Fotografía de unos espectadores haciendo cola en la puerta del cine como cosas. Es muy probable que si la prohibición de la película llega tarde, salgan del cine como personas
cine de acción
Ya no se trata solo de hacer un cine con mensaje o donde se diluya la frontera entre creador y espectador. Lo que se precisa ahora es de un cine donde ocurra algo. Que pasen cosas. Y esas cosas que ocurran sean obra de los espectadores.
Me explico; usted acudirá a ver una extraña película. Al entrar al cine participará en la creación de un gran listado en constante crecimiento obra de los propios espectadores y del realizador, los luminotécnicos, tramoyistas taquilleros, acomodadores, proyectistas, atrezzistas, actores y guionistas, y donde usted podrá aportar cuantas ideas deseé. ¡Pero atención! ¡Estas ideas deberán modificar la vida cotidiana! ¡Las ideas que se aporten contendrán la semilla de su propia revolución! ¡Usted no podrá ver la película si no aporta sus ideas! Bién, usted se acomoda en la sala y comienza la proyección de la película, y de repente, a los 15, 10 o 20 minutos la película se interrumpirá. Para seguir viendo la película se le entregará una de las ideas aportadas por todos, y usted deberá realizarla. Solo si usted transforma la idea en realidad podrá continuar viendo la película. A partir de ese instante los hechos se precipitarán y la realidad de Mandril y la suya propia se irá transformando; por ejemplo, quizá a usted le entreguen al interrumpirse la película una nota al azar con el siguiente texto: "retirar todo su dinero del banco" o quizá ponga "Quemar el Corte Inglés" o bién pudiera poner "Dejar de pagar el alquiler" o que diga " Abrazar y decir te quiero a quien desees" o bién " Abandona tú trabajo en el máximo pico del proceso productivo" Una vez finalizada la proyección completa de la película, después de varias interrupciones y voladuras controladas de mitos, se lo aseguramos, Mandril será completamente diferente, y usted también.
atención: la película carecerá de derechos de autor
Me explico; usted acudirá a ver una extraña película. Al entrar al cine participará en la creación de un gran listado en constante crecimiento obra de los propios espectadores y del realizador, los luminotécnicos, tramoyistas taquilleros, acomodadores, proyectistas, atrezzistas, actores y guionistas, y donde usted podrá aportar cuantas ideas deseé. ¡Pero atención! ¡Estas ideas deberán modificar la vida cotidiana! ¡Las ideas que se aporten contendrán la semilla de su propia revolución! ¡Usted no podrá ver la película si no aporta sus ideas! Bién, usted se acomoda en la sala y comienza la proyección de la película, y de repente, a los 15, 10 o 20 minutos la película se interrumpirá. Para seguir viendo la película se le entregará una de las ideas aportadas por todos, y usted deberá realizarla. Solo si usted transforma la idea en realidad podrá continuar viendo la película. A partir de ese instante los hechos se precipitarán y la realidad de Mandril y la suya propia se irá transformando; por ejemplo, quizá a usted le entreguen al interrumpirse la película una nota al azar con el siguiente texto: "retirar todo su dinero del banco" o quizá ponga "Quemar el Corte Inglés" o bién pudiera poner "Dejar de pagar el alquiler" o que diga " Abrazar y decir te quiero a quien desees" o bién " Abandona tú trabajo en el máximo pico del proceso productivo" Una vez finalizada la proyección completa de la película, después de varias interrupciones y voladuras controladas de mitos, se lo aseguramos, Mandril será completamente diferente, y usted también.
atención: la película carecerá de derechos de autor
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