martes, 7 de octubre de 2008

La política antimilitarista de Esperanza Aguirre

Mandril renuncia a su ejército

La inmensa ciudad de Mandril ha renunciado al uso de las armas. Para ello ha privatizado su ejercito, que será dirigido por importantes empresas constructoras de la región.

Podrá ser soldado del ejercito privado de Mandril cualquier persona; siempre y cuando carezca de dientes. Estos soldados serán reclutados en las zonas marginales de ciudad y enviados a la conquista del Reino de Bután, que como ustedes saben, formó parte de la peninsula ibérica. "Los bosques de Bután y sus minas de hormigón nos pertenecen" según reza el artículo segundo de la Constitución de Mandril. Con mano de obra militarizada y cemento se derribarán barrios enteros de hombres feos y degradados para construir deliciosas zonas de esparcimiento y ocio

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