Figura 23. "Interior de una Nadería" No eran tiempos de escasez, más bien al contrario, aunque no quedara nada en el almacén.
¡Fulgurante éxito de las naderías!
Las primeras naderías -no podía ser de otra manera- llegaron a Mandril bajo la forma de franquicia. El éxito fue instantáneo, y se extendieron por toda la ciudad.
Miles de personas hacen cola frente a las naderías, que ya se han convertido en el gran símbolo de Mandril.
Diga una palabra cualquiera, la primera que se le pase por la cabeza, ¡rápido! El 98% de los mandrileños solo acierta a decir "Nada". Vivimos una nueva época. En los anuncios de contactos leemos la misma pregunta "¿Con qué cosas no podría vivir usted?" La respuesta también es siempre la misma "Podría vivir sin cosas, pero no podría vivir sin nada". Me inquieta ese deseo de nada que nos envuelve, pues la nada cada vez ocupa más espacio en la ciudad. Las neveras se llenan de nada, y poco a poco la nada se repuebla hasta hacerse dueña del piso, desbordando sus propios límites, desalojando a sus habitantes.
Pienso a menudo en la nada, pero es absurdo, no hay nada que pensar. Siento desasosiego en cuanto dejo de tener noticias de alguien; ese temor a que haya caído en la nada. Me falta el aire. Me asomo a la ventana y contemplo desde el alfeizar las fábricas de nada, haciendo todos los días su trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario