Varios parados en marcha en acción, introduciéndose en la aventura de la vida
A favor de Carlos Torío
En agosto de 1997 Carlos Torío utilizó sus últimas mil pesetas en comprar una lata de gasolina. Más tarde quemó una Oficina de Empleo en el mismísimo gran Mandril. Tras ser detenido, un compañero de calabozo comentó que dijo: "Solo quiero vivir con dignidad"
Cuando Carlos Torío quemó la primera oficina de empleo, los medios de comunicación se lamentaron de su situación, pero al quemar la segunda oficina de empleo, los medios dijeron "¡O se trata de un terrorista o de un loco!" ¿Entonces los terroristas no estaban locos?, se pregunta Dominguet. Se pierde el rastro de Carlos Torío tras solicitar el fiscal una condena de 25 años de cárcel.
Han pasado 15 años de silencio mediático, y los parados se ponen en marcha. Esta vez no se trata de encontrarse solos como Carlos Torío, esta vez somos millones. No se trata de quemar oficinas de empleo ni de reivindicar trabajos o sueldos de mierda. Se trata de reinventar el trabajo. No se trata de pertenecer al ejército de reserva industrial, se trata de aumentar nuestra estatura moral. Se trata de crear las bases futuras de la vida cotidiana antes de que el crepitar de la sociedad moderna arrase todo el planeta. Los parados se ponen en marcha, nada les puede parar. Acciones inverosímiles, ocupaciones de viviendas, intercambio de conocimientos, bancos de tiempo, horizontalidad, bolsas de alimentos, el don, y la imparable energía de una imaginación sin límites.
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