Mientras que los normales podían construir eficaces armas de destrucción, los subnormales habían aprendido a respirar en ambientes irrespirables.
La guerra de los subnormales
Hay un temor profundo que se oculta en lo más íntimo de cada uno de los mandrileños, y nadie se atreve a hablar de ello. Ese temor a ser descubierto. De ser señalado por lo que en realidad se es, como un subnormal.
¿Qué hacer con los subnormales? Todo el mundo estaba de acuerdo en que los subnormales podían desempeñar todo tipo de trabajos, pero, ¿por qué iban a realizarlo los subnormales? La gente normal también podían trabajar en ellos. En otro tiempo se debatía si era ético que los subnormales realizaran las labores más penosas y repetitivas, como una vía para poder integrarse en la sociedad. Ese debate es historia. El trabajo para todos ha acabado. Todo es suceptible de ser automatizado y computerizado. Para conseguir más cotas de poder no son precisas las plusvalías generadas por el trabajo, el poder se consigue mediante plusvalías generadas en la esfera financiera, exenta de impuestos y de huelgas. Hay poco trabajo. Los mongólicos podrían realizar las tareas más alienantes, ¿pero por qué iban a realizarlas los mongólicos? Existían miles de universitarios sin alicientes dispuesto a ello. "¿Volver a la eugenesia?" -Se preguntaban algunos, pero con otras palabras-. La incertidumbre se extendía por toda la ciudad de Mandril.
Cuando el cúmulo de incertidumbres supera el de certidumbres, las probabilidades de que aparezca un giro inesperado, aumenta. De entre todos los giros inesperados, el más más inesperado fue la guerra de los subnormales contra los normales. Para ser comprendido, no olvidemos que los ciegos han desarrollado mejor que los videntes algunas habilidades. La ceguera les ha permitido afinar el oído y el sentido del tacto. Los subnormales, también consiguieron afinar sus propias habilidades. Mientras la telekinesia era para los normales una potencia latente, los subnormales consiguieron hacer de la telekinesia una realidad. Mientras los normales utilizaban grúas para mover objetos de un lado a otro, los subnormales empezaron a mover los objetos con la mente. La guerra había empezado.
"La famosa guerra de los subnormales contra los normales", así es como se conoció, fue una guerra ideológica. Los normales aseguraban que existían seres más inteligentes que otros. Los subnormales negaban esto. Decían que no se trataba de más o menos, sino de diferentes inteligencias. Llegaron a decir que una ameba no era menos inteligente que un ser humano, sino una inteligencia diferente. Aseguraban que el ser humano no era menos inteligente que las plantas por no poder realizar la fotosíntesis, ni menos inteligente que el perro, por no saber ladrar. Por mucho que tratara de ladrar, el ser humano tan solo conseguiría imitar a los perros. Todo intento en convertirse en perro, una planta o una ameba, estaba llamado al fracaso. Los normales, no consiguieron reírse del chiste.
Decir que los subnormales ganaron "La famosa guerra de los subnormales contra los normales" Los normales disponían de tecnología punta, los subnormales, de telekinesia. Un solo subnormal podía elevar con la mente una montaña y lanzarla contra todo un ejército soldados normales. Esta es mi visión. Solo puedo ver el futuro hasta aquí. Me resulta imposible saber que fue de los normales o qué tipo de economía establecieron los subnormales. Solo sé una cosa, que los test de inteligencia presentados por los normales para asegurar que eran más inteligentes que los subnormales, cayeron en descrédito. Los subnormales también presentaron sus propios test de inteligencia, en los que se demostraba que los subnormales eran más inteligentes que los normales.
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