jueves, 6 de agosto de 2015

La famosa batalla entre genialidad y mediocridad, a punto de resolverse

Antes de abrir la puerta del País Genial nos preguntaremos  que habrá tras ella. Quizá no encontremos un mundo de grandes obras y montañas rusas que recorran el gran Mandril, sino un mundo donde la esclavitud haya dejado de existir.


A favor de una mediocridad en proceso de constante mejora


Lo que se viene llamando genialidad, no es otra cosa que un hombre o una mujer con un solo pelo en la cabeza en un mundo de calvos. Mucho me temo que lo genial es mediocre.

O todos somos genios o no existe en absoluto la genialidad, aunque sobre esto hay controversia. Sin embargo  la mediocridad es indudable; se repuebla a diario y puede encontrarse por doquier. 

La genialidad es como el mejor chiste del mundo, pero que nadie entiende, y por lo tanto no hace gracia. Podemos decir que la genialidad es mediocre, tan mediocre que es inaprensible. A ojos de un hombre vulgar, un genio podría resultar un imbécil, y ese es el problema. Resulta muy difícil distinguir a un imbécil de un genio. El problema se complica si es que además no existe el genio, si solo era un bluff.

Mi postura personal en cuanto a la genialidad, es que no existe. Los partidarios de los genios siempre  han fracasado en sus tentativas de argumentar o al menos traerme alguna prueba de la genialidad. Llevo años esperando la llegada del genio y nunca llega, a estas horas es probable que llegue tarde porque en fin, ya le habrá dado un infarto cerebral. En realidad, mi posición contra la genialidad no es una opinión, ni una creencia, es una desviación ideológica. Estoy en contra de todos los genios porque en su nombre se producen casi todos los desastres. Estoy en contra de los genios porque con que exista tan solo uno, los demás nos transformamos en seres mediocres. Si ellos son genios, yo no lo soy, y la cosa va molando menos. Por mi parte, no solo estoy en contra de la genialidad sino de la mediocridad.

Yo creo en un nuevo tipo de genialidad, algo que supere la mediocridad. La genialidad que deseo es producto que he denominado "Genialidad Colectiva", aunque podría tener un nombre mucho más chulo. La Genialidad Colectiva deberá emerger entre el marasmo de la mediocridad, esto es, de una "Mediocridad Mejorada" o mejor de una  "Mediocridad en Proceso de Constante Mejora" Es preferible que los cambios sociales se produzca a través de un pueblo mediocre en constante mejora, que a través de un solo individuo genial, con ideas de puta madre, pero que probablemente nos lleve a la guerra. Tengo la seguridad, si es que el materialismo dialectico funciona, que un país mediocre en proceso de constante mejora, podría dar el salto cualitativo que todos esperamos que suceda. Ese salto que nos permita pasar de la Mediocridad Mejorada a la Genialidad Colectiva.

Algunos de ustedes afirmarán que la Genialidad Colectiva encierra una contradicción en sí misma, como la "Inteligencia Militar","los enanos más altos del mundo" o "los ciegos con buena vista", quizá. Lo importante es que la Genialidad Colectiva es una construcción, un horizonte utópico. Para avanzar hacia la Genialidad Colectiva, hay que ir creando algunas herramientas, como Escuelas de Artes Políticas repartidas por todo el planeta, o por todo el gran Mandril. En otras palabras, de una inmensa escuela democrática.




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