Bién, y en una sociedad comunista, ¿qué hacemos con este zombi?
Los zombis y sus enemigos
La cuestión zombi nos debería inquietar a todos algo, aunque sea un poco ¡Nuestras casas no están preparadas ante la llegada de miriadas de zombis aporreando nuestras puertas! ¡Tampoco lo están nuestros cerebros!
¿Pero quienes son esos zombis que están llamando a la puerta? Dominguet prefiere no contestar. Y sin embargo le persiguen, incluso más allá de El Corte Inglés. ¡Oh! Mientras Mandril siga teniendo un Corte Inglés todo puede ir a peor. Pero volvamos a la cuestión zombi y al problema que se plantea al señalar a un vecino como un muerto viviente. Supongamos que a través de una bifurcación en la historia los zombis un día dejan de ser mayoría y son desalojados del poder político y económico, aunque continuen eso si, arrastrando los pies. ¿Podría uno de estos zombis pasear por la acera junto a nuestros niños del futuro de armoniosos movimientos atléticos, o debería caminar por la calzada embarrada? Y claro, como ya están muertos, liquidar a un zombi no debería plantear problema moral alguno. Y si es lícito eliminar a uno, ¿por qué no acabar con todos los zombis al mismo tiempo? Es decir, una solución final zombi. Inconvenientes: A) Dominguet es un puto zombi, aunque a veces no lo es, pero seamos sinceros, esto ocurre pocas horas al día. B) La solución final zombi es absolutamente fascista. Una pregunta para los analistas del porvenir; ¿en una sociedad libre, sin especialistas en física nuclear, y organizada mediante asambleas donde el "yo" sea tan poderoso como el "nosotros", podría llevar a cabo un exterminio sistemático de zombis? Quizá, pero que rollo. Demasiado trabajo. Una labor del todo agotadora. En una sociedad libre no podemos profanar nuestros pensamientos con ideas semejantes ¡Hay tanto que ver y hacer! La pregunta final: ¿investigar en nuestro huerto biodinámico o ir recogiendo zombis y almacenarlos para su posterior gasificación?
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