martes, 23 de septiembre de 2008

Apología a la obsolescencia programada

¡Autodestrucción mejorada!

Podemos asegurar sin riesgo a equivocarnos que la obsolescencia programada se ha convertido en la clave que llevará a la actual sociedad a un mundo mejor

Las cosas se deterioran, las cosas envejecen, las cosas se mueren. Sin embargo este proceso entrópico no es lo suficientemente acelerado, para conseguirlo se ha creado algo tan moderno como la obsolescencia programada, capaz de averiar todo tipo de aparatitos con el fin de renovarlos por otros más chulos. Reconocemos que la práctica de este genial concepto nos ha llevado aun momento histórico sin precedentes. Pero no es bastante. La obsolescencia humana es la fase superior que nos hará encontrarnos cara a cara con un mundo mejor. Algunas personas pensarán que la creación seriada de niños averiados en serie es inmoral. Inmoral sería que estos defectuosos niños hiperactivos tuvieran el estómago vacío, pero vacío jamás lo tendrán; ¿quién sino se comería estas pastillas anfetaminicas denominadas Ritalín? Hay que reconocer que entre 1931 y 1945 se inició una interesante experiencia de obsolescencia programada a escala humana que consideró obsoleto el cuerpo de varios millones de judios, destinando sus casas a un ambicioso plan de vivienda juvenil. Fromm decía que "cuando llega un hombre sano a mi consulta lo único que puedo hacer por el es neurotizale lo imprescindible para que pueda seguir viviendo en sociedad" Llegados a este punto; ¿no podrían hacer algo así como un plan renove mental en el que nos sintieramos plenos y renovados a costa de dejar para siempre de pensar?
¿No podrían hacerse en serie montones de planetas Tierra que fueran averiándose uno detrás de otro?

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