Dominguet, durante un paseo por el Corte Inglés
2010 comienza mañana
Dominguet está impaciente. Espera al 2010, pero nunca llega. Ayer estuvo muy cerca de comenzar, pero la indolencia retrasó la llegada del nuevo año algunos dias.
Ayer la buhardilla parecía un iglú. La nieve cubría los ventanucos del tejado y Dominguet se cubría de hojas caidas y se asombraba como se iba derritiendo la nieve y un primer rayo de luz transpasaba el cristal y se dirigía directamente a su frente, recalentando su cerebro. Era agradable, si, y se entretenía pensando en el yo y en el nosotros, sin llegar a ninguna conclusión. Se imaginaba realizando algún conjuro purificador que mantuviese el umbral de la buhardilla a salvo de zombis ¡Qué aporreén la puerta cuanto deseén! La puerta no debe ceder jamás. Pero ya es tarde. No son los zombis los que acuden al micropisito de Dominguet para profanar su cerebrito frito, es el propio Dominguet el que acude puntual con su cita diaria con los zombis. Ya es tarde. Hay que sacudirse la hojarasca y afeitarse.
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