Prototipo mediante ordenador de un futurible policía mandrileño
Mejora técnica en las relaciones interpersonalesEl uso del látigo en la policía mandrileña no solo es parte de una tradición, una estética y un símbolo civilizatorio. También sirve para poner las cosas en su sitio.
El látigo es un arma cargada de futuro ¿Ustedes han disuelto alguna vez a un grupo de amigos mediante latigazos? ¿Han visto alguna vez a un joven arrogante arrinconado en el suelo suplicando a la policía perdón? ¿Por qué en las escuelas el Síndrome de Déficit de Atención disminuye si un popular látigo descansa sobre la mesa del profesor o se expone junto al retrato del jefe de estado? ¿Por qué los padres que utilizan el látigo de 17:00 a 19:00 horas tienen unos hijos tan simpáticos? En la administración pública, en la empresa privada, a la hora de la compra, en la merienda, en las relaciones interpersonales, siempre se encuentra presente el látigo. Toda negociación se resuelve golpeando a otro hombre, y así lo hemos comprendido. El uso del látigo no solo aumenta nuestra autoestima y eleva unos centímetros nuestro "yo" por encima de las balbuceantes necesidades del otro, sino que además mola. Y mola mucho. Nos hace parecer mucho más interesantes. Chicho Sanchez Ferlosio pensaba que la porra debía ser abolida, pués solo servía en realidad para minar, castigar y humillar a quién se encontraba derrotado y sin escapatoria. ¿Y qué? El látigo tiene exactamente las mismas cualidades que la porra y nadie exige que desaparezca. Y ustedes lo saben bién; un hombre con un látigo queda muy mono en las fotos.
2 comentarios:
El látigo, además, permite reprimir manteniendo las distancias. Pone fin a esos contactos tan desagradables entre los hombres de bien y los enemigos del orden y la tecnodemocracia.
Y tiene otra ventaja añadida: la porra sólo se usa con humanos (nadie arrea el ganado o los caballos con porra). El látigo pone a los humanos, a los que se lo merecen, a la altura de lo que son: bestias de carga.
El látigo es, por tanto, una gran herramienta neoconservadora y liberal.
el látigo no mata a la víctima como la pistola, por lo que se le puede seguir extrayendo plusvalía. sí, el látigo vuelve
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