Los tocadiscos molan, pero molan más los aparatitos sonoros que están a punto de brotar de los dedos de un tipo cualquiera
Sobre los grabadores de reproductores de música a partir de 2022
Mujeres enormes y colegas enormes dicen; "Si al tocadiscos" Por otra parte Dominguet está a favor del disco, pero no exactamente del disco de vinilo, sino de un nuevo tipo de disco que igual siquiera tiene forma de disco. Será sin duda como la bombilla del porvenir.
Un colega enorme asegura a Dominguet que el disco ha dado el salto a la categoría de fetiche, justo ahora que la música se consigue instantaneamente, mediante un simple chasquido de dedos. El disco se habrá convertido a algo parecido a un original y lo demás a una mera copia. Pero Dominguet no necesita de un disco o un tocadiscos para elevarse uns centímetros del suelo, así que dice; "A mi plim". Lo que realmente desea Dominguet es que un hombre o mujer especialmente bello, pero que pudiera ser cualquiera diga "Aquí está; con piezas aquí y allá de andar por casa he construido esto, es un inventito que graba voces y música, y las puede reproducir. ¡Era tan obvio y tan sencillo de hacer!" Oh, si, este aparatito lo podrá construir cualquiera ¡es tan asombrosamente simple y fácil la lógica teórica de su funcionamiento. Si amigos y amigas, este aparatito sustituirá por siempre a la industria del disco. Y desde ese momento, realmente, la música será una obra de todos. Dominguet cree que para adentrarse en un mundo que abandone la Sociedad Industrial no hace falta volver a lo preindustrial sino maravillarse en lo postindustrial ,que olerá, claro, a lo preindustrial. ¿Como será ese aparatito? Dominguet ya lo ha dicho; deberá molar, aunque seamos claros, ese aparatito tendrá un millón de enemigos.
Mujeres enormes y colegas enormes dicen; "Si al tocadiscos" Por otra parte Dominguet está a favor del disco, pero no exactamente del disco de vinilo, sino de un nuevo tipo de disco que igual siquiera tiene forma de disco. Será sin duda como la bombilla del porvenir.
Un colega enorme asegura a Dominguet que el disco ha dado el salto a la categoría de fetiche, justo ahora que la música se consigue instantaneamente, mediante un simple chasquido de dedos. El disco se habrá convertido a algo parecido a un original y lo demás a una mera copia. Pero Dominguet no necesita de un disco o un tocadiscos para elevarse uns centímetros del suelo, así que dice; "A mi plim". Lo que realmente desea Dominguet es que un hombre o mujer especialmente bello, pero que pudiera ser cualquiera diga "Aquí está; con piezas aquí y allá de andar por casa he construido esto, es un inventito que graba voces y música, y las puede reproducir. ¡Era tan obvio y tan sencillo de hacer!" Oh, si, este aparatito lo podrá construir cualquiera ¡es tan asombrosamente simple y fácil la lógica teórica de su funcionamiento. Si amigos y amigas, este aparatito sustituirá por siempre a la industria del disco. Y desde ese momento, realmente, la música será una obra de todos. Dominguet cree que para adentrarse en un mundo que abandone la Sociedad Industrial no hace falta volver a lo preindustrial sino maravillarse en lo postindustrial ,que olerá, claro, a lo preindustrial. ¿Como será ese aparatito? Dominguet ya lo ha dicho; deberá molar, aunque seamos claros, ese aparatito tendrá un millón de enemigos.
2 comentarios:
Hummm, habrá que ver el aparatito, si es bonito, suena bien y es duradero, bienvenido sea.
En cuanto a los enemigos, claro que tendrá enemigos, qué no los tiene...
Ah...pero este tendrá muchos más enemigos. Por otra parte no puedo asegurar que en los cien primeros años este aparatito suene fantásticamente, pero vaya, creo que eso es lo de menos.
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