Propuesta de Dominguet ante un regalo

Algunos de los membrillos recogidos por Dominguet decomisados por la policía de Mandril

Membrillos como metáfora

Hoy, 18 de Enero de 2010, Dominguet se ha calzado las botas, se ha puesto la mochila y se ha encaminado desnudo en busca de un regalo.

Busca un árbol frutal que le entregue dos membrillos. Los membrillos huelen bién y situados en un lugar estratégico de la casa pueden incluso hacer retroceder a los zombis. Pero claro, en Mandril no hay membrillos. Miento. Para llegar a los membrillos hay que subirse a un tren bala en marcha y luego, tras un abrir y cerrar de ojos, dejarse caer para acabar rodando por el asfalto de una de las miles de autopistas que circunvalan Mandril. Quizá allí se encuentren los campos de membrillos. Campos de membrillos rodeados de alambradas electrificadas donde en su interior miles de hombres y mujeres recogen membrillos. ¿Todos ellos han llegado hasta aquí en busca de membrillos para regalar? No ¿Quienes son entonces? Mano de obra esclava, perdedores de una singular guerra civil. La alambrada impide el paso a Dominguet y un altavoz avisa: "Dominguet, Dominguet, ¿necesita membrillos? Acuda al Carrefur". Pero comprar dos membrillos para hacer un regalo no mola. Dominguet no puede olvidar la mirada de los esclavos recogiendo membrillos. Así que los manga. Es decir; los expropia. Pero a la salida del Carrefur un chivato avisa a los policias privados. Mala cosa. No contaré que le ocurrió a nuestro protagonista. Da igual. Qué un día se le alborotara el pelo tiene alguna consecuencia. Dominguet lo sabía. Pero ha vuelto a salir el Sol; ¡hoy es un buen día para plantar un membrillo!