señor: Pasaste a un sótano, y estuviste al menos veinte años en unos almacenes junto con obras impresionistas abstractas e informalistas. Después hubo un revival, y el arte abstracto tuvo una segunda gran época de dicha. A ti te subieron a una planta mejor iluminada. durante algún tiempo tuviste hilo musical en la habitación.

Dominguet: Nunca supuse que dormido podría llevar una vida tan intensa.

Señor: Alguien encontró una caja de cartón con un buen montón de legajos debajo de tu cama....

Dominguet: Bah, cosas que hacia por la mañana antes de ir al curre... Ya sabes, dibujitos, poemas, textos...

Señor: Efectivamente, morralla. Pero nos llamó atención una cosa, un proyecto que escribiste sobre una escuela de artes políticas...

Dominguet: Si, estaba trabajando en ello cuando me quedé dormido.

Señor: Pues ahora se ha institucionalizado. Se encuentran por doquier. El espíritu, la actitud y los principios democráticos se han extendido, no solo por Mandril, sino por todo el planeta. Ha aumentado la confianza. Uno puede caer de espaldas, y estar seguro de que alguien le sujetará. La amabilidad avanza, los márgenes de seguridad se amplían, se cede el asiento a los que están cansados, la gente habla en público, las viejecitas saben que en cualquier momento aparecerá un joven que le ayudará a subir la compra a su casa... Se cierran los grifos que gotean, se utiliza la escobilla después de cagar en el váter público...  Incluso se han publicado tus escritos originales sobre la democracia atlética, a boli, con sus tachones primigenios incluidos.

Dominguet: Por dios, espero no haber hecho demasiado daño...

Señor:  Hay una enorme estatua abstracta dedicada a la "Escuela de artes políticas". Mide varios kilómetros de altura y es hueca. En su interior, cuando hace frío, se hacinan indigentes y hacen hogueras. A veces hay muertos por asfixia. 

Dominguet: ¿Algo más?

Señor: Eres inmortal.

Dominguet: ¿Ah, sí? ¿Durante cuanto tiempo?



 


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