martes, 14 de julio de 2015

Se buscan creativos, gentes con imaginaciones, para salir de una película de terror


La situación es urgente, es preciso encontrar a la imaginación, antes de que sea demasiado tarde.

Se buscan creativos

Se buscan creativos, gentes con imaginación, para salir de una película de terror. Urgentemente.


Es imposible crear seres inmensos de color verde, amables, que aplasten con sus dedos gigantes a esos hombrecitos y hombrecitas que determinan nuestra existencia, y la embarcan a un mundo probablemente más horripilante. No, no hay que construir seres verdes. Si los fabricáramos, aunque fuera para salvar nuestra dignidad,  pronto estarían en contra nuestra. Lo que tenemos que hacer es sacar la imaginación, construir las situaciones, desbordar los acontecimientos.

Vemos una película de terror en Grecia. Rogamos a los dioses que nos salven, pero en vez de venir en nuestra ayuda, nos aplastan. Estamos atrapados en una comedia, no paramos de escuchar las carcajadas. Llegan autobuses desbordados de turistas, que paran un instante junto a las duchas de Ziklon B,  mientras nos hacen algunas fotografías, después se van.

Queremos poner la imaginación en marcha, pero el límite de la imaginación corre el riesgo de estrecharse. Si al menos escucháramos el eco de los hombres y las mujeres del futuro, aquí y ahora, en todas las ciudades de Europa, al mismo tiempo. Hay que imaginar algo, corriendo, antes de que sea demasiado tarde.




2 comentarios:

nemo dijo...

Del futuro no esperes nada, Dominguet, ya nos la ha jugado bastante con sus ideas de bombero. Lo que necesitamos es un castor. O más bien muchos, para detener los ríos de divisas, de transacciones hiperlumínicas, los ríos de coches, de aviones, de trenes de alta, media y baja velocidad, los ríos de imbéciles diciendo que así es la vida. Un castor puede parar un río con una presa y una lluvia de verano puede desbordarla y anegar el llano de los siervos voluntarios. La cosa es ¿adónde se fueron los castores?

Dominguet dijo...

Me gusta muchísimo el comentario.La idea de no esperar nada del futuro,del regreso de los castores... ¿pero es que no éramos nosotros los castores?

Últimamente estoy pensando en términos de "¿Cómo podría ser mejor mi curre?", "Cómo podría ser mejor el salón del piso?" ¿Cómo podrían ser mejor mis relaciones amistosas?" Esto es, ¿cómo me gustarían que fueran? De ahí puede salir algo chulo.

Actuar como un castor es imprescindible, pero ¿y si en esta resistencia dejamos sin hacer ese montón de cosas chulas. Podríamos llegar más lejos y traer, hacer que vengan, convertirnos, en castores. Pero no solo en castores que retengan el flujo de lo horrible, sino en castoresinventores, por las cosas en chulas en sí mismas, en continuo crecimiento.


 
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